Todos somos responsables de nuestros actos

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Esta es una historia bastante loca que me sucedió después que culmine la secundaria en junio del 2016, época en la que todavía no era cristiano ni había empezado la universidad, época también en la que mi amada Venezuela estaba en el punto mas fuerte de la crisis económica y alimenticia, donde muchos morían de hambre en lo que yo, junto a mi madre y hermanos estuvimos a sólo un día de padecer una trágica muerte puesto que ya no teníamos nada que comer ni mi dulce madre tenia ya dinero para alimentarnos a los 6 hermanos.

Vivíamos en Miranda, pero a causa de la situación nos vimos obligados a mudarnos a la finca de la madre de mi padrastro en Barinas, tuvimos que abandonar todas las cosas, amigos que habían en donde estábamos, yo no quería irme, el tener que despedirme de la gente que amaba era un golpe duro para mí, además iba a estar en un pueblo, que yo no conocía, donde nadie sabia quien era yo, y el simple hecho de pensar que jamás regresaría a mi ciudad natal de hizo deprimirme por un tiempo.

En mi nuevo hogar, solía ayudar con los oficios de la casa, ayudaba a ordeñar y arrear las vacas, cocinábamos y molíamos el maíz para las arepas, los dueños de la finca compraban arroz, carne y muchas veces cruzábamos la frontera a Colombia para conseguir mas provisiones, le di gracias a Dios por salvarme a mí y a mi familia de una muerte segura, hay teníamos suficiente comida para vivir, mi cuerpo comenzó a recuperarse de la desnutrición, mi autoestima y ganas de Salir adelante aumentaron. He aquí que cuando carecíamos de alimentos, mi padrastro salía por las noches y en cierto modo se metía escondidas en otras fincas, o bien, haciendas y traía o un saco de plátano o uno de maíz.

Con el tiempo me fui aburriendo de la vida tan súper pacifica que tenia en Barinas, si, había mucho que comer, pero la tristeza me ahogaba por completo cuando añoraba a mis amigos, a mi ciudad, a la gente que se convirtió en mi familia escogida, en Barinas, yo no era realmente feliz, sólo era uno mas escapando de la crisis.

Así que me mantuve buscando la excusa perfecta para volver a cúa, edo. Miranda, sucedió entonces que una noche le pedí a mi padrastro que me llevara en sus usuales... ¿hurto de sacos de maíz? Pero lo que yo no era consciente es que esa noche toda iba a tomar un curso muy diferente a lo previsto. En compañía de mi padrastro y su hermano, nos montamos en un caballo, estaba oscuro, llevábamos botas puestas, yo tenia miedo, no lo negaré ¿pero como te sentirías si anduvieras en un bosque a las 10:00 pm? Antes de seguir, hay varios aspectos que quiero resaltar, ese día no había ni almorzado ni cenado, ni mucho menos tome agua pues pasé la mañana en Socopo, el centro de Barinas, ahora bien, continuo, a medida que avanzábamos se me hacia difícil ver en la oscuridad, al atravesar el rio, nos bajamos del caballo y seguimos a pie por toda la afluencia del rio, por que no, no caminamos en la arena seca, fuimos andando por el estúpido rio lleno de piedras, con una corriente de agua densa y agresiva, todo eso para evitar ser vistos o escuchados por alguien. Mas adelante nos detuvimos bajo un puente, donde descansamos, era la mitad del viaje, y tras seguir el paso, procedimos a infiltrarnos en la finca ajena, en silencio ellos fueron recogiendo las "mazorcas tristes" y yo me quede vigilando, menos mal que yo practicaba Taekwon-do por que te hubieras muerto de la risa viéndome a mi en posición de defensa lanzando golpes y patadas como calentamiento en caso de que viniera el enemigo, es decir los dueños del maizal, que bueno que para mi nadie se enteró, ja, ja, ja.

Se suponía que sólo íbamos a extraer tres sacos, pero no, el muy idiota del hermano de mi padrastro se le ocurrió la magnifica idea de llenar 12 ridículos sacos de 30 kilos cada uno, ahora el problema era trasladar todo ese botín hasta la finca donde vivíamos pues no lo podíamos dejar allí tirado o nos pillarían, el recorrido es de aproximadamente 3 kilómetros y medios a pie, y por el rio, los sacos lo cargábamos obviamente en los hombros ¡imaginen a tres personas cargando esos sacos dando varios viajes en tanto caminan por la afluencia del rio sin comer ni beber por mas de 5 horas! Cuando eran las 4 de la mañana yo ya no podía ni con mi alma, pero aun faltaban 4 sacos, yo deseaba terminar ya, dormir, comer, beber y reposar al fin, pero la batalla definitiva estaba a la espera, o recogíamos lo que faltaba o nos exponíamos a un denuncia legal, y futuro arresto, así que tome fuerzas, y fui con mi padrastro a dar el ultimo viaje, al llegar al puente debíamos subir una montaña de por lo menos 6 metros, esta era muy empinada, al tratar de avanzar me tropecé y rodé costa abajo con el saco aporreándome con las piedras, quise gritar pero aguante el dolor con todo un hombre, subimos esa montañita, cruzamos las múltiples cercas de alambre con espinas metálicas, a un kilometro estaba mi salvación, en el camino mi padrastro se quedo a cuidar los sacos de maíz, me dio como misión ir a casa, traer de regreso al caballo y a su hermano quien horas atrás se había ido "muy tranquilo a dormir", no recuerdo bien, pero les juro que no es mentira que yo salí alzando las manos y gritando "viva la libertad" ya estando yo sudado, destruido, hambriento, trasnochado, sediento y casi alucinando, sin fuerzas por toda esa carretera oscura y llena de pantano, lo único bonito era el cielo estrellado, pensar que el cielo es una de las pocas cosas que no se deja corromper por la maldad humana... la larga noche llegó a su final, pude descansar como un bebe, fue difícil, si, pero salimos victoriosos, ese día me dije que mas nunca volvería robar maíz. Pero la historia no termina aquí ¿has oído de los tupamaros, o boliches? En mi país son civiles armados que al igual que los militares y milicianos se encargan de la protección de determinadas zonas, resulta que un pelotón, a la semana ya nos estaban buscando, si nos atrapaban seria el fin para todos, en parte conseguí la excusa perfecta para irme, pero me preocupaba mi madre y hermanos, la gente en esa finca se mudarían temporalmente a otros sitios, ahora era el tiempo en que todos nos iríamos a dispersar, créanme, a los boliches no les importa el tener que fusilar a un civil; viajando solo, un señor me llevó en auto hasta el centro de Socopo, gracias a él pasé desapercibido, desde las 8:00 am me quede en la estación de los expresos esperando a que mi autobús partiera a Caracas, la capital de mi dulce Venezuela, a las 11:00 pm los muy ellos por fin entraron en el terminal para recoger a los pasajeros ¡aleluya! Ya me había obstinado de tanto esperar, durante las horas que viajé en soledad, tuve tiempo suficiente para reflexionar, y me di cuenta que debía ejercer un cambio de 360 grados a mi vida, regresé a mi ciudad natal huyendo del peligro, me decidí a estudiar en la UNEFA, pero eso fue después de que todas las escuelas militares y de sargentos me rechazaran por la edad, en ese entonces yo tenia 16, hoy me faltan unos cuatro meses para cumplir la mayoría de edad, yo ya empezaba a buscar a Dios, pero sufría de depresión por que quería ser militar o policía nacional y mi familia se puso en mi contra y, madre era la única que me daba su apoyo, así que una tarde, ore a Jehová y le suplique dirección para saber que hacer, no quería pasar la vida como un vago fracasado, por eso, una semana después, Miguel, que en la actualidad estudia para Policía, me ayudó a inscribirme en la Universidad nacional de la fuerza armada U.N.E.F.A como algo provisional en caso de que nunca me llamaran del INCES (en el inces estudias tres años mientras que te van pagando los cesta tiques mas el 75% del sueldo mínimo como si fueras un empleado normal)

Al fin mi vida cobraba sentido, ya no albergaba en mi interior las dudas y el miedo, para cuando iba a llenar la planilla de registro me faltaba un código que yo no tenia, pensaba que jamás tendría la oportunidad de estudiar, pero Jehová me demostró que cuando le pides con el corazón el hace posible lo imposible, estando en el cibert, yo deje por un momento a mi amigo para pagar una hora mas de internet, en lo que retorno —Mira Luis, ya estas inscrito en la UNEFA —Dijo Miguel— ¿pero como? —Pregunte— no sé, yo sólo escribí dígitos al azar y la pagina los aceptó —respondió él.

La única explicación que encontré es que se trató de un milagro del Señor soberano Jehová, luego, agradecido dedique todas mis fuerzas para sacar las mejores calificaciones, incluso me convertí en el delegado de mi clase.

Un mes después de regresar a cúa mi mamá me comentó que la cuestión de los boliches fue una mentira de la dueña de la finca, pero en resumen "todos somos responsables de nuestros actos", de acuerdo a lo que siembres, es lo que vas a cosechar, por eso si el minimo das, el destino el mínimo te dará. No creas que el éxito es cuestión de suerte, recuerda, para ganar, hay que luchar, el trabajo diario y constante produce sus frutos, a veces, cuando todo parece color de hormigas, puede significar que tu victoria está a la vuelta de la esquina ¿has visto a un corredor olímpico? ¿Cómo crees que alcanzan la meta y son los vencedores? Eso es por nada ni nadie los detiene, son imparables, constantes, se aferran a su esperanza y aman lo que hacen; el perdedor no se esforzara por lo que anhela, el negligente va a querer que otros hagan las cosas por él y la pregunta es ¿serás igual al perezoso o marcaras la diferencia al conquistar tus objetivos? No esperes el tiempo adecuado para perseguir tus sueños, pues la Biblia sentencia "el sembrador que contempla cada nube nunca siega" de ahora en adelante recuerda que cosas son lo mas importante para ti, no pierdas de vista al amigo de verdad o aquella profesión para lo que eres bueno sólo por ir tras un falso y vano ideal, no vendas tu conciencia, libertad y lo que te apasiona por dinero, y no olvides que lo que fácil viene, fácil se va, atrévete a tomar y aceptar los retos que te imponga el universo.

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Gracias a los lectores por disfrutar del libro, lo escribo con mucho cariño para ustedes, mi sueño es motivar a muchos a que luchen por todo lo que aman; subo un nuevo capitulo cada semana, les deseo muchas bendiciones XD

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El manual de la perseveranciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora