Capitulo 11

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Narra Hizaki:

Esa noche fue muy difícil para mí dejar ir a mi pequeña hermana, ella siempre me parecía tan inocente, sin nada de culpas o prejuicios, llena de vitalidad, siempre la veía sonriendo, pero ahora ella decide lo que quiere hacer con su vida, este es el momento, y yo la apoyaría en lo que pudiera, A la mañana siguiente desperté y me arregle lo más posible de parecer normal, baje al comedor y me encontré con mi padre

-Buen día hijo- me dijo como siempre con una sonrisa

-Buen día padre- le salude con el mismo gesto

-¿y tu hermana? Aún no ha bajado y ya es un poco tarde-

-puede que aun este en su habitación descansando- dije sentándome al lado de mi padre

-si, tal vez sea eso- el esbozo una sonrisa y le correspondí de igual manera, comenzamos a comer y el tiempo pasaba, y mi padre no dejaba de preguntar por Tn, yo seguía dándole excusa tras excusa pero llego un momento en el que fue suficiente.

-ya pasa del medio día, iré a verla- dijo subiendo las escaleras en dirección al cuarto de Tn, no lo detuve, solo camine detrás de él, al entrar, era obvio que Tn no estaba ahí, pero eso desconcertó a mi padre, quien inmediatamente fue con los guardias del reino a preguntar por ella, nadie la había visto salir.

-no puedo creerlo, ¿qué es lo que habrá pasado?, ¿Dónde está?- se preguntaba mientras caminaba de un lado a otro

-puede que solo nos esté jugando una broma de mal gusto- que excusa más tonta dije

-si es eso, no tuvo por qué hacerlo- la noche cayo y sin la presencia de Tn, mi padre ya no podía soportar más tiempo sin buscar a su hija, ordeno a los guardias acompáñalo a las tierras del reino a buscarla, por supuesto que lo acompañe, pero no sé hasta cuando tendré que fingir que no sé nada de ella.

Montados en los caballos, salimos a los pueblos, hasta que llegamos a los bosques, mi padre no dudo y nos ordenó que entráramos, el silencio en él era sepulcral, solo era medianamente interrumpido por los pasos de los caballos, hasta que un sonido extraño, parecido a un siseo, perturbo a los caballos, que querían Salir de ahí rápidamente, con una de las antorchas uno de los guardias alumbro el camino, al final de este, una sombría figura se mostró en él, de la cual no pudimos distinguir los rasgos antes de los caballos nos sacaran de ahí.

-hey, ¿Qué te sucede?- decía mi padre tratando de controlar a su corcel, pero era en vano, tuvimos que retirarnos de ahí. Kamijo, solo te pido que protejas a mi hermana, por favor.

Narra Yuki:

Antes de regresar al castillo junto con Teru y Masashi, vimos como un grupo de personas entraban a nuestros territorios, al parecer también estaban armados, no importa quienes sean, no pueden entrar aquí, me adelante dejando a mis hermanos atrás, observe a esas personas, pero antes de poder ver sus rostros con claridad, un aroma a sangre dulce invadió mi respiración, lo cual causo que mostrara mis colmillos, provocando un ruido, que asusto a los caballos, siempre he sido débil ante la sangre, esto lo he sentido antes, este aroma, al fin los vi, eran el Rey Usami y su hijo Hizaki, quienes probablemente busquen a su querida Tn, quien tal vez en este momento este con Kamijo, me mostré frente a ellos, al verme, los animales no se arriesgaron y salieron rápido del lugar, llevándose al rey y a los demás, después mis hermanos se acercaron a mí.

-era Usami, ¿cierto?- pregunto Teru

-si-

-espero nunca vuelvan a entrar aquí- dijo Masashi

-no lo vamos a permitir, si ellos vuelven a entrar nos causaran problemas con los demás- dije, refiriéndome a los demás inmortales que viven en nuestras tierras, ellos no son de sangre pura, pues todo ellos se han vuelo iguales a nosotros a causa de ser mordidos

-por ellos no te preocupes, siguen nuestras ordenes, por ahora la nueva orden es mantener a los humanos lejos de aquí- dijo Masashi quien parecía un poco enfadado

-se lo diré a Jasmine, él es como su líder- dijo Teru

-muy bien, por ahora, regresemos al castillo- retomamos nuestro camino y entramos al castillo de nuestros tíos, ahora nuestro.

Narra Kamijo:

Tn aún no se acostumbraba a sus colmillos, parecía un poco incómoda, lo cual me causaba algo de gracia y ternura verla, ella en ciertos momentos, se miraba a través el espejo, con una mirada curiosa, lo cual me causó cierta duda.

-amor, ¿Por qué te miras tanto al espejo?- dijo con una risa y abrazándola por la cintura

-sé que sonara algo raro, pero creí que los inmortales, no se reflejan en los espejos- dijo ella riendo

-eso es lo que todo mundo cree, es por eso y otras cosas que tan fácilmente nos hacemos pasar como humanos- tome delicadamente su mano le di un pequeño beso

-¿incluso salir a la luz del sol?- pregunto curiosa, mirándome a los ojos

-solo podemos exponernos a la luz del sol por muy poco tiempo, al igual que podemos dormir, pero no porque lo necesitemos-

-vale- ella bajo la vista, mirando nuestras manos entrelazadas

Todo el día estuvimos solos en el castillo hasta que por la noche, los trillizos llegaron, pero me pareció un poco extraña la actitud de uno de ellos, Yuki.

Adagio de luna llena ~ kamijo Y Tu ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora