Capítulo 7.

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   Después de un largo día en la playa, ya estaba anhelando una ducha. Entré  al baño con mi estuche, y puse mis mejores canciones. Al instante oigo pasos en el módulo y se abre la puerta de mi baño.
—Charlie ponte ropa linda, que vamos a conocer la nueva casa de Gianna en el pueblo—dice mi madre. En lo primero que pensé, fue en Dominic, que claramente no estaba invitado. Y sinceramente me lo había pasado tan bien anoche, que tomé una decisión.
—Ma, yo me quedo. Estoy bastante cansada—le respondo a mi madre, que al parecer no entendía nada.
—Bueno... Como quieras—dice alejándose del baño.
   No se por que sentía tantas ganas de verlo, pero así era y quería quedarme. Salí del baño y ya en mi habitación me puse el pijama. Me acosté en la cama a escuchar música, mientras esperaba la llegada de Dom, que estaba tardando. Por alguna razón, el saber que estaba con Mónica me acababa la paciencia, pero ahí lo escuché. Había pasado ya bastante tiempo sola esperándolo, pero ya estaba aquí. Se para en mi puerta, me saluda con una sonrisa y entra seguidamente al baño.
—¿Cómo haces para oler tan bien?— me pregunta gritando.
—¿Cómo?—respondo extrañada.
—Anoche sentí un olor cuando me duché después de tí. Y hoy también— me dice mi primo mientras sonreía inconscientemente.
Le sonrío y entra a la ducha. Ese olor era el perfume que siempre me pongo después de ducharme, y me entusiasmaba saber que lo había notado.
   Había sido un día difícil. Entre no tener nadie de mi edad con quien estar, y ver a Dom y Mónica en su mundo excesivamente cariñosos. Ya estaba exhausta. Pero me moría de ganas de volver a hablar con Dom.
Sin más, escucho los pequeños golpecitos en mi pared. Ya era hora.

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