Steel Blue

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-Mira eso, Heichō.

Levi detuvo su camino, dirigiendo la mirada hacia donde el dedo índice de la niña indicaba, apuntando hacia las puertas de una iglesia del otro lado de la calle. Bajo el marco, una pareja de recién casados era bañada con arroz mientras bajaban las escaleras del portal, sonriendo de oreja a oreja mientras sujetaban fuertemente sus manos.

-¿Qué está pasando allí?

-Un matricidio, al parecer.- Fue la seca respuesta del moreno, reanudando su paso por la calle al estar desinteresado de ver aquella escena. Sin embargo, para la niña de apenas seis años que llevaba de la mano pareció ser mucho más llamativo de lo que a él le pareció.

-¿Matricidio?

-... Matrimonio, Dánae. Ellos se están casando.- Tuvo que corregirse a sí mismo, sabiendo que no era muy buena idea confundir a la niña con sus términos sarcásticos -eso habiéndolo aprendido por las malas-. -Al menos sabes qué es eso, ¿No?-

La niña negó lentamente con la cabeza y Levi se preguntó qué demonios le estaban enseñando Eren y Mikasa entonces. Soltando un bufido, utilizó su mano libre para peinarse el cabello negro hacia atrás antes de que este regresase a su sitio original.

-... Cuando dos personas se "aman", deciden "estar juntos por siempre" así que van a una iglesia y se prometen "fidelidad" y toda esa mier-... coles... L-Luego viven juntos y forman una familia. Eso es un matrimonio.- Explicó antes de susurrar un "Al menos en teoría" para sí mismo, frunciendo el ceño al tener que censurarse de decir groserías por estar frente a la niña, que estaba en esa etapa de repetir como una cacatúa TODO lo que él decía, tanto fuera bueno como malo.

Los ojos azulados de la pequeña se abrieron curiosos, frunciendo los labios hasta formar una "o" que indicaba una mediana comprensión de lo que él había dicho. -¿Mamá y papá hicieron eso? ¿También estaban vestidos como esos señores?-

-Sí. Eras muy pequeña y por eso no lo recuerdas, pero también se casaron en una iglesia y todo eso.- Respondió mientras miraba por el rabillo del ojo como la pareja de recién casados se besaba cariñosamente.

-Oh...- Escuchó a la niña exclamar a su lado. -¿Yo también puedo hacer eso?-

-Cuando cumplas cincuenta años.

-Pero mamá y papá no tienen...

-Cincuenta años, dije.

La niña se quedó en silencio por un largo rato, sabiendo que cuando él decía cosas así era mejor obedecerle. Sin embargo, no habían caminado más de un par de cuadras lejos de aquella iglesia cuando la voz de la niña volvió a alzarse, esta vez con una nueva pregunta.

-... ¿Tú también te casaste, Levi-Heichō?

El paso del ex-capitán se detuvo en seco, sus ojos grisáceos abriéndose ligeramente mientras miraban hacia la nada frente a él. Sintió como si el anillo negro que colgaba de su cuello, oculto tras su ropa, comenzara a tornarse al rojo vivo, quemándole la piel. Un cumulo de memorias llegó con la fuerza de una bola de demolición a su cabeza, y lentamente soltó la mano de la niña antes de elevar la mirada desde el suelo hasta el frente de nuevo, comenzando a caminar.

-No.

Fue la seca respuesta del hombre, dejando a la niña detrás. Mas esta no tardó nada en chillar que la esperase, corriendo detrás de él hasta que se sujetó de la manga de su camisa.

-¿Por qué no? ¿Nunca has amado a nadie?- Las cejas negras del hombre se fruncieron ligeramente, comenzando a impacientarse por aquel interrogatorio. Sin embargo su expresión se relajó tras un minuto, girándose para ver a la niña desde su altura con mirada suave, usando una mano para acariciar el largo cabello negro de la pequeña.

DánaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora