Inhalo aire saliendo del coche, por fin aire fresco.
Dani sale detrás de mí acariciando mi espalda y luego volvemos dentro.
—Que sepas que no me vuelves ni a besar las mejillas.— Jalo ligeramente el cuello de su camiseta.
Asiente sonriendo y justo al soltarnos vemos con la que estaba. Apenas lo ve se lanza encima de él—ni siquiera la aleja— y se besan.
Niego riendo y volteo, para encontrarme con el idiota del que me derramó la bebida en mi ropa.
—Nena, ¿nos divertimos?— Posa su mano en mi nalga.
—Claro.— Sonrío coqueta.
Le doy tan fuerte que cae al suelo gimiendo de dolor.
—Bueno, por lo menos me divertí yo.— Me encojo de hombros pasando por su lado.
Camino hacia la barra en busca de algo que beber.
[…]
—Baby, baby, baby, ooooh!— Canto a gritos en la calle.
—Oye, necesito tu ayuda.— Escucho que alguien me dice a la vez que me agarra del brazo.
Volteo a verlo. Es guapísimo.
—¿Te piensas que soy una de esas...?
—Te doy 200$ si me ayudas.
—Hecho.
—Agarra mi mano y ven conmigo. Intenta no parecer borracha.
Asiento haciendo lo que dice. Estoy bebida, no me juzguen.
—Pero si también pareces estar borracho...— Arrastro las palabras.
El simplemente me sonríe.
No escucho nada ni entiendo nada. Simplemente sonrío y cuando siento su apretón de manos, contesto con monosílabos o asintiendo.
Media hora después estoy en su coche totalmente dormida.
[…]
—Baby, baby...— Despierto cantando.
Esto, señoras y señores, es rascaca del bueno.
No tengo sujetador, solo un pantalón y ni es mío. Mi pelo parece un nido. Miles de nidos.
—¡Buenos días!— Escucho sarcásticamente en la puerta.
Creo, porque ese tono no es de alegría.
Volteo a mirar a la persona, o sea al chico.
—¿Quién eres?— Pregunto achicando los ojos para ver bien.
—Lo mismo puedo decir.— Se cruza de brazos.
Rasco mi ojo intentando recordar, cuando siento algo en mi dedo.
—Este anillo no es mío, ¿a quién robé?— Miro asustada el objeto.
—Es mío.— Responde.
—¿Estás casado y me has puesto el anillo? Estás loco. No quiero ni saber lo que pasó ayer por la noche.— Me río sentándome con la sábana tapando mis pechos.
—Estoy casado.— Asegura.
—No quiero problemas, chico. Mejor me voy antes de que...
—Estoy casado contigo.— Interrumpe.
—¿Sigues borracho?
—Hablo en serio. Tengo una maldita grabación.
Camina hacia su ordenador y mete el pendrive. Espero que sea una broma.
Reproduce el vídeo, y ahí nos vemos, los dos.
Y ahí es cuando mi sonrisa desaparece, la sangre se me hiela y el corazón deja de funcionar.
—¿Qué...?
—Te doy 200$ si me ayudas.
—Hecho.
Recuerdo esa parte y automáticamente me tapo la cara.
—Me vendí por 200$… No, peor. Me casé por 200$. Felicidades, Anna. Eres oficialmente ridícula.— Me masajeo la sien.
¿Qué estoy diciendo? ¡Él también tiene la culpa!
—¡Tú, engendro! ¡Esto es culpa tuya!
—Oye, necesito a una chica urgente. Solo quería que fuéramos novios o así por un tiempo. Pero no recuerdo cómo llegamos a esto.— Señala la pantalla lloriqueando.
—¿Novios o así por un tiempo?— Repito.
—Sí... Oye, luego te lo explico. Solo tienes que saber que no puedo permitirme un divorcio.
—No te conozco. Solo sé que tu cuerpo está como un chocolate y que eres guapísimo. De acuerdo, sigo borracha. Mejor me callo.
Él se ríe.
—Oye, si quieres puedes vivir conmigo, pero no somos nada. Solo fueron... Unos papeles...— Intenta suavizarlo.
—¿Cómo que vivir contigo? Yo me voy.— Busco mi ropa.
—Bien. Pero no digas nada de que estábamos borracho, mejor no respondas a nada.
—¿A quién?— Frunzo el ceño confusa.
Él se calla.
—Me voy. Hasta nunca.— Me despido saliendo por la puerta.
Me visto a mitad del camino hacia la entrada, abro y salgo.
Aquí no ha pasado nada.

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Por un tiempo.
RomanceAnna Thompson vive su vida como nunca, noches de fiestas y risas por aquí y por allá. Acaba de cortar con su novio, ya que encontrarlo con otra no es nada bonito. En la noche que buscaba diversión y tranquilidad-en cierto modo-, se encuentra con alg...