Y entonces el día empezó, ella estaba asustada, temía por lo que pasaría.
Tomo sus cosas, y se dirigió a su institución. Ella con los auriculares puestos, podía escuchar las carcajadas, que botaban las alumnas mutuamente.
Aquella chica, solo recordó los momentos en los cuales, ella podía sonreír.
Al entrar a clases, desde su carpeta, miraba como sus amigas, conversaban, reían, jugaban y lo unidas que eran. Pues ella solo saco su cuaderno, y escribió.
(tal vez, no todas las promesas se cumplen).
