El sentido de nada

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Pensé en sucumbir ante los primeros claros del día, pero dejé que marcharan.
Olvidé que la vida es cíclica y tuve ese pensamiento de nuevo, con el nuevo rayo de luz de un nuevo día, y volví a decidir lo mismo.
Día y noche, pasa el tiempo y día y noche... Qué hermosa la noche, tan oscura, tan apagada, tan vacía de ruido.
Pero siempre hay algo que se oye en la noche; la gente que piensa, la gente que sufre y la gente que ama.
Tanta gente haciendo lo mismo, tantas conciencias imparables que podríamos decir tal vez que podrían ayudarse entre ellos, pero es algo tan surrealista, tan absurdo que nadie lo dice, y menos lo piensa.
Así pasará otra noche, pensando, sin hacer nada, esperando a que llegue un nuevo día para seguir esperando a que la vida deje de girar y pare en seco.


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