III

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La primera vez que sentí la presencia de Dios fue en una célula, en la casa de un amigo de la iglesia de Anne. Primero canto una señora, un hombre dio una palabra, preguntaron si alguien quería hacer la oración de fe y no, no la hice, pero ya casi llegamos a eso. Uno de los jóvenes agarro una guitarra y todos comenzaron a adorar. No me sabía ninguna de las canciones, y aunque lo hubiera hecho, seguramente no hubiera podido cantar.  Pues yo estaba demasiado emocionada por percibir como Dios se movía en ese lugar, podía sentirme temblar ante su presencia.

Fue a finales de mi segundo año que tome la decisión de seguir a Jesús, no fue de un día para otro, fue con el pasar del tiempo, a medida que lo iba conociendo simplemente caí enamorada. El 28 de mayo Anne, Victoria y yo estábamos en la casa de Lucía, haciendo un periódico que nos había mandado la profesora de Lengua. Anne y yo estábamos metidas en su facebook y vimos un vídeo donde hablaron del pecado, la cruz, de Jesús y tal. Cuando estaba terminando decía una oración, ella lo pauso y me dijo esa es la oración y yo le dije ¿la oración? Y ella me respondió la oración de fe, entonces le dije que le diera play e hice esa oración y eso fue decirla palabra Amén para que yo empezara a llorar, pero de felicidad

Creo que asuste a mis amigas porque yo no podía parar de llorar, estaba demasiado feliz. Yo sentía como si fuera un vaso vacío y me llenaban con el agua más pura que pudiera existir, y aunque ya estaba llena me seguían echando agua de manera que se desbordaba y empezaba a brotar el agua desde dentro. Recuerdo quedarme mirando mis brazos porque sentía como si por mis poros estuviera saliendo sucio, sentí que me limpiaron desde adentro. Y mi corazón, oh mi corazón, jamás ha estado tan acelerado como aquel día.

Victoria y Anne hablaron mucho conmigo, ore mucho y luego seguí haciendo tarea. Pero fue muy loco, porque comencé a sentir como si trataran de hacerme daño, como si alguien quisiera tocarme pero no podía llegar a mí, como si me protegiera un campo de fuerza. Primero fue en los brazos, luego en la cabeza y por último en el estomago. Se lo conté a Anne y ella me dijo que no preocupara que el enemigo no podía hacerme nada y que lo reprendiera.

Ese día fue la primera vez que sentí la presencia de Dios, en mí. Es increíble lo que Dios hizo conmigo, tomo algo roto, sucio y vacío y lo convirtió en algo nuevo, limpio y lleno de vida. Para mí eso es un milagro. Y ahora yo no puedo hacer nada más que darle mi vida en agradecimiento y compartir la gracia que se me ha sido dada. Él sano mis heridas, restauro mis ruinas, dio su vida por mí y sigue siendo fiel a pesar de que le fallo de una u otra forma cada día. ¿Cómo no amar a la persona que se queda aun después de saber lo oscura que eres?, ¿Cómo no amar a la persona que le da color a tu vida gris? ¿Cómo no amar a la persona que te sigue amando aunque le rompas el corazón?, ¿Cómo no amar a Dios?

A veces me miro en el espejo en el espejo, y veo profundo dentro de mis ojos, buscando un poco, solo un toque, una pequeña ceniza de la niña fría, oscura y calculadora, y sonrío porque solo veo una persona diferente, llena de fe, de amor, de Dios. Y rió porque sé que no es el final, sino el comienzo de la historia.

Crónicas de un Corazón RestauradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora