Aquí y Ahora FRERARD

CAPITULO 14: LA CONFESION

Lo tomé de la mano y comenzamos a caminar, era un sitio que solíamos ir con los chicos cuando íbamos a visitar a Luca, ya que quedaba cerca de su casa.

Era una especie de parque. El cual tenía una laguna, que estaba rodeada de muchos árboles, algo así como un mini bosque dentro de la gran ciudad.

Cuando llegamos, claramente no había nadie. Primero, por qué era ya entrada la madrugada y segundo, no era un sitio muy seguro. Estaba poco iluminado y no solía frecuentarlo mucha gente, por eso solíamos ir allí a fumar cuando no se podía en casa de Luca.

Caminamos un poco entre los árboles y apoye mi espalda Contra uno, tenía a Frank tomado de la mano aún. No sabía por dónde comenzar a hablar, ni como reaccionaría tampoco, pero sentía que ya no podía callar  más lo que estaba sintiendo.  
Solté su mano y alce la mía hasta su rostro, acariciándolo suavemente. Junte aire y finalmente me decidí a hablar.
-Desde que te conocí, no dejo de pensar en ti. Lo que empezó siendo un cariño fraternal, creo que poco a poco fue cambiando. Eres mi amigo y me encanta que así sea, pero me gustaría conocerte más, sé que hace poco que nos conocemos, tampoco voy a decir que estoy enamorado de ti, lo que sí sé es que me gustas,y eso es más allá de que seas mi amigo. Voy a respetar si tú no sientes lo mismo por mí, pero si yo te gusto un poco que sea, dame la oportunidad de intentarlo. No te pido que seas mi novio, sé que es demasiado pronto, déjame ir conociéndote más. ¿Que dices?
-Digo que tienes razón en que es demasiado pronto, pero tu también me gustas desde que te vi por primera vez en el instituto, por eso elegí sentirme a tu lado. Y tendría que estar Un poco loco para decirte que no.
Lo tome de la cintura y lo acerque a mí, abrazándolo. Busque sus ojos,esas orbes avellana que tanto me perdieron y pude ver como brillaban    Junte finalmente mis labios con los suyos y le di un beso tierno, completamente distinto al anterior, que estaba lleno de deseo y lujuria. Su respiración era pausada pero podía sentir los latidos de su corazón.
Me separé lentamente, pero aún. José una sonrisa y le di un corto esos labios, la parte de mí y lo tomé de la mano para retomar el camino casa.

