Eclipse

Capitulo 2

            

Capítulo 2

Dos años habían pasado después de aquel eclipse, el mundo había cambiado. Todos pensaron que era un simple suceso natural, así fue. Pero las consecuencias que trajo no fueron de ninguna manera natural

21/8/2019

Dos años exactamente habían pasado, ella aun no despertaba. Sus padres creyeron que despertar era imposible y aun así mantuvieron la esperanza, pero la esperanza se acabó.

Italia se encontraba profundamente dormida en la cama de hospital, en la misma posición que la de dos años atrás. Sus padres no podían soportar la desesperación de ver a su hija en ese estado, era el día de terminar con su sufrimiento. La desconectarían de aquella máquina que la mantenía con vida, pero no por mucho tiempo.

Como si fuera una mañana normal, Italia abrió los ojos y miro a su alrededor. Sentía entumecido el cuerpo de no haberse movido durante mucho tiempo. Al ver su cuerpo conectado a las maquinas se asustó y por impulso alejo esos cables de si misma.

Al alejar todos los cables, la máquina que mantenía vigilada su pulso comenzó a hacer un ruido desesperante y ruidoso captando la atención de los doctores que pasaban por el cuarto.

-¿Qué está pasando?-entro un doctor con una enfermera al lado a la habitación de Italia.

-comenzó a pitar y corrí hablarle...-el doctor al ver a Italia abrió la boca y contento se acercó a ella.

-despertaste.-comenzó a revisar sus signos y las condiciones en las que se encontraba.

-¿Qué hago aquí? ¿Y mis padres saben de esto?- después de que el doctor se hubo cerciorado de que todo estaba en orden se sentó en la orilla de la cama.

-mira, ocurrió un accidente. En un momento les hablaremos a tus padres para que estén enterados de que has despertado.-le hizo una seña a la enfermera y ella asintió saliendo del cuarto.

-¿accidente? ¿Qué accidente?-Italia se acomodó sentada en la cama con su espalda recargada en la pared.

-¿no lo recuerdas?- ella negó con la cabeza apenada, hizo el intento pero solo recordaba una luz, una silueta y un sentimiento. -¿Qué es lo que recuerdas?-

-pues...estaba caminando con Liz y una luz me cegó, después una persona buscando algo...es todo.-el doctor negó con la cabeza.

-tomamos testimonio de tu amiga. Liz ¿no?-ella asintió –dijo que estaban caminando de regreso a casa cuando el cielo se obscureció por el eclipse...-Italia dio un brinco en la cama y soltó un grito agudo.

-¡Exacto! El eclipse.-miro al doctor un momento -¿Por qué se obscureció? Creí que aquí solo sería parcial.- El doctor movió su cabeza negando.

-todos creímos eso, nos sorprendió. Todo el mundo está investigando eso.- bajo un poco la cabeza y reviso su reloj. –fue hoy hace dos años exactamente, en toda américa surgieron accidentes que nadie se explica. No estamos seguros si tú fuiste una de las afectadas.-Italia frunció el ceño ¿accidentes? ¿Ella afectada?

-¿a qué se refiere? ¿Cómo podría yo haber sido afectada?-el doctor sonrió un poco. trato de calmarla dándole palmaditas en la pierna.

-cuando todo se obscureció, un 30% de la población en todo el continente de américa, tomo acciones peligrosas poniendo en riesgo su vida...-ella no entendía a qué se refería, estaba a punto de preguntar pero el doctor hablo primero. –comenzaron a suicidarse de maneras diferentes, algunos los alcanzaron a detener o fallaron el intento, pero solo el 10% se salvó. Creemos que fuiste afectada por esta extraña actitud pero no podemos estar seguros, tendríamos que realizarte otros estudios ahora que estas despierta para cerciorarnos de que no es así.- el doctor se levantó de la cama y acomodo su bata.

-¿Cómo que no están seguros? ¿Qué fue lo que paso?-el doctor siguió caminando a la puerta sin detenerse, ya estando en el umbral se dio la vuelta.

