Cap 1.

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Kaiiii!!!-grité mirando la hora en mi celular-Levántate yaa!- ya sacado de quicio, me levanté como pude y fui a la cocina para prepararle el desayuno-
Ya estoy listo-dijo en voz bajita con la ropa toda mal puesta, mientras se restregaba uno de sus ojos, sacándome una sonrisa al ver el desastre que había hecho con su ropa-
Tú si que tienes creatividad-ordené su uniforme y lo senté para que comiera sus cereales-No te duermas o derramarás todo-asintió aún con los ojos cerrados, haciéndome sonreír de nuevo, no puedo estar mucho tiempo enojado con esta pequeña bestia. Me vestí lo más rápido posible, para sentarme a desayunar a su lado-
Ya terminé papi- dio un gran bostezo, pegándome el gesto, mientras seguía luchando por mantener sus ojos abiertos-
Vamos, no te duermas, ve a lavarte la cara y luego los dientes, iré de inmediato-mientras él se tambalea hacia el baño, yo tengo que hacer malabares en la cocina, para hacer su bento de una manera decente. Al terminar lo meto en su mochila al igual que su peluche favorito, en seguida voy al baño, donde se durmió en la taza del baño con el cepillo en la boca-Puff-no puedo evitar sacarle una foto, para luego tomarlo en brazos y terminar de lavarlo, mientras yo trato de hacer lo mismo. Cuando ya terminamos tomo mi maletín y su mochila, la cual, cuelgo en uno de mis hombros para salir cagando hostias de la casa. Llegamos al auto, abro la puerta del copiloto y lo dejo en su silla para niños, limpiando la comisura de sus labios, pues la saliva se le estaba escapando, haciéndome sonreír otra vez, ya dentro del auto puedo tomarme un respiro, pero eso se acaba cuando veo la hora en el reloj que tengo en mi muñeca-Joder, si que vamos tarde-pongo el cinturón de seguridad alrededor de mi cuerpo y doy una última revisada para ver si traje todo, para prender el auto y salir a todo lo que las ruedas me permiten.
Kai-lo moví despacio para que despertara- Oe ya llegamos-volví a moverlo, pero ni señales de vida-Ey! No te dejaré ver esos monos que te gustan mañana, no dormiste nada y ahora tienes mucho sueño-
Papi no!-despertó de inmediato, esa carta siempre funciona-Me dormiré temprano! Lo prometo!-sus ojitos azules comenzaron a llenarse de lágrimas-
Esta bien, te lo perdonaré, pero si esto se vuelve a repetir tendré que quitarte el control-su sonrisa llegaba hasta sus orejas, mientras aplaudia por la felicidad-
Eres el mejor papi de todos!-Grito feliz-
Vale, vale, no chilles-volvió a hacerme reír con sus locas salidas-
Al llegar a la puerta de la guardería estaba lleno de mujeres y uno que otro padre como yo. Lamentablemente  siempre causo furor entre ellas, pues Kai es clavadito a mi, me agacho para dejarlo en el piso- Tú eres el mejor de todos ¿sí?..Deslumbralos a todos bestia-arreglo su uniforme y él vuelve a abrazarme con efusividad, le pongo su mochila y beso su frente, para ver cómo sale corriendo detrás de sus compañeros-
Aún tengo tiempo-No me había percatado de las miradas de las mujeres, a las cuales, no puedo evitar sonreírles con galantería, después de todo no sería yo si no me permitiera estos gustos, pero al ver la hora todo eso desaparece y como si me hubiesen metido un turbo en el culo corro al auto para dirigirme a mi trabajo.
Y esa es mi rutina, cuidar a mi pequeño hijo de 4 años y no morir en el intento.
Se preguntarán el por qué de la situación ¿no? Y he aquí la respuesta.
Hace un par de años atrás, pasaba por la etapa más salvaje de la universidad, donde me acostaba con cualquier cosa que se movía, recibiendo el apodo de "Pantera", pues era un Rey solitario que sólo cazaba para comer y luego cuando ya está satisfecho deja a la presa, por ende, era una caza sin fin.
Un día cualquiera estaba follando con un chico increíble, su culo parecía aspiradora. Todo era perfecto hasta que sonó el timbre, a mi en esos momentos me importaba una mierda que sonara, pero fue tan insistente que no me quedó otra que dejar al chico en la cama y salir en busca de la persona que estaba jodiendo mi polvo. Llegué a la puerta y la abrí con la intención de golpear a alguien, pero no encontré a nadie, más puteado aún cerré la puerta de la forma más estruendosa que te imagines, para luego sentir un llanto tan fuerte como el portazo que di, incrédulo volví a abrir la puerta, viendo una canasta en el piso y la ropa que tenía se movía, había algo vivo dentro y se estaba retorciendo, tomé la canasta y la dejé en la mesa del living. Aún estaba en shock, fui a la pieza por el paquete de cigarros que a duras penas logré prender, el chico que ya estaba molesto por la espera salió de la pieza-
Ey! Parece que viste un fantasma-bromeó, pero ni una sonrisa salió de mis labios, solo calé hondo el humo del cigarro, esperando la muerte-¿Qué es eso?-apuntó a la canasta, la cual, la cobija seguía retorciendose-Wuo~ ya entiendo porqué  estas pálido- hurgó en la canasta y encontró una nota-Dice que el bebé se llama Kai y que la disculpes, pues no puede tenerlo, que tú eres la única esperanza para él- apuntó a la canasta-¿No quieres verlo? ¿No tienes curiosidad?-sus preguntas me están sacando de quicio-
Vete-Apagué el cigarro en la mesa, sin tener contacto visual con el chico-
Pero quiero verlo-dijo con voz amurrada tratando de parecer tierno-
Mierda, te dije que te fueras!-grité enfurecido, asustándolo, provocando que se vistiera y se fuera como alma que le lleva el diablo. Cuando quedamos solos me acerqué lentamente a la canasta no queriendo tomar ese destino, pero este ya se había amarrado a mi cuerpo como si de grilletes se tratara. Tragué saliva, con la poca valentía que me quedaba moví la manta y lo único que vi fueron dos grandes ojos celestes que me miraron con miedo y curiosidad-Eres igual a mi-llevé una de mis manos a mi boca y una risa nerviosa escapó- ¿Eres real verdad?-acerqué mi mano lentamente y él apresó uno de mis dedos con una de sus pequeñitas manos, provocando que algo en mi pecho se quebrara-Tendré que buscar ayuda, yo no podré solo contigo-algo cálido se esparcía en mi pecho, una sensación que lo exprimía, pero todo eso acabó cuando comenzó a hacer pucheros y sus lindos ojos azules se llenaron de lágrimas, provocando que un chillido increíble saliera de sus labios-Oh vamos, no me hagas esto-comencé a hacer gestos para que se distrajera, y lo hizo, pero sólo duro un par de segundos hasta que explotó en llanto de nuevo-¿¡Joder qué hago!?-desesperado fui en busca de mi celular y llamé a la primera persona que siempre me ayuda, Stark, un viejo roñoso-
G:Joder contesta!-
S:Diga?-
G:Mierda, gracias! Necesito que vengas! Estoy apunto de tirarme por la ventana, no me importa qué mierda estés haciendo, sólo ven.-
S:Joder Grimmjow estaba durmiendo, no jodas...Espera, eso que se escucha ¿es un bebé?-
G:¡No sé qué madres hacer! ¡No se calla!-
S:Ya, cálmate, en un par de minutos estoy allá.
G: Rápido ¡mierda!-colgué el teléfono y me dirigí donde se encontraba el bebé-Vamos, cálmate, ¡Llorando no conseguirás nada!-la desesperación me estaba invadiendo, no soy de niños y menos bebés, los jovenzuelos me los tiro, ¿¡Pero bebés!? ¿¡Qué carajo hago yo con ellos!? Ya cuando el caos me había invadido sonó la puerta, corrí a abrirla viendo al somnoliento hombre que siempre salva mi vida-
Esta vez si que estas nadando en mierda-puso su mano de uno de mis hombros, los dos caminamos al living viendo cómo la pequeña criatura gritaba desesperada-
¿Le dolerá algo?-pregunté asustado. Por alguna razón no me estaba gustando verlo sufrir de esa manera-
¿¡Qué se yo!? ¿¡Me viste cara de madre!?-estaba tan agobiado que ni risa me salió-
¡¡¡Pero has algo, para eso te llamé!!!-comencé a tirarme el pelo ya no pudiendo más con su llanto. De la nada Stark lo tomó y comenzó a darle pequeños golpecitos en la espalda, provocando que lentamente se comenzara a tranquilizar-
Wuo~ ¿¡Cómo haces eso!?-ni tiempo tuve para burlarme de él, estaba impresionado, pues esa pequeña bestia se había calmado-¡Debes enseñarme ese truco!-grité emocionado. Parezco mujer en sus días, no sé qué vergas estoy sintiendo-
¡Shhh! Cállate pinche estúpido que está tranquilo-me regañó- Saca la billetera que está en mi pantalón y ve a comprarle un biberón y leche-Saqué la billetera e iba a salir, hasta que Stark me llamó- Sabes, creo que deberías vestirte, pues yo no me haré cago de él si vas a la cárcel-miré mi cuerpo, y sí, tenía razón. Estaba viviendo tantas emociones que se me había olvidado por completo que estaba en pelotas. Me reí pegándole la risa a Stark, para luego ir a vestirme- No te vayas a escapar Pantera estúpida o te perseguiré hasta el final de tus tiempos-su mirada se tornó oscura y su voz sonó como de ultratumba, asustando al bebé otra vez-Shh Shh no llores, tranquilo, sólo estaba retando a tu padre-
Salí del departamento con esa palabra revoloteando en mi cabeza, padre, soy un jodido y puto padre.
Cuando llegué a uno de esos mini supermercado no sabía qué comprar o cuál era mejor, así que le pedí ayuda a una anciana que se encontraba ahí, me dijo cómo debía preparar la leche y también cuál debía comprar, salvándome la vida.
Muchas gracias! Que le vaya bien son su nieta-Después de todo tuve que escuchar toda su jodida historia, pagué y corrí a mi apartamento dando pequeños golpes a la puerta, previniendo el que me llegaría si hacía un escándalo, Stark abrió la puerta y la pequeña bestia estaba jugando con su ondulado pelo, pero ya estaba tranquilo-
Tendrás que decirme qué mierda haces para que se quede en paz- se quedó de pie viendo cómo yo me paseaba por la cocina americana desesperado buscando alguna olla o algo donde preparar su leche, pero no encontraba ni madres-
Si que eres un idiota, ¿Cuántas veces te dije que debías ponerte protección pedazo de guarro?- me da la sensación de que la madre está hablando, no pude evitar reírme-
Bueno amor, la cagada ya está hecha-Solté sorprendiéndolo y esquivando el control de la tele con unos reflejos increíbles-Iré a pedirle una olla a una de las vecinas, después de todo, la mayoría me conocen- Salí lo más rápido que pude antes de que esta vez sí diera en el blanco-
Me arreglé un poco el cabello y me apoyé en el marco de la puerta, eso les encanta, y golpeé, esperando que me abriera, después de unos minutos se escuchó un "ya voy", probablemente se estaba bañando y di en el clavo, abrió la puerta mientras secaba su cabello húmedo-
Hola Grimm, no esperaba tu visita-dijo sorprendida-¿Por qué no pasas?-si entro no querré salir y la súper madre me va a matar-
Si, hoy vengo por algo diferente- seguía mirándola de manera seductora, se ve tan bien- ¿Tienes una olla que me prestes por un rato?-debo calmarme o el pantalón me va a explotar, y no exagero-
¿Olla?, espérame un minuto la traigo de inmediato, ¿seguro que no quieres entrar?- insistió con un sensual tono de voz, pero no me quedo más que negar con la cabeza, que lástima. Se volteó dejándome ver sus enormes caderas. Joder, ese pijama le queda a la perfección, debo resistir. Mientras golpeaba mi cabeza en el marco de la puerta, ella apareció- Aquí está, ¿te sirve ésta?-me la pasó-
Si muchas gracias, después arreglamos el pago-le guiñé un ojo y ella me devolvió el gesto con una sonrisa coqueta, luego de eso fui a mi apartamento que dejé con la puerta semi-abierta para no golpearla de nuevo. Cuando entré vi la escena más extraña de toda mi vida... Stark sonriendo, mientras el bebé hacía globitos de saliva, sacudí mi cabeza y fui directo a la cocina a prepararle la leche, siguiendo todas la indicaciones que me había dicho la anciana, por suerte tengo una memoria de la puta madre. Cuando ya estuvo todo listo fui donde estaba Stark.
Amigo ese es tu trabajo- me quitó el biberón e hizo que me sentara en el sillón para darme al bebé. Es tan frágil, siento que si lo aprieto muy fuerte se romperá, sus ojos azules no apartan la vista de los míos y sus pequeños bracitos se estiran hacia mi rostro, no entiendo muy bien qué significa el gesto o qué quiere, mas acerco el biberón y como si no comiera en años comenzó a tragar, dándome una tranquilidad enorme-
Fiu ya está en paz-miré a Stark que se había sentado a mi lado y que ya estaba Z. Hay veces que ni sé cómo lo hace-No me queda otra más que cuidar de ti Bebé- desenrollé los dedos de una de sus pequeñas manitos para meter mi dedo ahí-No te dejaré solo Kai-sonreí como un bobo, no tengo por dónde decir que no es mi..es mi hijo, sí, mi hijo, pues sus pelos celestes y sus ojazos me delatan, por alguna razón no tengo ganas de separarme de él, todo paso muy rápido, sé que no soy un padre ejemplar, pero lucharé para que seamos felices y como dije, nunca te dejaré solo-

My Little Beast.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora