.Incendiario.

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~¡ESPECIAL 1K DE VISTAS! ¡GRACIAS!~

[Advertencia: Lemmon]

[...]

—Amo ese vestido sin duda.— Dijo Reah mordiéndose un labio antes de mirar a su pareja.

La sonrisa pintada de color carmesí de Lili formo un lindo arco, era cierto que el vestido era muy lindo. —Es algo corto, ¿No lo crees?— La pelirroja se dio media vuelta luciendo  sus bien formadas caderas que apenas eran cubiertas por su vestido.

—Es una verdadera tortura lo que estás haciendo.— Reah aparto la mirada sintiéndose acalorada, suponía que si miraba un segundo más a Lili el deseo en su interior la consumiría en un instante.

—¿Qué es lo que hago?— La de menor estatura susurró al oído de Reah, tomando las manos de la albina y colocándolas en sus pechos.

—Yo no debería...— Alejo sus manos de Lili dando un pequeño salto hacia atrás provocando que sus gafas se deslizaran de su cara.

Mientras Reah se quedaba estática Lili se apresuró a agacharse pegando sus glúteos a está, en un claro intento de provocarla.

—Juro que quiero detenerme, Lili lo juro.

Después de decir eso tomó el control de Lili y la volteo hacia si para darle un profundo beso. Sus lenguas se unían en una danza que solo podía describirse como incendiaria. Todo en Lili pareciera ser material para un gran incendio.

Reah marcó un camino de besos húmedos desde sus labios a su cuello. Todo pensamiento estaba dirigido hacia la pelirroja, era un sentimiento embriagador emanado de cada poro de su blanca piel.

Lili sentía el roze de cada toque de Reah en su espalda buscando bajar aquel otro pedazo de tela que las separaba, una vez el vestido cayó, Reah ávidamente se quito sus ropas dejando su ropa interior mientras se desprendía de sus molestos zapatos.

Lili con iniciativa quitó el sostén oscuro de Reah, besando cada centímetro de ella. Un juego de pieles comenzó, estas eran tiradas de un lado para otro acompañadas de los gemidos armoniosos que formulaban sus labios. Las mordidas eran pequeños recordatorios de que ambas se pertenecían: Reah tenía el nombre inscrito de Lili en su piel y Lili el de Reah.

Todos sus sentimientos fueron cargados en estos minutos de amor pasional: ira, lujuria, ansia y sobretodo amor se unían para dar paso a todo un acontecimiento.

Reah tumbó a Lili sobre la cama de la habitación y la vista la dejo maravillada. Tuvo que detenerse un par de segundos para observar a su bella pelirroja sonrojada jadeado por la necesidad de oxigeno únicamente portando sus bragas humedecidas, a partir de ese momento se prometió intentar volver a ver a Lili cada día de su vida. Esa imagen se convertiría en una de sus más importantes razones para vivir.

—Reah, continua...— La mencionada sintió una descarga eléctrica al escuchar su nombre bajo el tono de voz jadeante de su chica.

—¿Quieres que continúe?— La albina pasaba uno de sus dedos por la intimidad de la pelirroja sobre sus bragas.

—Si, Hazlo. Reah, no me dejes así.— Una vez más la albina se negaba a deshacerse de las bragas de su chica propagando así su agonía. —Necesito que lo hagas. O lo haré yo.

—Tranquila preciosa, me encanta oír tus plegarias.— Reah fue bajando muy lentamente la ropa interior de esta provocando que Lili llevará sus propias falanges a su intimidad, dispuesta a masturbárse a causa de la falta de atención de Reah. Cada vez que la pelirroja lo intentaba Reah detenía sus manos haciendo más tardío el momento en que ella se introduciera en Lili.

La espera la mataba y Reah decidió dejar de hacerla sufrir removiendo aquellas bragas de una vez y presionando el clítoris de Lili cada vez más fuerte.

Gotas perladas aparecían en la frente de Lili, el placer la había hecho perder la cordura, con sus uñas se aferraba a la espalda de Reah, mientras la otra trabajaba con su intimidad. Lili pedía cada vez más, era notorio que el momento del clímax llegaría, Reah con ágiles movimientos escuchó a Lili gemir por última vez: —Ya... no puedo... más.

La respiración entrecortada de Lili fue suavizándose a medida de que esta se dormía. La albina dejo a su novia recostada mientras ella se dirigía al baño. Reah no pudo correrse en el acto, Lili aún era inexperta pero Reah se encargaría de enseñarle con la práctica. Tenían mucho tiempo para intentarlo, y ganas no faltaban.

LIAH [Colección de Drabbles] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora