Almaz [Final]

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-¡Todos a lavarse las manos! ¡Es hora de la cena!

Por un momento Eren, Armin y Mikasa se miraron con una expresión extraña en los rostros, el azul, el dorado/turquesa y el plomo encontrándose, pero pareciendo ver a través de los otros mientras sus mentes parecían viajar lejos, a una época distinta a la que estaban viviendo en ese momento.

Un tiempo mas pacifico, en donde no estaban siendo perseguidos como criminales.

-Oigan, mocosos. Muevan el culo y vayan a lavarse las manos a menos que quieran quedarse sin cenar.

La ruda voz del Capitán Levi les hizo saltar en sus sitios, pestañeando repetidas veces antes de exclamar un "Si, señor" y apresurándose al baño.

Para cuando lograron salir de allí, se sorprendieron un poco al ver la larga mesa del comedor ya ocupada por sus compañeros de escuadrón y su Capitán, quienes esperaban pacientemente a que la comida se les fuese servida en la mesa como todas las noches por una segunda Capitana que, por ahora, se estaba encargando de algunas actividades típicas del hogar.

-Lo puedo oler...- Los ojos color caoba de Sasha Braus brillaron tras haber olisqueado el aire, girándose para ver a Connie Springer, sentado a su lado. -¡Es estofado de ciervo! ¡Tendremos estofado de ciervo!-

-En verdad estoy un poco sorprendido. Había escuchado que ella no era muy buena cocinando, pero tal vez sea porque no hemos comido algo decente desde que entramos en la academia.- Jean Kirschtein también olisqueó el aroma a comida que lograba escaparse de la cocina, mirando a Historia Reiss desde el otro lado de la mesa. -Por supuesto que no cocina tan bien como mi madre, pero... La carne asada que nos hizo ayer no estaba tan mal. En comparación a lo que estábamos comiendo antes de que llegara...-

-¿No es un poco arriesgado que digas eso delante de Levi-Heichō, Jean...?- Armin masculló con cierta preocupación hacia su compañero, lanzando vistazos discretos al hombre que se encontraba en la punta de la mesa, justo al lado de ambos soldados. El joven de cabello castaño se tensó en su sitio.

-Tal vez logró mejorar sus habilidades en la cocina durante el tiempo en que estuvo junto a sus hermanos en ese pueblo suyo.- Sin embargo, el Capitán no pareció ofendido por las palabras descuidadas de su subordinado, cerrando los ojos con algo parecido a cansancio en el rostro. -... Es extraño que su comida no huela a quemado a estas alturas.-

Así que lo de las pobres habilidades culinarias de esa Capitana no eran un simple rumor, ¿Huh? La puerta que separaba a la cocina del comedor se abrió antes de que alguno de ellos pudiese decir algo mas.

-¡Lamento la espera! Deben estar hambrientos, así que preparé buenas raciones para todos esta vez.

Con el cabello atado en una cola de caballo, la joven soldado que salió con varios platos de la cocina sería unos tres o cuatro años mayor que casi todos los que estaban sentados en la mesa, y sin embargo todos sabían que ostentaba un rango mayor como lo era ser la Capitana de un escuadrón de la Legión de Exploración. Algunos la habían visto destacar con sus habilidades de combate y su inteligencia en los entrenamientos, pero solo habían podido escuchar de boca de otros como ella era capaz de arrasar con varios titanes completamente sola, pues tenía una fuerza como muy pocos otros soldados.

Nadie podría creer eso viéndola enfundada en un delantal y sirviendoles la comida en la mesa con una radiante sonrisa mientras, en su espalda y dentro de un rebozo rojo, llevaba a su pequeña hija recién nacida, la cual dormía profundamente a pesar de que su madre se movía de un sitio a otro aun cuando solo habían pasado un par de semanas desde que había dado a luz.

DánaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora