Prólogo.

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Tenía 5 años cuando Luke se mudó al otro lado de la calle. Todavía recuerdo ese día claramente, desde el momento en que vi al coche aparcar hasta el momento en que toqué el timbre para visitarlo por primera vez.

Al principio estaba muy intranquila. La casa donde el carro, que tenía al pequeño niño, estacionó, pertenecía a una mujer llamada Nog. Nunca nadie supo por qué se llamaba Nog, ella simplemente se presentó ante todos así. Nog era una muy agradable señora mayor, ha vivido al otro lado de la calle desde que nací. Nog siempre nos traía galletas, aunque mi madre no las comería por sus tontas dietas. Amaba a Nog, era como la abuela que nunca tuve.

"¡Mami"" Llamé desde la sala, mirando por la ventana hacia el chico con un alborotado cabello rubio sentado en la cuneta fuera de la casa y todos los hombres cargando cajas de afuera a adentro.

"¿Qué pasa, Rory?" Mi mamá preguntó mientras entraba a la sala. Se secó las manos húmedas con una toalla mientras entraba a la estancia, su recientemente teñido de marrón cabello revoloteando detrás de ella.

"Hay un chico intentando tomar la casa de Nog." Crucé los brazos sobre mi pecho, molesta porque Nog se iba. Honestamente, consideraba a Nog una muy buena amiga mía. Siempre venía a charlar y a tomar café con mi mamá e incluso cuidó de mí una que otra vez cuando mi mamá salía con sus amigos. Vivir al otro lado de la calle con alguien aparte de Nog me resultaba inimaginable.

"Estoy segura que no la está tomando." Mi mamá suavizó mi cabello y miró a través de la ventana conmigo. Vimos como el niño se levantaba y entraba a la casa, pateando las estacas que estaban en el suelo. Se veía perturbado, pero no podía descifrar el por qué, ¿acaso no le gustaba su nueva casa?

"¿Podemos ir allá?" Pregunté, usando mi usual puchero para hacer que mi madre accediera.

"Sí, déjame terminar con los platos." Dijo suspirando. Retornó a su anterior posición y giró sobre sus talones, saliendo de la sala y retornando a la cocina para terminar su trabajo.

Corrí escaleras arriba hacia mi habitación, mis pies sonando contra la madera mientras corría. Saqué una caja de zapatos de debajo de mi cama, revelando a mi par de zapatos favoritos. Eran unas converse altas, un regalo de cumpleaños anticipado. Rápidamente me los puse, a pesar de que estaba con un vestido y por un momento pensé que se veía tonto. Nunca había usado mis converse antes, pero sabía que era el día en que quería estrenarlos.

Una vez que mi madre terminó con los platos, me llamó para que vaya al primer piso. Esperaba que dijera algo sobre mí usando mis nuevas zapatillas, pero no lo hizo. Me cogió de la mano y me empujó a la puerta principal y luego a través de la calle.

Me puse sobre mis talones para alcanzar el timbre, soltando la mano de mi madre para poder presionar el botón. Si bien solo tenía 5 años, era pequeña para mi edad y lo odiaba. Las personas usualmente pensaban que tenía 4, lo cual no era muy gracioso, como una niña de 5 años quería lucir lo más grande posible.

La puerta a penas se abrió y reveló a Nog con su rizado cabello rojo y el fluyente traje que siempre usaba. Detrás de la puerta estaba el pequeño niño, el mismo que había visto sentado afuera. Trató de adivinar mi edad, me sentí muy feliz sobre esto, parecía alguien con el que realmente podía ser amiga. La verdad no tengo muchos amigos, mi mamá me enseñó en casa en lugar de enviarme al colegio con el resto de la ciudad. Espero que él y yo nos hagamos amigos.

"¡Rory! ¿Cómo estás?" Nog preguntó, inclinándose para poder mantener contacto visual conmigo.

"¡Estoy bien! ¿Este niño está tratando de robar tu casa?" Pregunté en voz alta, mirando alrededor de Nog para verlo de nuevo.

This || Luke HemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora