si nos quedara un segundo más

Madrid

Madrid fue nuestra ciudad escogida porque se hablaba español y era una manera sencilla de empezar por lo menos para comprender de manera más fácil la manera europea de hacer las cosas y conseguir indicaciones, pedimos nuestros boletos y nos embarcamos, al subir al avión me bajo toda la tención pues Europa era un lugar muy amplio de búsqueda no me estaba encontrando capas, moraga me dice que no preocupe que de todas formas ya no había vuelta atrás, que consejo más maldito, pero tenía razón, fueron largas horas de viaje en donde hicimos dos o tres escalas, con moraga íbamos, leyendo o durmiendo, también empezamos a hablar de la vida, de cuando éramos más pequeños, de todo un poco, me conto que estaba saliendo con una chica, pero realmente no era lo que el buscaba, que estaba un poco enamorado, pero él se daba cuenta que no era para él, que salía con ella para no sentirse tan solo, para salir del paso, en fin, contamos también nuestras expectativas sobre el viaje, intentamos a hacer una especie de plan, para ir sobreviviendo, si bien no íbamos faltos de dinero pero era una verdad, que nos faltaría dinero si no hacíamos algo, así que lo primero en la lista era buscar empleo de cualquier forma.

Llegamos a tierras Españolas y nos encontramos un sinfín de novedades, al andar por el aeropuerto notábamos una diversidad de idiomas tan grande, una que por lo menos en chile no se veía con tanta notoriedad, al salir del aeropuerto, descubrimos una ciudad majestuosa, era muy bonito todo el paisaje que nos rodeaba, nosotros con moraga nos pusimos a reír, pues estábamos en Madrid y no sabíamos que hacer ni a donde ir, todo era nuevo, ni siquiera podíamos perdernos pues, desde salir de chile, ya nos encontrábamos perdidos, tomamos un taxi y le pedimos algunas recomendaciones, nos recomendó una pensión, que era bastante famosa en turistas jóvenes como nosotros, que andan de paso y que no era un gran costo, que los dueños eran personas bastante buenas, con tanta recomendación, nos embarcamos hacia allá

Llegamos a la pensión, y llevaba el nombre de "cordillera de los andes" esto me pareció bastante extraño en este lugar del mundo, le dimos las respectivas gracias al taxista y nos bajamos, al entrar, un hombre de mediana altura se para feliz a recibirnos en la entrada del lugar

-turistas –dice mientras sonríe

-si buenos días, caballero, sabe, es nuestro primer día en España y de hecho en este continente y necesitábamos saber si tiene una habitación para nosotros

-asique nuevos... Si adelante tengo una pieza para ustedes –empieza a caminar y nosotros con moraga solo atinamos a seguir al caballero que por lo visto no tenía un asentó tan español como el resto de personas de la ciudad

- ¿y que los trae de visita a Madrid?

-pues la verdad caballero, sonora como locura pero yo vengo a buscar a una chica, y mi amigo aquí me vine a acompañar

-pero que romántico chico, eso está bien, me recuerdas mucho a mi cuando joven ¿nerviosos en su primer día en la ciudad?

-pues claro, no sabemos a dónde ir ni que hacer, solo venimos acá, la locura nos movió hasta aquí y de aquí nos sacara

-me parecen muy entusiastas, Madrid es una ciudad hermosa por descubrir, espero les guste, y que encuentren lo que tengan que encontrar ¿de qué lugar son?

-venimos de chile, del sur de chile específicamente –el caballero nos mira y se le llenan los ojos de lágrimas, no evita abrazarnos

-perdonen mi llanto y mi debilidad, son ya 30 años que deje mi país, y escuchar su nombre causa en mí una sensación extraña

-¿caballero usted era chileno?

-yo vengo de Valdivia ¿la conocen?

-si, por su puesto, hermosa ciudad