Cierro los ojos al sentir la brisa que golpea ligeramente mi rostro. Cuando los abro repentinamente me encuentro con un cielo azul salpicado por aquí y por allá de nubes aborregadas. El semestre está empezando pero me siento tranquilo porque aun no empezamos con las materias de lleno.
El lecho de pasto en el que me encuentro es muy confortante pero me tengo que levantar ya porque alguien me llama:
-Jack, es hora de entrar a clase -me dice Gary.La mañana pasa sin acontecimientos sobresalientes pero la última clase, que es en donde estamos Gary, George, Lauren, Sophia y yo, nos retrasamos.
Cuando salimos del plantel descubrimos que el transporte no nos ha esperado de nuevo. El conductor dijo que este semestre no iba a permitir que retrasemos su horario perfecto de paradas. Es la primer persona que conozco que está obsesionada con ser puntual todo el tiempo.
-De acuerdo -dice George-. Tendremos que irnos caminando.
No me sería problema alguno si tan solo fuera con mis amigos hasta mi condado, que es el último de la zona. Prácticamente mi casa queda a tan solo una cuadra del bosque, pero el problema aquí es que solo caminaríamos juntos unas cuantas cuadras; los primeros en desviarse son Lauren y George, y dos cuadras mas adelante me quedo solo. Sophia ni siquiera vive del mismo lado que nosotros.
Cuando llego a casa mi madre está haciendo de comer. Voy a mi cuarto y me recuesto en la cama. Estoy aburrido. Sin esperarlo, escucho el canto de un sinsonte. Me sorprende, ya que no hay muchos pájaros de esos por aquí. Desde mi ventana se puede ver la vegetación arborea. En un roble, al principio del bosque, está el animalillo blanco con negro. La curiosidad puede más que yo y salgo de casa sin avisar.
Me dirijo hasta donde termina la población, entre las ramas -con sigilo- y aprecio mejor al ave, el cual al verme emprende vuelo al interior de aquél habitad verde. Vacilo y volteo un par de veces al condado, pero al final sigo el pequeño sendero de tierra que lleva al interior de la comunidad forestal.
Hay muchos otros pájaros, pero no veo por ningún lado al pequeño sinsonte. Camino unos minutos mas y mi búsqueda pierde la atención, la cual es atrapada a continuación por una pequeña casa de madera construida a lado de un arrollo, en medio de la naturaleza. No sé que demonios hace una casa aquí. Decido regresar a casa corriendo, pero en el camino choco con una persona.
-¿que estás haciendo aquí, polluelo? -me dice un anciano que lleva una túnica color gris. Varias veces lo he visto por el condado, pero nunca lo suficiente, al parecer; sin embargo su vestimenta siempre me ha resultado un poco anticuada, ya que hoy en día nadie viste así.
-yo... eh... yo solo... - empecé a balbucear.
-metes las narices donde nadie te llama, ¿no es cierto?
-No, nada de eso. Es solo que vi un sinsonte y se me hizo algo... peculiar y al seguirlo llegué hasta aquí-le respondo, tratando de ser honesto.
-Un sinsonte ¿eh? ¿Cuantos polluelos como tu hay hoy en día? ¿No deberías estar jugando video juegos o perdiendo tu tiempo como todos los demás?-el anciano no deja de ver mis ojos con un brillo extraño. No parecen los ojos de una persona de tanta edad. El color de sus ojos es de un verde ocre.
-¿y que hace una persona de su edad en un lugar tan apartado de la ciudad? -me atrevo a cuestionar, desviando la mirada y casi esperando que el anciano responda de mal humor, me golpee con su bastón de madera o cualquier otra cosa.
-Eso no te incumbe a ti, adiós -el anciano se toca algo a la altura del pecho y lo esconde dentro de su túnica. Es plateado pero no logro ver la figura, de lo que estoy seguro es que es un collar. Al mismo tiempo se aleja y me dice que si regreso al bosque será bajo mi propio riesgo.
Una vez en mi habitación no dejo de pensar en lo que me dijo el anciano y en el modo en que evadió el tema. Además... Un riesgo ¿eh? ¿Hace cuanto que no pasa nada interesante en mi vida? Me pongo un suéter gris y me dirijo bajo la luna nueva hacia el bosque. Entonces escucho aquel canto tan peculiar. Procede del bosque. El motivo perfecto para adentrarme de nuevo.
Los sonidos del bosque son más fuertes por la noche de lo que creí. Escuché varios gritos que pudieron bien haber sido de niños o animales, no lo se. La niebla empezaba a tornarse más densa conforme avanzaba la noche hasta que por fin llegué a la pequeña construcción de madera. En el interior un fuego débil se dejaba ver por la ventana. Me acerco con sigilo a la casa y me asomo por la ventana. Del lado izquierdo escucho un ruido y antes de reaccionar siento una fría mano sobre mi hombro.
ESTÁS LEYENDO
Jack Pevensie: My life into the stories that I Read
Fanfictú conoces la historia de los Juegos del Hambre ¿pero alguna vez te has preguntado qué fueron en realidad los Días Oscuros? ¿Cuál fue el verdadero motivo por el que el Distrito 13 se levantó en armas? Conoce el universo de la historia de Suzanne Col...