Capitulo 3

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La mujer se levanta con mucha dificultad, pero algo ha cambiado su cuerpo no se siente como suyo, pero hay una sensación muy cálida, abre bien los ojos y se da cuenta que está rodeada de otros dos gatitos y una gata algo vieja, está respira con dificultad, obviamente está en sus últimos momentos de vida.
Tenía menos de tres días de nacida y su nueva madre ya había muerto, por obviedad aquella criatura con un cuerpo en desarrollo está indefensa ante el universo, el cual ahora se ve mucho más grande de lo que en un inicio fue, ella aún estaba muy confundida no lograba comprender cómo es posible estar en un cuerpo ajeno en tiempos paralelos.
Han pasado casi los cuatro meses y aún no se encuentra a sí misma, han sido tiempos duros su estómago cruje constantemente, tiene frío las noches son más difíciles que los días <<¿será esto un castigo más que una recompensa? ¿será una terrible pesadilla?>> es lo que la mujer se preguntaba diariamente.
En un día lluvioso ella corrió cerca de la avenida principal para buscar refugio bajo alguna banca, árbol o incluso una caja de cartón abandonada. Pero no fue ni una caja ni un árbol lo que vio era ella que corría apresurada arrastrando a su hija <<es una escena muy familiar>> decidió correr tras aquellas apresuradas doncellas, recorrieron todo el camino hasta su casa todo estaba sucediendo tal y como lo recordaba.
Una vez en el elevador parada a un lado de ese pomposo paraguas pensó en cómo acceder a su casa, entonces recordó aquel manchón marrón que se escurrió al interior sin permiso previo <<era yo>> el pensamiento deslumbró cualquier rastro de razón que hubiese quedado en su mente, las dudas que rondaban se esfumaron, no era un sueño, y los sucesos ocurridos lo confirmaron.
Cuando su versión humana abrió la puerta apresurada sabiendo que está es su única oportunidad entro a la habitación principal y se escondió bajo un sillón, aún tenía frío su pelaje estaba empapado y sucio — ten cuidado Lucero— escucha la mujer sale de debajo del sillón con mucha cautela y ve a su hija en pijamas corriendo hacia su habitación, ella se hacerla con sierro recelo al agradable aroma que desprendía ese vapor tibio que se escapaba del baño, con pasó no muy seguro llega hasta donde se encuentra aquella mujer de aspecto desgastado figura esbelta, manos rugosas grandes ojeras y un evidente estrés que la acompaña, está misma la toma entre sus brazos y comienza a bañarla con algo de agua tibia en un inicio la sensación es extrañamente aterradora pero poco a poco se vuelve reconfortante. Cuando estaba siendo secada con una toalla vieja vio en sus ojos una expresión de melancolía << ¿que ha sucedido? Esa no soy yo>> incluso para quien teóricamente es ella misma, era más que evidente el hecho de haber perdido todo el brillo que en su juventud le caracterizó.
Áster felina persigue a su versión humana durante todo su caótico recorrido por todo el apartamento, sus pies están hinchados su espalda se ve tensa parecería que tiene miedo de escuchar que la puerta se abre.
La comida caliente está sobre la mesa pero ella aún no se sienta, prepara la tina donde su esposo reposara sus pies, la puerta se abre y rápidamente se cierra bruscamente, el hombre bota al piso aquel saco que ella había lavado y planchado la noche anterior, Áster felina se acerca con un nudo en la garganta <<¿porque mi trabajo no es apreciado?>> una vez terminada la cena mientras su marido se baña, ella lava los trastes y ayuda a su hija para que se aliste para dormir la arropa, arregla sus útiles para el día siguiente para finalmente apagar la luz del dormitorio.
Ella es la primera en levantarse y la última en acostarse, sus piernas arden su espalda esta tensa, sus hermosas mejillas rosadas an perdido su rubor.
Áster humana sufre por dentro sin darse cuenta, pero su contraparte felina lo ha notado al instante, decide subirse sobre sus piernas para aliviar el ardor he hinchazón de las mismas, ahora lo ha comprendido todo o al menos eso cree pues este es solo el principio

Desde la vista de un gatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora