True

712 84 39
                                    


No pueden sacar éste vídeo y yo haciéndolo tan perro.. ¿Mira lo que me haces, Cass?

_____________________________________________________________

La noche era calma y serena cuando los golpes en su puerta fueron dados con prisa, se encontraba solo en su apartamento, su roomate había salido con una chica que conoció en una cafetería; pero no descartó la idea de que podría ser él, ya que Taehyung era una persona demasiado desorientada y mal organizada sin proponérselo mucho.

Vivía en el primer piso de un complejo de apartamentos bastante cómodo para dos chicos universitarios en su último año, era prácticamente una residencia estudiantil; hacía ya alrededor de tres años que había dejado el ala de sus padres y se había ido por su cuenta, trabajando a medio tiempo, recibiendo una mínima ayuda de sus padres (porque él así lo quería) todo porque quería independizarse y seguir adelante.

Esa misma cantidad de tiempo fue la que dejó de ver a Park Jimin, porque el corazón no le daba a basto y porque la mirada apartada y lejana que solía darle cuando estaban solos le gritaban a Jungkook en la cara cuánto le despreciaba por ser homosexual.

Desde los diecisiete que Kook se decidió a contárselo a su familia, a los diecinueve recién lo aceptaron con amor y todo intacto, y a los veintiuno él se marchó de casa, con su cabeza tranquila y su corazón echo trizas, porque había descubierto algo que hubiese sido mil veces mejor no saber.

Y entendió tantas ideas de Taehyung sobre la vida, y que cuando la gente es ignorante vive más tranquila y feliz. Era cierto, porque él era relativamente feliz cuando no sabía el echo de que su hermana y Jimin tiraban, aun si ella tenía un novio desde hace un año atrás...

Dos años fue todo lo que duró en casa de sus padres con Nayeon a un cuarto de distancia y el pecado en el aire, la traición en sus sentimientos y el dolor de saberse rechazado por la única persona, fuera de su grupo familiar, que alteraba sus sonrisas tanto como sus lagrimas.

Jamás mencionó nada, pero él podía leer en el ambiente que Jimin estaba al tanto de que él lo sabía todo.

— Ya voy, Tae, espera un segundo..

— ¡Jungkook! - le hablaron desde el otro lado, y el alma se fue del cuerpo - Soy yo, Jimin. Abre..

Él sabía perfectamente quién era, aun si no decía su identidad. Su voz estuvo acechándolo en las noches, dentro de sus pesadillas alegando cuánto lo detestaba, aun si nunca se lo dijo concreta mente.

— ¿Park Jimin?

— ¿Conoces a otro? - La arrogancia que sólo él sabía atractiva - Está helando de éste lado, Jeon. Dime que piensas abrirme la puerta.

— Estoy.. Estoy en eso - quitó el seguro, abriendo lentamente, temiendo haber perdido la cabeza - ¿Jimin?

Y sí, era él en toda su esplendida y brillante persona, acompañado de un ejercito de sentimientos que ahogaron al menor en cuestión de segundos, y se dio cuenta de tres años no eran nada para borrar la sonrisa que ahora le estrujaba el pecho, tal y como lo hacía cuando eran adolescentes y mucho antes.

Traía una cazadora negra, un pantalón de vestir se veía por debajo y unos zapatos lustrados, su cabello estaba levemente engominado y tirado hacia un lado, su nariz rojiza y su sonrisa de cielo intacta, penetrante y cautivadora como siempre la conoció...

¿Era esto un sueño y el despertador sonaría en cualquier momento, anunciando que se quedó dormido y no fue a su examen parcial?

— ¿Me vas a invitar a pasar?

Detrás de su sonrisa [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora