Él joven desesperado cayo en el piso. Haciendo temblar y tronar todo su pellejo, su ropa se despojo de su cuerpo. Su sangre hervía de ira, pero sin menos... su corazón se exprimía a sangrar y matar el dolor de su alma. Que riñia y se retorcía de dolor, clamando que su angel volviera. Sobre todo floreciera como una hermosa rosa roja. La rosa que no se marchitara de nuevo pero, ¿que lástima? La alma de la doncella muere lentamente como castigo divino.