-viste el eclipse y sigues aquí.- callo un momento y miro a la pared. –Esta despierta.- se dio la vuelta y salió del cuarto. Italia no podía comprender a que se refería, la cabeza le daba vueltas y le palpitaba con dolor.

-¡Hija!-exclamo una señora desde la puerta y camino a grandes pasos hacia ella, Italia sentía cierto aire familiar hacia ella pero no era capaz de reconocer quien era. –no tienes idea de lo feliz que estoy de verte despierta.- sollozando la soltó para verle el rostro confundido.

-Disculpe, ¿Quién es usted?-

Narrador

Habían pasado más de dos días hasta que por fin decidieron que Italia podría salir al aire libre, a pesar de haber dormido un año como habían dicho –cuando se enteró de la noticia fue inevitable que se pusiera a llorar. Era imposible que hubiera estado en coma dos años- se sentía agotada, había pasado más acción de lo que se esperaba en toda su vida.

Primero le hicieron estudios, querían saber la razón por la cual no reconocía a su mama pero si recordaba sobre ella. Ella no podía tener perdida de memoria, solo había olvidado su rostro. Aun así no habían dicho nada.

Después, fue a terapia para caminar. Era normal después de haber estado dos años sin haberlo hecho y aun sentía algo de incomodidad al hacerlo con una mezcla de placer.

Por último, unos nuevos estudios. Jamás había escuchado sobre ellos. Le sacaron sangre, radiografías y peguntas extrañas como: ¿Cómo te sientes? ¿Te sientes rara? ¿Te sientes más fuerte o más débil? ¿Qué quieres hacer en este momento?

No entendía como eso le podía ayudar a mejorar en su salud, pero no opuso resistencia. Solo eran preguntas inofensivas.

Había llegado a su casa, ya no era como la recordaba. Antes era pequeña y con solo un cuarto, ahora había 3 cuartos en la casa y esta estaba muy limpia.

-bueno, ¿Qué te parece?-su madre le enseño la cocina que siempre había querido, el patio y la sala de estar. Por supuesto también su cuarto, algo de lo que se sentía muy orgullosa.

-¿cuándo hicieron todo esto?- Italia se sentó en el sillón grande que había en la sala de estar color negro, lo habían cambiado. El anterior era uno color café y era una imitación de piel, este realmente era de piel.

-lo terminamos hace unos meses, te lo había prometido.- asintió y toco el sillón disfrutando como se sentía bajo sus manos.

-lía...- giro su cabeza y vio a un niño. Uno casi en la adolescencia.

-¿Quién eres tú? ¿Eres Danny?- el niño la abrazo fuertemente y lloro.

-sí, soy yo hermana. Te extrañe mucho.- conmovida por sus palabras y por el sentimiento fuerte atorado en su garganta lo abrazo.

-yo también te extrañe.- estuvieron un minuto así hasta que el pequeño había controlado su llanto. Carol le había contado horas atrás a su hijo la situación en la que su hermana se encontraba. Italia, no podía recordar las caras. El accidente le había proporcionado un buen golpe en la cabeza imposibilitándole recordar cómo era un rostro. Sería muy fácil para ella olvidarlos.

-¿quieres ver tu habitación?-su hermano la guio hasta la última habitación de la casa, su puerta era de color chocolate y se habían tomado la molestia de grabar su nombre ahí. La sola puerta le había gustado. El cuarto estaba pintado de color blanco y los muebles del mismo color que la puerta, tenía un pequeño estante para libros con algunos nuevos en él. Su cama era amplia para ella sola con edredones color azul eléctrico, había una gran alfombra delante de la cama con un sillón sobre ella y un escritorio pegado a la pared al lado de un closet que daba de pared a pared. Era el cuarto que siempre había querido, le sorprendida saber que tuvieron el suficiente dinero para hacer eso, aunque no dudaba que alunas cosas fueran de segunda mano.

Se recostó en su cama fría y miro hacia el techo que tenía un ventilador en él, sus aspas era chocolate. Todo en el cuarto era de ese color y le gustaba.

-¿te gusta?- en el umbral su mama y hermano esperaban impacientes su respuesta.

-No.-ellos la miraron extrañados sin entender la sonrisa en su rostro. –me encanta.-

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-AxZekken