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Jennie ya decidida, se acomodó en la fila que había para entrar al edificio. Habían demasiadas personas formadas así que pensó que jamás llegaría a tiempo a la cena que tenía con su padre esa noche, si acaso ella llegaba tarde, le inventaría a su padre cualquier excusa para evitar que se enterara de donde estaba, sus padres siempre confiaban y creían en ella.

Pudo notar que varias personas la estaban mirando, seguramente era gente que sabía quién era ella, quizá porque era popular y muchas personas la seguían en sus redes sociales, especialmente en su cuenta de Instagram.

Lo único que Jennie pudo pensar al respecto fue «Por un demonio, lo que faltaba» pues los chismes viajaban en Busan, no dudaba que en la escuela todos se enterarían pronto y la molestarían sobre eso, pero ya pensaría una excusa para todos en el colegio también. Pero aunque tuviera excusas para todo el mundo, en ese momento se le vinieron demasiadas cosas a la mente especialmente por sus padres; se puso un poco nerviosa y le llegó un sentimiento de "remordimiento" en el cual sentía que estaba haciendo algo indebido, o que estaba de alguna manera "traicionando" la confianza de sus padres al presentar esa audición ya que eso no era algo que a ellos les gustaría que Jennie hiciera y menos a sus espaldas.

Después de meditar las cosas, Jennie decidió tranquilizar su mente un poco y no darle tanta importancia a los malos pensamientos que pasaban por su mente pues sus padres siempre estaban ocupados y era poco probable que se enteraran.

La fila avanzaba lentamente y Jennie comenzó a sentirse un poco aburrida y desesperada, decidió sacar el celular de su mochila para entretenerse un poco, tenía muchas notificaciones, mensajes de sus amigos y llamadas de sus compañeras de voleibol, tal vez para preguntarle la razón por la cual no había asistido a la práctica, pues no había día en el que ella faltara. Se desesperó aún más al ver que a su celular solo le quedaba diez por ciento de batería la cual no duraría mucho. Decidió no contestar los mensajes hasta que saliera de la audición y guardó su teléfono nuevamente para que la batería no "muriera", pues tenía que responder el teléfono por si acaso su madre o su padre le llamaban, ya que tampoco quería preocuparlos.

Jennie de algo estaba segura; pasaría la audición sin problema, ella sabía que era muy talentosa y que sería la mejor, realmente estaba confiada, ella nunca perdía y siempre se salía con la suya.

Cada vez eran más las personas que se iban formando, alrededor de setenta personas más habían llegado después de Jennie, ella miraba hacia atrás y la fila parecía interminable.

Se sintió algo aliviada pues al parecer sería de las primeras personas en entrar y no duraría mucho estando ahí. Pero después de un rato miró a toda esa gente y empezó a dudar de si misma: « ¿Realmente sería lo suficientemente buena para pasar la audición?» después quiso ser más optimista alentándose a sí misma «Puedo hacer esto. Y si no lo hago... ¿Qué? Al menos no tendría un problema con mis padres y mi vida seguiría como si nada hubiera pasado»

Pasó una hora con treinta minutos y Jennie aún seguía en la fila, está vez había avanzado bastante, aunque tuvo que soportar molestas conversaciones de niñas, o como Jennie y sus amigos las llamarían "niñas rata"  que no paraban de gritar que conocerían a sus "oppas". «Tontas» se burló para sus adentros.

Jennie llego a una mesa donde le dieron un sticker con el número "15-079" y cada vez se acercaba aún más a la puerta de aquel gran edificio. Luego de otros treinta minutos de espera, Jennie por fin había llegado a la puerta.

Entro al edificio y pudo observar que había muchos cuadros e imágenes de los artistas de la empresa en la pared, también habían pantallas en las que se mostraban sus videos musicales y la música podía escucharse en todo el lugar, lo cual causaba que los y las fans de estos grupos se emocionaran y siguieran la letra de la canción. Había muchas sillas acomodadas en fila, en orden, todos se iban sentando de acuerdo a sus números. Jennie y otro chico de pelo castaño claro fueron los últimos en ocupar silla, ya no quedaban más, así que un hombre alto, vestido de negro, gafas negras, con un auricular en el oído, cerró la puerta del edificio, las personas que estaban afuera, tenían que esperar hasta que todos los que estaban dentro del edificio terminaran su audición para poder entrar.

IDOL: KIM JENNIE. ✰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora