Quizás...

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En un departamento alejado de la sociedad, se encontraba un muchacho que en esos precisos instantes podría ser confundido con un tomate.

El pobre joven había estado leyendo aproximadamente por más de una semana las notas que en su momento su ex pareja habría escrito para él. Las últimas notas eran un tanto vergonzosas para el ojiazul, ya que el rubio describió escenas muy tiernas y comprometedoras.

Después de leerlas, el castaño se dio cuenta de la fecha en la que se encontraba, comenzó a dudar entre volver a la mansión donde probablemente se encuentre 'su esposa' y madre preocupadas por su repentina desaparición.

No quería causarles más preocupación así que, después de mucho pensarlo, decidió volver a la mansión que compartía con la rubia.

[...]

Se arregló un poco y salió con nostalgia del departamento. Mientras caminaba, más de adentraba en sus pensamientos:

Quizás debía olvidar a Golden, comenzar a vivir de verdad junto a Joy, quizás debería agradecer a Fred por todo esto, quizás nunca debió dejarse llevar por los celos, quizás no debió haberle cedido el control a Fred, quizás tendría una familia feliz con la Toy, quizás nunca debió haber ido a ese departamento, quizás debería ir tras su osito, quizás...

El castaño fue interrumpido bruscamente cuando se dio cuenta de que en un abrir y cerrar de ojos ya estaba al frente del gran portón perteneciente a su mansión, esta vez no sería Fred quien entrara, esta vez sería Frederick Fazbear quien se armaría de valor para enfrentar el destino. Tenía que terminar con esto de una buena vez.

Entro cuidadosamente a 'su hogar', al parecer ningún sirviente se encontraba, eso le fue extraño ya que siempre andaban merodeando por toda la residencia, se escuchaban murmullos y sollozos que provenían de la estancia, seguramente provenientes de las mujeres que en algún momento quiso, pero no le tomó importancia; entró a la habitación principal, la cual compartía con Joy y comenzó a empacar sus pertenencias,  como las pastillas que en algún momento pudo matarlo a él y al azabache. 

Cuando terminó agarró un papel y escribió una nota:

"Para: Mamá y Joceline

De: Freddy

Lo siento, pero debo hacerlo por él. Av. Campestre a 5 kilómetros de la Panamericana Sur Barrio Imperio N°382."

Dejó la nota en la mesita de noche dispuesto a salir, miró con tristeza la habitación y de un jalón cerró la puerta haciendo que las dos mujeres comenzaran a desesperarse preguntando: "¿Freddy, eres tú?, Hijo ¡¿Dónde estás?!" El castaño se dio cuenta de su idiotez y salió por una de las ventanas del pasadizo esquivando cualquier obstáculo para finalmente llevar a la reja e irse apresuradamente al departamento de su amado.

De lo que no sepercató fue de que la nota cayó debajo de la cama al momento de cerrar lapuerta... 

Nunca te olvidaré  [Golddy] #FNAFHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora