El gato

48 8 0
                                    


Detrás de un toldo del mercado estaba lo que parecía ser un baño público. Una cortina y techo de tela cubrían un hueco lleno de eses.

-Wow, creo que ni un orco podría hacer algo tan oloroso.-

Corté el techo y subí por la cuerdas que sostenían la carpa. Caminé sobre las tejas entre las gaviotas volando hacia el océano. Me encontraba a unas cuantas casas de la taberna.

Busqué entre las ventanas. Encontré al hombre desnudo, me daba la espalda y sostenía con fuerza el rostro con lágrimas de la niña sentada en la silla.

El tipo se regocijaba de su "hombría" y del sufrimiento de su víctima. La niña me miró con miedo y en mi cabeza sonó el silbido de Bonn, era la hora de actuar.

Saqué mi cuchillo, esta vez yo no seguía a la líder.

¿Quién decide si merece vivir o morir?

Podrá ser una escoria, pero es solo un alma enferma. No acostumbro disfrutar de quitar la vida, siempre hay una alternativa, creo que podría...

Suelo traidor, un tablón crujió. El guarda me volvió a ver de inmediato.

-¿Por qué los suelos siempre deben sonar en las historias?- Fue lo único que se me ocurrió decir.

-¿Qué diablos haces aquí?- Preguntó el guarda desnudo.

-¿No es obvio?- le mostré mi cuchillo.

Él tomó su espada y se lanzó sobre mi. Por razones que no mencionaré, su ataque era rudo, fuerte y muy desconcentrado; definitivamente su cabeza estaba metida en el basurero.

-Niña, puedes comenzar a vivir- La niña tapó su boca y miró a mi espalda.

-No entendiste- Le dije al hombre mientras me atacaba por atrás. Me agaché para esquivarlo dándole un puñetazo en la entrepierna y rematé con una patada en su cabeza.

- La próxima no será con el puño- dije mostrándole el cuchillo.

Miré a la niña.

-Por favor no me haga daño, es mi primera vez- Dijo la niña entre llantos.

-Tranquila, solo vine a preguntarte si querías ser libre. Salir de aquí-

-No tengo a dónde ir-

-Yo tampoco, pero hay un mundo gigantesco por descubrir. Creo que es mejor lo que encuentres tras esas ventanas que en este encierro.-

-¿Quién eres?-

-Me llaman Neku-

-¿Gato? Jajaja gracias gatito-

Ella sonrió,se puso la camisa y caminó hacia mi.

-¡Guardas! - Gritó el hombre. -Toda la guardia estará tras de tí engendro-

-Pues siempre estaré delante de ellos.- Y salimos por la ventana.

Nadida - Piratas de libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora