¡HOY LO VÍ! ¡VÍ A LEN EN LA ESTÚPIDA SALA DE MÚSICA MIENTRAS YO ENSAYABA SOLA!
De alguna u otra forma, llegó cuando me tocaba ensayar sin mi banda. (Seguro la traidora de Miku le dijo. Ugh, esa entrometida)
Y se puso a tocar su maldita guitarra de madera de roble japonés, porque es lo suficientemente rico para comprarse semejante lujo.
¡Ah! ¡Pero no sólo eso!
Cuando me escuchó componer la canción que estoy preparando para el festival de primavera, el maldito me dió una sugerencia:
–Creo que deberías cambiar ese acorde por un Fa– sonrió con una perfección hórrida.
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Odio que quieran corregirme. Y más alguien tan ridículamente erudito en todos los aspectos. Pero más odié que él quisiera sentirse superior a mí, siendo que yo ya sé eso... Por eso le respondí:
–Cuando quiera una opinión tuya, la pediré. Mientras tanto, guarda tus palabras en tu boca– lo hice mientras hablaba entre dientes, con una mirada sombría.
Con esto, Len simplemente asintió con timidez, bajó la cabeza y comenzó a temblar. Al mismo tiempo que susurraba cosas inaudibles para sí mismo. Como si una directora amenazante lo hubiese regañado, o una autoridad sumamente importante lo hubiese condenado a muerte.
Bueno... No pude evitar sentirme mal (pero sobretodo incómoda), así que lo tomé del hombro, lo miré fijamente a sus ojos celestes y...
–Mira, no es para tanto. Es sólo que estoy muy concentrada y estresada para que esta canción salga bien– tragué saliva. –Pero si quieres voy a intentar cambiarlo por un Fa, si eso te hace feliz– esto último lo expresé con cierto fastidio, porque no era un deseo que viniera de mi corazón.
Aunque qué más daba. Solo sería un intento y ya.
Pues no. NO LO FUE.
La canción sonaba genial con tan sólo ese ligero y aparentemente insignificante cambio. El hijo de puta tenía razón.
–Woah... Suena muy bien...– susurré sin poder ocultar mi maravilla.
–T-Te lo dije– esbozó Len una sonrisa, con ligera satisfacción.
Qué idiota. Con un simple "Fa" no iba a ganarse mi amor.
–Sí, sí, gracias. No creía que fueras tan bueno, o que te interesara tanto, pero gracias– –Heh... Por supuesto que me importa... Eres una chica especial, con mucho talento, a la cual quiero ayudar– habló, manteniendo su sonrisa, pero ahora con un enorme sonrojo en su rostro.
Parecía un jitomate.
Al igual que yo (desgraciadamente).
–E-Es bueno saber eso. Pero debo seguir ensayando– le contesté para evadir el tema. No quería mostrarme débil ante él.
Ahhh... En fin. Luego de eso, pasaron unos minutos y se acabó la hora para ensayar; entonces, Len se despidió de mí, dándome un beso en la mejilla.
