Un yo más yo

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El silencio me rodeaba, lo único que había frente a mí era una ciudad desolada. Solo podía sonreír, sonreír con la más pura dicha en mitad de aquel silencio lleno. Y corrí, corrí porque deseaba hacerlo, solo correr y nada más. Casas en pedazos y edificios tragados en verde, calles agrietadas que me daban la bienvenida, eso era lo que quedaba del lugar que me alojó durante mi infancia, pero lejos de estar triste, una loca y salvaje dicha estalló en mi interior, y de pronto, comencé a ser cada vez más yo, un yo en cuatro patas y con la lengua afuera, un yo que aceleraba lejos de las limitaciones que tuvo, un yo que saltaba obstáculos frente a los cuales anteriormente se habría detenido, un yo que ya no razonaba, sino que sentía la dicha, un yo que solo avanzaba y no se detenía.


Pasos de un escritorWhere stories live. Discover now