Upside-down [2/3]

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Sudando y frente a la casa de SeokJin, Taehyung respiró unas cuantas veces y secó el líquido que chorreaba por su frente; se acomodó un poco su vestimenta y esperó a que el rubio saliera a recibirle.

ㅡ¿TaeHyung? ¿Qué te trae a mi humilde morada un día domingo? ㅡla sonrisa rectangular del castaño relució y adornó su rostro. Bajó la mirada y temió pronunciar las siguientes palabras.

ㅡ¿Podrías ayudarme a preparar el cumpleaños de Kookie? ㅡJin, como usualmente lo llamaban, rió y lo dejó pasar. El Kim mayor sabía de antemano lo que TaeHyung planea por el cumpleaños de JungKook y está más que dispuesto a ayudar a uno de sus mejores amigos.

Los días pasaron rápidamente y las brisas de verano se sentían tan bien sobre la piel canela de TaeHyung; la sonrisa de su Kookie se extendía orgullosa por su rostro y el castaño podía jurar que esa era la imagen más inmaculada y etérea que vió en toda su vida. Sus ojos, llenos de adoración y amor, no se apartaban de JungKook y por esta misma razón, las bocinas de los demás autos sonaron al unísono, despertando a TaeHyung de su ensoñación.

ㅡ¿Qué ocurre, Daddy? ¿Por qué estás tan disperso? ㅡJungKook hizo una mueca con lo labios y jugó con sus dedos índices.

ㅡNada, bebé. Estoy pensando en nuestra cita de hoy, es todo... ㅡvolvió a dar una de esas sonrisas matadoras y siguieron su camino.

El pelinegro se sonrojó al momento de sentir las manos de Tae en su cintura, acercándolo a su cuerpo. Se hallaban frente a una pequeña cabaña; la modesta casita estaba hecha de madera, tenía varios pilares y la fachada del techo, como buena casa de playa, estaba adornada con finas líneas de paja.

En el porche de la misma y frente a la puerta, lirios blancos hacían su camino a la entrada, logrando cristalizar los orbes preciosos de JungKook.

ㅡY-yo... Ay, dios, Tae... T-te amo tanto... ㅡcomenzó a derramar pequeños cristales de alegría, los cuales fueron recolectados por la tersa piel del pulgar de TaeHyung.

ㅡBebé, no llores... yo también te amo, JungKook. Muchísimo. ㅡy se fundieron en un beso cargado de amor, como todos los que solían compartir.

JungKook, al separarse del beso, siguió el camino de flores y sonrió con los labios temblorosos. Frente a él se encontraba una mesa, adornada con flores y la cena que iban a compartir. También, las sillas estaban hechas de dibujos en metal y con pequeños toques de plata... pero lo que más le gustó al pelinegro, y llámenlo pervertido, fue la cama que se hallaba a un costado, también llena de lirios blancos.

Pasaron una cena amena; hablaron de todo y nada, jugaron con sus manos entrelazadas y compartían miradas ansiosas cada dos por tres.

De un momento a otro, las cosas tomaron un giro candente. Sus besos ya necesitaban de lengua y los chasquidos húmedos resonaban por toda la cabaña.

ㅡY-yo... eh, ¿Estás seguro de que quieres hacer esto? ㅡpreguntó TaeHyung. JungKook sonrió en su dirección y lo atrapó en sus labios.

ㅡ¿Responde a tu pregunta?

TaeHyung lo recostó suavemente sobre la cama. Se dedicó a observarlo un buen rato y se sonrojó por tener a tal belleza bajo suyo.

ㅡPrometo hacerte sentir bien, bebé.

Lástima que no vio la minúscula sonrisa traviesa de JungKook.

Cuando estuvo a milímetros de distancia, antes de besarlo completamente, trazó su lengua por los belfos rosados del contrario; su mirada jamás abandonando la otra. Metió con sutileza su músculo húmedo en la cavidad bucal de JungKook, haciendo que este gima levemente. El menor no aguantó más y tomó a Taehyung por la nuca, estampando vigorosamente sus bocas, haciendo sonreír entre el beso al castaño.

Daddy ↬KookV [Three-Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora