Capitulo 4.

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CAPITULO 4.

Justin

- No exageres pequeña, fue tu culpa que nos chocáramos -le dije-. El que lleva un día de locos aquí soy yo -le sonreí.

Su mirada volvió a clavarse en la mía.

- ¿Quieres dejar de sonreír? -dijo sin desviar su mirada.

- ¿Por qué? ¿Es que te molesta? 

Esta vez no contestó, solo me miro con todo ese odio acumulado como si su vida dependiera de ello. Mi sonrisa desapareció, la verdad es que estaba empezando a cansarme de esta chica.

- Sabes, no deberías mirarme de esa forma.

- ¿Por qué? -contestó de forma seca y sin apartar su mirada de la mía.

- Porque simplemente -acerqué mi rostro al suyo-, no te conviene -le susurré.

El hombre que había delante suyo recibió su pedido y era su turno. La chica de la caja llamó al siguiente, pero ella no dejaba de mirarme. Sus ojos marrones no dejaban de mirarme y a la vez parecía como si me estuvieran retando.

- Creo que es tu turno... -me acerqué a su oído- Juliette.

Como si su nombre fuera una contraseña volvió a la vida. Vi como sus ojos se agrandaron por un momento y miro hacía la dependienta, para dirigirse hacía ella sin volver a mirarme.

Juliette

"Sabe mi nombre" pensé.

Empecé a pensar como podía ser, ¿lo conocía? No, estaba segura de que la primera vez que lo ví fue cuando él chocó conmigo y... Joder, papá. Él gritó mi nombre.

- Perdone, hay gente esperando, ¿sabe lo qué quiere? -miré a la mujer que había detrás del mostrado.

- Joder, sí. Dame un big mac con patatas normales y una coca-cola -le dije. 

La chica me miró por un momento pero no me dijo nada. 

"Será ímbecil." pensé.

Estuve como cinco minutos esperando mientras notaba la mirada de ese chico clavada en mi nuca. Me estaba poniendo de los nerviós, ¿de qué iba? 

- Aquí tiene. Serán 7 dólares -dijo la misma mujer a la vez que me daba mi pedido.

Cogí mi hamburguesa y le dí un billete de 10 dólares y espere a que me devolviera el cambio. Cuando fue a darme el cambio, puse mi mano para recibir el dinero y dejo el dinero en la mesa con una amplia sonrisa.

- Que tenga un buen día.

La miré fijamente. No ha escogido el mejor día para joderme.

- Que tenga un buen día su puta madre -le sonreí mientras cogí el dinero y me gire.

- ¿Disculpe? -preguntó la chica detrás de mí. La miré de nuevo. - ¿Podría repetirlo?

- Lo siento, no había tenido en cuenta que su estupidez también la dejaría sorda -le sonréi y tosí un poco-. He dicho que -subí el tono de voz- tenga un buen día su puta madre. 

Abrió un poco la boca pero no dijo nada más. Me giré de nuevo y vi al chico de antes mirandome, con una sonrisa.

- Guarda las garras gatita -dijo.

- Vete a la mierda -dije y me fui. 

Empecé a andar en busca de algún asiento libre y a lo lejos vi uno entre una chica que estaba escuchando música y una anciana. 

Me acerqué y me senté en la silla. Abrí la bola y saqué mi hamburguesa para empezar a comer. No pasarían más de cinco minutos cuando mi móvil empezó a vibrar. Lo saqué de mi bolsillo y vi que era mi padre.

- ¿Qué quieres? -pregunté.

- ¿Dónde estás? Kayla dice que has ido al lavabo pero hace ya mucho tiempo y no tardaremos en embarcar así que... -no deje que terminará.

- Vale, ya me ha quedado claro que quieres que vaya. Ahora voy para allí pero no me agobies más -dije y colgué.

Miré dentro de la bolsa y me comí las ultimas patatas que quedaban en ella.

- ¿Un padre controlador? -dijo una voz a mi izquierda. Miré quién estaba hablando.

Me di cuenta de que era la chica que antes estaba escuchando música. Sus ojos marrones me miraban.

- ¿Qué? -llegué a preguntar.

- Te pregunto si tu padre es un controlador -contestó-. Por la llamada. Reconozco cuando una persona esta harta de que la controlen -me dijo sonriendo.

- Sí, lo es -contesté.

- Igual que el mío, por suerte no lo veré nunca más -miró hacía la gente del aeropuerto.

La miré con el ceño fruncido, ¿Qué estaba diciendo?

- El vuelo que cogeré hoy me dará plena libertad y no tendré que verle nunca más -su sonrisa seguía en su rostro.

Me sentí identificada, ella estaba cumpliendo mi sueño. El sueño que cumpliría de aquí a un año. Volvió a mirarme.

- ¿Tú también tienes el sueño de escapar? ¿De huir de toda persona que conozcas, de salir corriendo y por fin sentirte libre? 

- Sí, pero todavía queda un año para que ese sueño pueda cumplirse -le dije sin mirarla.

- ¿Un año? Recuerdo cuando también me quedaba un año para este día -la miré y encogió los hombros-, no te puedo decir que se pasará rápido, pero si te puedo decir que te motivará a seguir -dijo-. ¿A dónde vas?

No sabía quién era, pero pensé que podría hablar con ella, al menos un rato para no tener que ir con mi padre, además parecía sincera y eso era lo que me gustaba de la gente.

- Nueva York... -dije sin ganas.

- Ah -suspiró-, Nueva York, la ciudad de los sueños. Amo esa ciudad, es más, es hacía donde me dirijo -la miré-. Tal vez algún día coincidamos, ya sabes, el mundo es un pañuelo.

- Sí... Bueno, tal vez -intenté sonreír. 

Parecía una chica símpatica, sus ojos brillaban y cómo no, por fin podría alejarse de su familia y ser feliz. 

- Me llamo Hayley, Hayley Bloom -me tendió su mano.

- Juliette Grable, pero llámame J -estreché su mano. 

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Gracias por leer este capítulo y la novela.

Y también gracias por los comentarios*-*

Espero que os guste este capitulo :D

Besos xx

They call me "The little bad girl" (Justin Bieber)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora