Después del pequeño episodio en el pasillo, decidimos ir a nuestras respectivas clases.
Yo debía ir al salón de artes, que, sinceramente, es mi lugar favorito. Es una sala bastante grande, con paredes color crema y mesas grandes y altas, fotografías ganadoras de concursos del instituto o cuadros sin terminar... Un sitio perfecto para alguien que no quiere llamar la atención de la gente popular, que sólo quiere expresarse. Para alguien como yo.
Al entrar en clase, me senté en uno de los pupitres más lejanos a la mesa del profesor. Abrí mi cuaderno y decidí hacer el intento de plasmar en papel las imágenes de mi sueño. No entendía por qué había soñado algo parecido a eso. En el sueño, todo estaba lleno de algo parecido al humo, que a lo mejor podría asociar con el miedo que me causa mi capacidad para crear fuego de la nada. Eso podría estar claro, pero aún no conseguía averiguar que querían decir los cuervos, la figura con los ojos (ya que supongo que esos ojos no estaban ahí flotando tal cual), y por qué yo estaba en las condiciones que estaba. ¿Había soñado algo antes? ¿Era este sueño una continuación de algo más grande? Sé que la gente normal no se preocuparía, pero yo no soy normal. Ni siquiera en mi familia lo soy. Mis hermanos se integran con muchísima más facilidad que yo.
Mientras estaba concentrada en mi dibujo, sentí como alguien se sentaba a mi lado. No iba a levantar la cabeza, porque no me apetecía empezar una conversación, pero la persona que tenía al lado estaba mirando en dirección a mis manos, al dibujo, podía sentirlo. Así que giré la cabeza lentamente, sólo para saber quién podía ser.
Era una chica, suponía de mi edad. Tenía el pelo de un tono rosa pálido, y se notaba que era bastante atractiva. No parecía del tipo de guapa que es Grace, pero tenía un aire misterioso de tranquilidad. 'Parece que está en paz con el universo, ¿sabes?'
-Hola-.¿Esa había sido yo? No me podría creer que estuviera intentando hablar con ella, pero a veces mi mente y el resto de mi cuerpo no se ponen de acuerdo-. ¿Se puede saber quién eres tú?
-Aún no sé quién soy. ¿Tú sí lo sabes?-Hablaba en un tono bajo, como si su voz fuera así, tan extraña como ella. A pesar de su casi susurro, no me costó escucharla.
-Supongo que eso es relativo, así que ahora mismo, sé que soy la chica que no suele tener compañeros de mesa, ¿tienes nombre? Soy Becca.
-Sé quién eres, Rebecca Teller. Mi nombre es Helen.
Por alguna razón no me sorprendió. Mi vida es la clase de vida en la que hay gente con poderes y chicas raras que saben mi apellido. Así que no le pregunté cómo lo sabía, no hacía falta.
-Lo sé porque eres como yo-. Lo dijo mirándome fijamente, tenía un ojo verde y otro amarillo.-Pero no sé por qué sé eso. ¿Soy como tú?
-No puedes decirle algo así a cualquiera en este sitio, Helen. ¿A qué te refieres con eso de qué no sabes cómo lo sabes? No lo entiendo.
-Debes saber que tu familia no es la única poderosa en esta ciudad. Responde, ¿soy como tú? ¿Eres como yo?
Tras acabar de pronunciar la pregunta, puso su brazo sobre mi mesa, subiendo su manga. En la piel de su antebrazo había una marca. Tres líneas rectas a modo de pulsera alrededor de su muñeca. Estas eran negras, pero de un negro gastado, como un tatuaje con el paso de los años.
Estaba a punto de contestarle, pero desgraciadamente (o no) el profesor acababa de entrar por la puerta, seguido del resto de la clase (o de los que aún no habían pasado al aula). Cerré la libreta de un golpe, justo antes de bajar la manga de la sudadera de la que iba a ser mi compañera, porque ella no había hecho el intento de hacerlo.
-Sí-. Susurré, moviendo la cabeza de vuelta al profesor. Sabía que Helen me entendería.
De repente, dio un gritito (parecido al sonido que hace un cerdito), haciendo que todos se giraran a mirarla, mientras yo cerraba los ojos y soltaba aire por la nariz. Sí, esta chica iba a darme problemas.
* * *
El resto de la clase transcurrió con más normalidad de la que esperaba. Helen no hizo ningún espectáculo como el anterior. Aunque claro, tampoco hablamos. El profesor hablaba sobre cualquier tonteria que ya sabía del año anterior y se dedicaba a preguntar a la gente guapa cómo lo había pasado en vacaciones. Y por gente guapa me refiero a Maison, porque claro, él estaba en esta clase. Porque era perfecto. 'Nótese el sarcasmo'. Con sus notas perfectas, sabía algo de música, 'Aunque no recordamos haberlo visto tocar ningún instrumento nunca.', también tenía que ser un perfecto artista.
Miré el reloj. Menos cinco. No pasaría nada si empezaba a recoger.
Helen me agarró del brazo de golpe, como si no quisiera dejarme ir.
-Eres distinta, Rebecca. Por eso sabía que eras tú. Pero ten cuidado. Ten cuidado porque eres distinta.
-¿Qué?
-Tranquila, tu me caes bien. Voy a ayudarte, si quieres que te ayude.
-Eh...no necesito ayuda, pero...lo tendré en cuenta.
Esta chica me estaba liando. Me costaba seguir el hilo de lo que decía. Pero me sentía bien con la idea de su ayuda, aunque no sabía por qué.
-No seas descuidada-.dijo, me recordó a una madre aconsejando a un niño. Eso fue raro. No suelo pensar en madres. Y también era raro lo poco que me afectaba que esta chica conociera el secreto. A lo mejor era egoísta, pero me agradaba que alguien fuera de mi familia lo supiera, y me comprendiera. Así que le sonreí, de verdad.
-Clase, una cosa antes de marcharnos. El resto del curso lo dedicaremos a un proyecto de fotografía, ya que como sabéis voy a ausentarme unos meses. Os diré la pareja que os ha tocado (debo decir que de forma totalmente aleatoria y obligatoria) y podréis empezar a trabajar en la siguiente clase. Los debéis entregar la semana de antes de la graduación. ¿He dicho que os diré la pareja? Vaya, lo siento, pero llego tarde a un asunto, así que dejaré el papel con los nombres y las instrucciones en mi despacho...para que no haya quejas. Hasta luego, chicos.
Vale, eso no me lo esperaba. Últimamente no me ilusiono por nada, pero un proyecto fotográfico es bastante guay, sobre todo si te gusta la fotografía como a mi. La única pega, el compañero. Espero poder hacer el trabajo yo sola y entregarlo con nuestros nombres.
* * *
Si la vida no podía sorprenderme más, mi compañero es Maison Smith, el perfecto Maison Smith. Y sé que tendré que hablar con él para poder hacer el trabajo sola. Como si mi vida no estuviera patas arriba ya.
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Darkness.
FantasyCuando Becca creía que su vida no podía ser más extravagante, comienza a tener sueños. Un par de ojos, una chica, cuervos y un bosque. Siempre lo mismo. Y al inicio del nuevo curso, cuando creía que todo permanecería igual que hasta ahora, empiezan...