Al llegar a clase, me senté en el fondo para que así nadie me viera. Me di cuenta de que no llevaba la mochila, me la habría olvidado en el baño. Melissa y Melanie se sentaron justo delante mío.
-Chicas, creo que he olvidado la mochila en el baño.
-Mala suerte Leah, la señora Wayans no deja salir a nadie de clase y cree que nos inventamos cualquier excusa.-dijo Melanie.
Suspiré molesta.
-Pues solo me queda esperar.
Entraron los pocos alumnos que quedaban y la última en entrar fue la señora Wayans. Era una mujer bajita, una larga melena castaño claro, una gafas algo grandes para su cara y estaba rellenita. Usaba un vestido amarillo algo largo y unos tacones rojos. Abusaba un poco del maquillaje. Dejó sus cosas encima de la mesa y se sentó.
-Bien clase, abran el libro por la misma página que ayer.-dijo la señora Wayans.
-Señora Wayans.-dijo una voz de mujer algo chillona.-Hay una alumna nueva.-la chica se giró.
Tenía una gran melena rubia, típica popular en los institutos, los ojos azules y parecía un palo. La señora Wayans habló y me giré hacia ella. Todos estaban mirándome.
-Oh, si, me había olvidado.-sonrió.-¿Leah Sanders verdad?
Asentí.
-Como no soy de las profesoras pesadas, no haré que te presentes pero quedate cuando acabe la clase.-dijo y se sentó en su mesa.
Al terminar la clase, me dirigí a la mesa de la señora Wayans. Ella se quitó sus grandes gafas y las dejó encima de la mesa.
-Bueno señorita Sanders, he leído que está bajo la tutela de su hermano ¿y sus padres?
-No es por ser grosera señora Wayans pero no creo que eso deba interesarle, son asuntos privados.
-Entiendo. Bueno, solo quería preguntarle eso. Si necesita mi ayuda esta es mi clase, aquí podrá encontrarme siempre o enla cafetería.-volvió a colocarse sus gafas.
-De acuerdo.-dije y salí de clase.
Melanie y Melissa me esperaban.
-Es algo cotilla ¿verdad?-dijo Melanie.
-Demasiado diria yo. Debo ir a buscar mi mochila aunque no creo que esté en el baño ¿dónde está la secretaría?
-Te llevaremos.-dijo Melissa.
La secretaría estaba cerca de la entrada al instituto, era una habitaación acogedora. Una mujer ya anciana apareció. Al verme abrió los ojos como platos y sonrió.
-¿Leah? ¿Leah Sanders?
Fruncí el ceño.
-Sí, soy yo ¿cómo lo sabe?
-Sabía que vendrías, lo leí en los expedientes. Soy Shannon Rogers. Soy amiga de tu tía, Annebelle.-sonrió con disgusto.-Cuanto has crecido. ¿Y Caleb, como está?
-Perdone señora Rogers pero no la recuerdo.
Se supone que vine aquí, a la gran ciudad para olvidar mi pasado y comenzar una nueva vida.
-¿Hay alguna mochila por ahí? ¿Negra y con chapas?
Dejó de sonreír y asintió. Se agachó, cogío la mochila y me la dió.
-Espérame a la salida, necesito hablar contigo y con tu hermano.
-Hablaré con mi hermano pero no le prometo que estaré aquí a la salida.
Asintió.
Melanie y Melissa me esperaban en unos bancos.
-¿Tanto habéis tardado para que te dé una mochila?
-Me ha soltado un sermón.
Rieron.
-Vamos a clase.
Las cuatro horas que quedaban de clase, me las pasé atendiendo. No era buena estudiante pero tampoco mala. Conseguía aprobar todas, no con notas altas pero las aprobaba.
A la salida, en el aparcamiento estaba mi hermano esperándome. Melani y Melissa sonrieron al verle.
-Tu hermano está muy bueno.-dijo Melanie.
-Está como un tren.-añadió Melissa.
Negué con la cabeza. Tenían razón las dos pero era mi hermano. Debo admitir que me he sentido atraída por él pero es mi hermano y eso me lo recuerdo todas las noches. Además, sería algo asqueroso.
Me acerqué al coche y le dije que saliera. Apagó el motor y salió del coche. Todas las chicas del aparcamiento le observaron.
-¿Qué pasa Leah?
-Una mujer quiere habalr con nosotros. No recuerdo su nombres.
-¿Te has metido en líos el primer día?
Negué con la cabeza.
-Me dijo que nos conocía y que quería contarnos algo.
Sonrió. Su típica sonrisa pícara.
-Será porque ha visto mi foto y se ha enamorado.
-Sí, será eso.-volví a negar con la cabeza-Chicas.-dije girándome hacia Melani y Melissa.-Vamos a hablar con la mujer de secretaría. Mañana nos vemos entonces.
Asintieron y sonrienron más a Caleb que a mi. Una vez que ya estaban lejos me giré hacia Caleb.
-Están loquitas por ti.
-Son menores pero puedo hacer una excepsión, además son gemelas y un tío estaría bien.
-Cállate Caleb, que asco.
Entramos en el instituto y esperámos en secretaría. Ya no había casi nadie, solo unos cuantos profesores en la entrada. Caleb observaba el instituto. La mujer de antes la cual no recuerdo su nombre, apareció y sonrió con disgusto. Caleb al verla se quedó blanco y se tensó.
-Caleb, cielo. Te he echado mucho de menos.-salíó de la habitación y se acercó a Caleb pero este se echo hacia atrás.
-Shannon.-lágrimas empezaron a salir de sus ojos.
Nunca había visto a mi hermano llorar, ni cuando mi padre le golpeaba, para mi era como un ejemplo a seguir.
-¿Como es que tu le recuerdas y yo no?-dije perpleja.
Caleb se limpió las lágrimas, iba a hablar pero Shannon le interrumpió abrazándole.
-Debemos hablar, Caleb.-dijo Shannon.
-No es buena idea.
-¿Alguien puede explicarme que está pasando aquí?-grité.
Los dos me miraron.