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Chūya no dejaba de echar madrazos en voz baja hacia el estúpido de su marido, el cual probablemente (solo tal vez) este cuidando a su pequeño angelito, pero eso no es justificación para que por lo menos lave el plato donde traga y no deje su ropa tirada por toda la maldita casa. Bien, sabía que su esposo llegaba cansado del trabajo, aunque en realidad tenía una leve sospecha de que él se hacia el cansado para así obtener mimos por parte del pelirrojo, no por nada era el jefe de su propia sede de detectives, o es que tal vez se agotaba después de cuidar a su hijo, pues el pequeño Sakunosuke era todo un diablillo. De cualquier forma eso no era excusa para que ande de cerdo regando su ropa por donde se le plazca, incluso encontró unos bóxer escondidos en el sofá, si bien sabe que la actividad física en la que estuvieron ocupados en la sala mientras su lindo angelito dormía, en cuanto terminó 'aquello', él solito recogió su ropa antes de irse a dormir junto con Osamu, pero no, el muy desordenado prefirió esconder la ropa antes que levantarla.

Aún recuerda cuando Osamu se le declaro el último día de la preparatoria, justo cuando estaba pensando en que universidad iba a escoger, ah, que lindos recuerdos.

Flash back.

Un joven Nakahara de 16 años estaba a punto de reunirse junto con su madre, Kouyou, en cuanto termino la reunión de clausura de su curso, su mente no dejaba de estar en un debate mental por si escoger la Universidad de Tokyo o tal vez la Universidad de Waseda, en ambos institutos había calificado gracias a su alto puntaje en el examen estatal.

Suspiró, en cuanto entrara a la universidad se tendría que despedir de los días libres y darle un saludo a las noches de desvelo por los trabajos que le dejarían, ya que ser astrofísico probablemente ocuparían todo su cerebro y tiempo en formulas y trabajos. También se debía despedir de sus enamoramientos estudiantiles... Ah, termino el instituto y nunca pudo decirle a su crush cuanto le gustaba. Detuvo sus pasos cuando escuchó una voz llamarlo a la lejanía, volteo a ver, grande fue su sorpresa al encontrarse con el famosísimo Dazai Osamu correr hasta él con el diploma de "mejor estudiante de su promoción" en mano.

— ¿Sucedió algo? — Preguntó, algo nervioso, es que demonios, su crush estaba al frente de él, hablándole, o bueno, buscándolo.

— S-Si, y algo muy grave — Menciono el joven castaño, aquel que curiosamente siempre mantenía sus brazos cubiertos de vendas, el chico estaba jadeando, demostrando el cansancio tras la posible maratón que corrió para alcanzar al pelirrojo.

— ¿grave? ¿Estas herido? — Pregunto preocupado, dando un paso hacia adelante para acercarse un poco al chico. Osamu no hizo más que quedarse le viendo y después desviar la mirada.

— Joder... No, definitivamente no me equivoque... — Murmuró Dazai, inhaló y exhalo profundamente antes de soltar lo que lo venía atacando desde que vio a Nakahara preocuparse por un herido gato callejero y llevárselo. — Nakahara Chūya... ¡Me gustas! Sal conmigo.

¿Sentía su pulso descontrolarse? Por supuesto
¿Estaba soñando? Probablemente
¿Salió corriendo por la vergüenza de no saber que responder? Lo hizo, pero una mano agarrando su brazo no lo permitió, volteo a mirar, la mirada que le dio Dazai fue suficiente para detener su pulso por unos segundos.

— Por favor, dame una respuesta, la que sea... Sé que si no me dices ahora, probablemente nunca más nos volveremos a ver... — Susurró, ahora mismo Osamu parecía como un cachorro abandonado y falto de cariño, joder, esa expresión lo mató.

Pensó bien las palabras que iba a decir, después de todo, que tu crush se te declare no sucedía todos los días, inhaló y exhaló profundamente antes de soltar su veredicto.

T-También me gustas... — Dijo, con el rostro completamente rojo de la vergüenza, Osamu no perdió tiempo y se abalanzó sobre él para abrazarlo y darle un beso en la frente y mejillas.

Casado con un idiota [Soukoku] /Bungou Stray Dogs/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora