S I E T E

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Metía mis manos entre las bolsas de mi pantalón y la sudadera de manera rápida y en repetidas ocasiones en busca de mis llaves. Mis manos seguían temblando y al parecer no pretendían hacerlo. Al oír los gritos del vecino que cada vez se acercaban más y más me ponían los pelos de punta, sentía que en cualquier momento yo estaría en su lugar y enseguida mi madre también.
En mi situación de nervios se me cayeron las llaves al piso, los ojos se me llenaron de lagrimas pues hoy seguramente seria el día de ser comida o convertida en un zombie. De un momento a otro mi mente se puso en blanco, ya no sabia que hacer o como reaccionar pues ya estaban a unos centímetros de mi. Me quede totalmente paralizada de espaldas a la puerta sintiendo una gran presión en el pecho.

-¡AYÚDAME, ABRE LA MALDITA PUERTA!

El grito desesperado de aquel hombre que fue mi vecino por ya casi un año me saco de mis pensamientos, no hice más que cerrar mis ojos esperando lo peor, mientras seguía escuchando sus gritos y los asquerosos gemidos que emitían los Zombies. De pronto siento que alguien me jala con fuerza de la sudadera y seguido se escucha que dan un fuerte portazo.

-¡¿QUE HACES?! ¡¿ESTAS LOCA?!

Una vez mas mi madre me había salvado la vida. Le agradecí dandole un abrazo con lagrimas en los ojos. Como era de esperarse no tarde en recibir un regaño de su parte acompañado de lagrimas por parte de ambas que fueron interrumpidas por un grito desgarrador que venía desde afuera... Si, los zombies se estaban comiendo al vecino, me asome por la ventana y lo vi allí tendido en el piso, fuertes gritos y gemidos de dolor salieron de su garganta. Se escuchaba como le arrancaban las partes de su cuerpo, uno le llego a quitar el brazo se veía como una fuente de sangre pues era mucha, otros dos le habían quito un pie y una pierna la mordisqueaban como si fueran perros y al fin otros dos le abrieron el estomago con sus propias manos mientras le quitaban sus órganos uno por uno y lo devoraban de un solo bocado, sus gritos de aquel pobre hombre cesaron cuando de repente de su boca empezó a salir sangre y sólo gemía de dolor.

Era una función de horror que nadie pagaría por ver, todo iba al compás con los gritos desgarradores de la víctima, yo no paraba de llorar me sentía tan mal por no haberlo ayudado pero era él o yo.
Todo había pasado tan rápido, sólo fueron un par de minutos...Bueno, tal vez segundos, aun no me sacaba de la cabeza esa imagen de aquellas escalofriantes escenas, la forma en que lo fueron devorando de a poco y él rostro de sufrimiento que tenía ... ¡DIOS!
¿Por qué nos tiene que pasar esto a nosotros?

Justo Antes De Morir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora