Capitulo 3.

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-Bien, ahora que me prestáis atención ¿qué pasa aquí?

Caleb se zafó de los brazos de la mujer y suspuró. 

-Vámonos de aquí Leah.-dijo Caleb y me cogío del brazo.

-No quiero irme, quiero que me cuentes que está pasando.

-Te lo contaré cuando esté preparado, ahora vámonos por favor.

Shannon sonrió con amargura y volvió a la pequeña habitación de secretaría.

Caleb y yo salimos de allí y montamos en el coche. Caleb arrancó y condució hacia casa. Nos quedamos en silencio hasta que él habló.

-Estarás molesta conmigo y lo entiendo, de verdad. Pero debes entender que ahora mismo no puedo contártelo, no estoy preparado.-la mano que tenía libre la reposo sobre mi rodilla y sentí un escalofrío.-Te quiero, pequeña.

Sonreí y cogí su mano. Todavía eran las cuatro de la tarde pero yo ya estaba cansanda. Acabé durmiéndome.

Lloraba sin parar y el único consuelo que tenía eran los brazos de Caleb rodeándome. Papá estaba enfadado conmigo. Creo que me lo merecía, no debería haber dejado caerse la bandeja del desayuno encima de su cama. Solo quería darles una sorpresa.

-Lo siento papá, no era mi intensión, solo os quería dar una sorpresa.-dije sin dejar de llorar.

Se levantó de la cama y tiró la bandeja al otro lado de la habitación. Mamá seguía dormida o solo fingía. Caleb apareció en ese momento.

-No le hagas daño.

Papá lo apartó de un empujón. Caleb se dió contra el pomo de la puerta y al parecer le dolió mucho porque no se levantaba pero nunca lloraba. Papá se sacó el cinturón y yo me protegí con mis brazos. 

-Perdón papá.-dije llorando.-por favor, no lo hagas, no...

-Leah, por favor, despierta.-Caleb estaba abrazándome, estaba fuera de peligro.

Tragué saliva y me aferré mas a él.

-Solo ha sido un sueño.

-¿Él otra vez?

Asentí. Estaba en mi habitación. Miré el reloj que marcaba las ocho. Me sobresalté.

-¿He dormido cuatro horas? ¿por qué no me has despertado?

-Parecias cansada, perdón.-sonrió y volvió a abrazarme.

-No importa.

Admiré su perfecta cara. Su pelo despeinado como siempre. Cualquiera diría que no somos hermanos. No nos parecemos en nada. Y más de una vez me he sentido atraída por él. Suena asqueroso, lo sé.

El teléfono de Caleb sonó y se levantó, Me dio un beso en la frente y salió de mi habitación. Me levanté de la cama y entré al cuarto de baño para bañarme.

Después de un buen baño, me puse mis pantalones negros de pijama y mi camiseta ancha con el logo de un gatito sacando la lengua. Fui al salón y me tiré en el sofá. Caleb apareció por la puerta de la cocina y se echó a mi lado.

-Me hace gracia esa camiseta-sonrió.

Reí- Nos quedamos un buen rato en silencio. 

-Leah.

-Uhum.

-Te quiero.

-Y yo a ti.

Y un rato después me quede dormida entre sus brazos, como cuando éramos pequeños.

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⏰ Última actualización: Apr 20, 2014 ⏰

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