5. Miedo

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Las nubes comenzaron a tapar la luna, oscureciendo poco a poco la carretera, como premonición de lo que estaba por venir.

-Escóndete- Dijo Ihub y nos escondimos en la esquina antes del almacén.

En medio de la oscuridad, una antorcha alumbraba la puerta vigilada por un guarda de los tecnomantes. Su armadura de cuerpo entero, con tubos resplandecientes por el fluido mágico, empuñaduras capaces de demoler muros de piedra y una gran bayoneta-hacha de dos manos.

-Wooow ¡Solo había visto uno en la ciudad capital del imperio! Es sorprendente.- Dije en voz baja.

-No es hora de que actúes como niño.- Me llevó hacia ella indignada.

-Y tú no juegues de adulta niña.-

-¡Ya tengo quince!- La observé, es cierto los elfos siempre aparentan ser menores debido a su longevidad. -Algo debe haberles pasado a Violette y Buhule.-

-Iré a verlo de cerca.-

-¡Estás loco!-

-Y de paso sacarle un poco de información.- Mientras ella decía mil razones para no hacerlo, me embarrialé un poco la cara y la vestimenta, le dí el violín a Ihub e hice unos garabatos en un pequeño papel.

-¡Neku!-

-Confía-

Caminé encapuchado y renqueando hacia el guarda.

-Señor, ¿Es este el aposento de madame Violette?-

-Madame, ¡Ja! Ella es una bestia orco-

-¿Supongo que puedo entregarle un mensaje?-

-Ya no se encuentra aquí.-

-¿Acaso hay alguien a quien entregarle esta nota? - Le mostré el papel -Es urgente, su hijo está muriendo y me pidió que le trajera una carta-

El guarda arrebató el papel.

-Estos son puros garabatos-

-Acaso nunca ha leído orco mi ilustre señor- Tiró el papel al piso.

-No tiene por qué preocuparse, mañana será guillotinada al atardecer. Creo que no lo extrañará- Dijo con una risa sádica. -Ahora largo.-

Me empujo y caí al suelo. Regresé con Ihub, quien cariñosamente me recibió con una cachetada.

-¡Pudiste haber muerto! No solo arriesgaste tu vida, también comprometiste la de Violette, no seas tan impulsivo-

-Su vida ya está comprometida.- Respondí.

-¿Qué quieres decir?- Me miró con sus ojos iridiscentes.

-¿Sabes luchar?-

-No cambies el tema-

-¿Sabes luchar?- La tomé de los hombros.

-Antes del golpe de estado estuve en la escuela de magia, pero fue hace mucho-

-Para mañana aprenderás a jugar con tu Abra cadabra. Entraremos por el techo, quizá encontremos a tu amiga enmascarada.-

-¿Bujulé?¿Neku qué ocurre?-

-Te lo contaré adentro. Camina como un gato- Le dije mientras subíamos por el tejado hasta el almacén.

Al encontrarnos con Bujulé estaba sollozando. Ihub corrió a abrazarla y hablamos de la situación.

-¿Por qué ella?- Les pregunté.

-Hace 29 años Violette fue traída como obsequio al Rey- Comenzó Bujulé - Era una niña de 4 años para ese entonces. Sin embargo, los oráculos predijeron que su destino era guiar, entre un mar de sombras y buitres, al reino en su decaimiento. Desde ese entonces fue entrenada en el arte de la guerra, historia y filosofía.

La reina Ziva, quién llevaba más de 10 años sin poder dar a luz, le dio tanto amor como si fuera su hija. Desde los 15 era una de las mejores estrategas y guerreras del reino.

A los 18 se le otorgó el mando de la guardia. Dirigía la protección frente a piratas, bandidos del pueblo y atendía con gran respeto a quien acudiera por su ayuda.

Al nacer Ihub, los reyes confiaron plenamente en Violette, ambas se hicieron amigas y constantemente recorrían la ciudad juntas. Un grupo de humanos y elfos tenían grandes celos y estaban en contra de que una semiorco y mujer tuviera tanta influencia en el consejo militar del rey.

Con la llegada de los tecnomantes se unieron a este grupo de personas. En cuestión de meses lograron crear una fuerte oposición a los reyes, hasta que el imperio envió tropas de incógnito y así derrocar al rey.

Violette es la única del consejo que dejaron con vida, para humillarla y darle un ejemplo a "los salvajes".

Ahora que creen que Ihub escapó,... Duffer vino minutos después de vuestra partida...- Las lágrimas impidieron que ella continuara hablando.

-Se que es triste, pero llorando no la salvarán de la guillotina- De nuevo, haciendo honor a mi maestro el gnomo Demostes. -Lo siento, no quise decir...-

-No te disculpes, tienes razón.- Interrumpió Bujulé. -Debemos hacer algo.-

La capitán Bonn no solía ser muy estratega, simplemente silbaba y todo se resolvía a su manera; éramos la tripulación más temida del océano. Claro está, le acompañaba siempre Ty la azul, experta en combate y estrategia. Es mi hora de recordar lo aprendido.

-De acuerdo, solo somos 3,...

contra toda la armada...

Creo que yo podría acorralar a Duffer y... -

Me perdí en divagar como haría un bergantín de tres cañones versus un galeón militar en contra marea y el viento a...

-Ihub ¿Aún recuerdas lo aprendido en la Academia?- Me despertó la enmascarada.

-Claro, entre las hermanas practicamos antes del desayuno.-

-¿Cuál academia?- Pregunté.

-Academia de magia, ahí aprendimos las bases de la magia- Respondió Ihub.

-¿Saben magia?-

-Lo suficiente para defendernos-

-¡Y qué hacen esclavizadas!-

Ihub bajó su mirada y Bujulé respondió.

-El golpe fue sorpresa, el rey murió a traición y los tecnomantes, aunque sus inventos son más débiles que la magia pura, lograron atacarnos mientras dormíamos.

Al amanecer las pocas magas sobrevivientes fuimos llevadas como esclavas a Duffer. En el recorrido por las calles ensangrentadas vimos los cuerpos de hermanas y soldados empalados y, en la plaza, los reyes ardiendo en la hoguera.-

-Realmente tenía miedo- Acotó Ihub.

-Pues mañana ellos vivirán el miedo- Respondí.

-Ihub necesitarás esto- Bujulé le entregó una cajita de madera escondida entre las paredes, se miró al espejo. -¿Y tú, sabes maullar gatito?-

Yo sonreí y los ojos de Ihub volvieron a brillar.

Nadida - Piratas de libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora