Dos meses, había pasado dos meses desde la última vez que hable con Kevin. Soy una persona débil y tonta, como es que una persona puede amar tanto? Porqué yo lo hago, y soy una completa tonta por eso.
Apenas comenzó el mes de octubre y eso significaba el primer juego de temporada (algo tarde por cierto). Iría solo porque sería mi último juego, aunque haya renunciado a principio de semestres la entrenadora me convenció para un partido más.
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@leiladune: one last time.
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- Y LOS LEONES DE CLOVER HIGH GANAN EL PRIMER PARTIDO DE LA TEMPORADA!! -dijo el comentarista de la noche y la celebración comenzó. -
Todos corrieron al centro de la cancha celebrando el final del partido, yo solo los miraba celebraban el final del partido.
- Leila, estas segura que aún te quieres ir? -preguntó la Señorita McAllister. - - Si -dije y le sonreí. - Fue un placer Entrenadora - Te extrañaremos en el equipo Señorita Dune -dijo mientras me abrazaba. - Aunque ya no seas parte, puedes venir a las prácticas a observar y dar ideas - Lo tomaré en cuenta -sonreí. - Adiós
Tomé mi mochila para ir a los vestidores y así ponerme ropa más cómoda, mientras caminaba por los pasillos de la escuela escuché como alguien corría para llegar justo a mi lado.
- Kevin -susurré mientras veía como se detenía delante de mí. - - Renunciaste al equipo? -preguntó sorprendido y yo solo asentí. - Por qué? - Porqué solo quiero enfocarme en la escuela -mentí, él sabía la razón. - - Mentiras! Eres la mejor de la clase -dijo y luego bajo la cabeza. - Fue por mí, ¿cierto? -susurró. - - Si... -conteste. - - Leila no tenías porque hacerlo -dijo mirándome a los ojos. - Era lo más que te gustaba - Kevin por favor -susurré mientras trataba de seguir mi camino. - - Leila espera! -dijo y me tomo del brazo delicadamente. - Siento mucho esto -dijo, pero no entendí a que se refería hasta que sentí como sus labios sobre los míos. -
Debí detenerlo y salir corriendo, pero hice todo lo contrario, no me despegué ni un segundo. Cuando nos separamos para recuperar la respiración lo mire a los ojos y pensé que tal vez si le daba una nueva oportunidad cambiaría y aunque quería esto, sabía que no debía darle otra oportunidad. Ya le he dado demasiadas.
- Kevin -susurre una vez me separe. - - Lo siento Leila -dijo. - Es solo que me mata no tenerte a mi lado - Lo siento Kevin -dije y lo miré a los ojos. - Ambos sabemos que es mejor así - No! ¡No lo es para mi! -dijo molesto. - Extraño pasar tiempo contigo, verte en las mañanas - Basta! -dije cansada. - Se acabo Kev, te di demasiadas oportunidades y no supiste aprovechar ni una - Solo pido una más -dijo mientras tomaba mis manos. - Solo una más -susurro y yo negué. - - Lo siento -dije mientras alejaba mis manos de su agarre. - Adiós Kevin
Mis reglas eran simples: Regla número uno, no contestar el teléfono porque solo llamaba cuando estaba borracho y solo. Regla número dos, no lo dejes entrar, porque tendrías que sacarlo de tu vida de nuevo. Y la más importante de todas: Regla número tres, no seas su amiga, había una posibilidad de despertar juntos la mañana siguiente. Y si estás bajo sus encantos, no lo estás superando.