No supe qué hora sería pero cerca de las tres o cuatro de la madrugada seguro. Estábamos algo alejados de nuestros hogares por lo que caminamos hacia una avenida que se encontraba cerca y esperamos un taxi, no sentamos los dos en el asiento atrás. Le indiqué la dirección al chofer y emprendió su camino, Frak iba con los ojos cerrados y la cabeza apoyada mi hombro. A la vez que cruzaba un brazo por mi cintura, abrazándome.
Cuando llegamos tuve que mover a Frank, ya que se había quedado dormido. No quería separarme de él, necesitaba de su calor corporal. Y si encima me pedía que me quede con el esa noche no podía negarme, más cuando me miraba con esas avellanas que tenían un brillo tan especial.
Entramos a su casa intentando no hacer tanto ruido para no despertar a sus padres. Ya no estaba tan ebrio como hace un rato, o al menos eso creía cuando tropecé en las escaleras, por suerte Frank me llevaba tomado de la mano. Llegamos a su habitación, cerró la puerta y me lance a sus labios. Ya los extrañaba, introdujo sus manos debajo de mi camiseta y sentí un escalofrío ante el contacto. En ese momento no sabía cómo reaccionar, me había llevado contra la puerta y estaba atrapado, sus besos me envolvían y me llevaban al allá. Sus manos recorrían mi espalda y el beso se tornaba cada vez más intenso. Me separé un momento de él para poder tomar aire, lo miré y en sus ojos pude ver el deseo. Me lance a sus labios nuevamente y le quite la chaqueta que tenía puesta, la mía no sé en qué momento había ido a parar al suelo. Comenzamos a caminar aún sin separarnos, lo guíe hasta la cama y caímos sobre ella. Lo miré y estaba con los ojos cerrados, una capa fina de sudor sobre su frente y algunos cabellos sobre ella, las mejillas rojas y los labios hinchados, se veía hermoso, era perfecto.
Tenía mis piernas a los lados de su cadera y necesitaba parar antes de que esto fuera más allá. Sus padres estaban en casa y no me gustaría que nos escuche.  Además tampoco sé si quería estar con Frank así. Sería más lindo si los dos estuviéramos sobrios,me separé y me recosté a su lado, deshaciendo el beso. abrio los ojos y me miro entre enojado y confundido. Antes que me dijera algo, hable.
No quiero estar contigo así Frank; quiero disfrutarte con mis cinco sentidos me encantas y tu cuerpo se  me hace irresistible. Si por mi fuera te follaria en este mismo instante sin importar  que tus padres estén  en la casa. Pero entiende que no es el momento si? -Deposite un casto beso en sus labios al finalizar-.El solo me sonrió y me abrazó. Dándome a entender que tenía razón en lo que le decía. Busco mi mano y la entrelazo con la suya. Sonreí ante ese gesto.
Lo abrace por la cintura, apegandolo contra mi cuerpo,  reposé mi cabeza sobre su hombro y me dispuse a cerrar los ojos, intentando dormir. Minutos después sentí como el cuerpo de Frank se relajaba y su respiración se hacía más pesada, se había quedado dormido. No sé cuánto tiempo pasó, simplemente me dediqué a observarlo. Sus labios entre abiertos, como subía y bajaba su pecho, la manera en que arrugaba la nariz, era simplemente hermoso. Con una de mis manos quise acariciarlo, recorrer tu piel, sentirlo. Tenía el torso desnudo por lo que pude apreciar parte de sus tatuajes y lunares que iban a la perfección con su tez blanca. Como pude le di un corto beso los labios, no quería despertarlo. Cerré los ojos y luego de un tiempo, el cual no sabría definir, caí en brazos de morfeo. No fue hasta que un portazo me hizo despertar, pensé que pudo haber sido Frank, pero seguía dormido abrazado a mi lado.  Ahí fue cuando recordé que sus padres estaban en casa. Y si alguien entró y nos vio?Intenté despertar a Frank lo menos brusco posible, pero tenía sueño pesado.
-Frank, despierta vamos. decia a la vez que lo samarreaba para que despertase. Intenté explicarle dejando la paranoia de lado, pero creo que me fue imposible. Frank miro la hora, luego me miró a mi y se hecho a reír.
-Que? Respondí en un tono algo enfadado. Cómo podría estar tan tranquilo después de lo que le dije.
-Gerard, tranquilo, nadie nos vio, seguro estabas soñando, son las cuatro de la tarde, a esta hora mis padres no están en casa. Además, no lo notaste? Está no es mi habitación, es la de huéspedes, pudieron pensar que fui a tu casa a dormir.-Gerard parecía no caer y comenzó a mirar las paredes, cayendo que Frank tenía razón, a lo mejor y si había sido un sueño. Se incorporó en la cama, sintiendo una fuerte puntada en lacabeza. Si que se había pasado con el alcohol la noche anterior. Al parecer Frank se encontraba igual. Decieron levantarse ir en busca de algo para su resaca y de paso de comida. Efectivamente en casa de los Iero no había nadie  desde muy temprano, los padres de Frank tenían un almuerzo de negocios y le habían enviado un mensaje a su celular avisándole pensando que no se encontraba en casa, tal y como me lo había dicho. saco del refrigerador una pizza congelada que luego metió en el horno y unas latas de refresco.

Fuimos a fumar al patio en lo que se cocinaba la pizza, el día estaba soleado y la temperatura era agradable. Encendí un cigarro y me recosté en el césped, tuve que cerrar los ojos ya que el sol me daba de lleno en los ojos y me costaba mantenerlos abiertos.
Todavía ninguno de los dos se había atrevido A decir nada de lo sucedido anoche. Si tenía que decir algo, tampoco sabría cómo empezar. Así que preferí guardar silencio, al menos por el momento. Creo que en el fondo no me animaba aún a dar el primer  paso con Frank sin estar ebrio o drogado. Todo el tiempo siento que me va a rechazar. no sé cuándo tiempo tuve recostado pensando todo eso, pero sentí como Frank me golpeaba el brazo dirección. Abrí los ojos tratando de que el sol me molestara lo menos posible, él se encontraba sentado  a mi lado  con la pizza y los refrescos. Me incorpore y tome una rebanada de pizza, que a duras penas pude terminar, tenía el estómago completamente cerrado. En cambio Frank había amanecido con demasiado apetito, se comió casi toda la pizza solo. Hizo algún comentario acerca de porque no había querido comer, pero le dije que no tenía hambre, sencillamente, lo cual era cierto. Yo más que nadie sabía que después de una noche de excesos lo último que tenías al día siguiente era apetito. Dejamos los restos del almuerzo en la cocina y fui a buscar mi móvil, que seguro había quedado en la chaqueta, la cual se encontraba en algún rincón de la habitación de huéspedes.

Cuando cogí el móvil tenía varias llamadas y mensajes mi madre, decidí ignorarlos, ya que volveria a casa pronto. Aproveché a ver la hora y eran pasadas las cinco de la tarde. Era domingo y eso se veía reflejado en las calles, estaba todo demasiado calmo. Debía ir a casa, quería tomar una ducha y dormir un poco, estaba algo cansado ya que no había podido dormir. Busque a Frank que se encontraba en su habitación, cuando entre se estaba cambiando de remera. Era increíble como me atraía su abdomen tatuado. Me acerqué a él, y lo tomé por la cintura y lo bese. Era la primera vez que lo hacía sobrio y se sentía increíble, sus besos me perdían, definitivamente.