Preludio

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                            -SARAH -

Estábamos todos en la camioneta, de camino hacia el bosque donde nos quedaríamos. Aún no se porque accedí a ir a aquella "excursión" con todos ellos, supongo que lo decidí porque necesitaba distraerme y tener una jornada con todos ellos, después de todo este tipo de cosas forjan todo tipo de vínculos

Gran parte de mis amigos estaban allí; Ana, Rick, Peter, Sasha, casi todos eran personas buenas y confiables. Confiaría mi vida en cada uno de ellos.

   - Peter, muchas gracias por ofrecer tu camioneta como transporte. - Dijo Ana sonriendo de oreja a oreja con sus hermosos dientes blancos. - Tu siempre haces lo imposible para que salgamos.

Aunque Ana sea mi mejor amiga, tengo que admitir que no sabia disimular lo que sentía por Peter, algunas veces que se quedaba a mi casa a estudiar o dormir pasaba diciendo "¡Ay! Peter es tan hermoso" o "Te juro que cuando tenga la oportunidad me lo tiro". Era un poco desagradable para mi pero bueno, cada quien con sus gustos e ideas.
Ella era muy hermosa, su piel era morena y delicada, su largo pelo negro y lacio se movía sincronizadamente con la brisa del viento, sus ojos grandes y color café mostraban gran parte de su ser y su belleza, le gustaba mucho arreglarse para cualquier cosa. Pero por más linda que sea, Peter nunca le prestaría atención.

- Sí, aún no entiendo por qué mis padres me dejaron usar su camioneta para esto. - Le respondió a Ana mientras intentaba concentrarse en el trayecto.

Peter era un joven sencillo, era muy feliz con lo muy poco que tenía. Veía el lado positivo de todo y nunca quería pelear con cualquier persona, deseaba llevarse bien con todo el mundo.

Era algo delgado, con pelo corto pero descuidado color marrón, unos ojos tan negros que parecía que carecían de alma y una sonrisa lupina algo inquietante. Aún no se que ve Ana en él.

- Pero Ana, no lo molestes que necesita concentrarse en el camino. - Respondí.

- Pero déjala hablar con él, dudo que se distraiga demasiado si le habla una chica, en especial si es una que sea tan hermosa como ella. - Dijo Flash mientras tomaba una cerveza desparramado en la camioneta y le guiñaba el ojo.

Flash era un tipo repugnante, había repetido el año de preparatoria porque quería dedicarse a jugar al Rugby y ser profesional, obviamente no le resultó.
Tenía un horrendo pelo rubio corto y peinado, como si alguna chica se fijara en él; unos ojos verdes que expresaban una rebeldía innecesaria y una voz de borracho sin vida que alejaba a toda chica con buenos gustos de él. Más bien, creo que a él solo le importaba tener sexo con todas las chicas que conociera, por lo cual quería mantenerme alejado de él.

- Flash, ¿por qué no cerras la boca antes de que te echemos de la camioneta? - Dijo Rick inmediatamente con su voz madura. - Recorda que si haces cualquier idiotez te dejamos abandonado en medio de la nada.

- Chicos, ¿pueden dejar de pelear por una condenada vez? - Se quejó Sasha enseguida mientras agarraba la mano de Rick de forma cariñosa pero con autoridad. - Recuerden que hacemos esto para llevarnos mejor.

Rick era un chico encantador, era el "responsable de todos nosotros". Todos nuestros padres confiaban en él por lo cual no tuvieron problema en dejarnos venir hasta aquí con él. Era muy guapo, con un pelo medianamente largo pero prolijo color marrón casi naranja, ojos azules y orejas con caravanas sencillas y muy cool. Admito que alguna vez me habré enamorado de él.

Pero no importaba cuanto lo amara, el estaba en una relación con Sasha desde hace 2 años. No podía estar celosa, ella era mi mejor amiga, siempre encontraba consuelo cada vez que hablábamos de problemas o injusticias.

Un gran silencio dominó el lugar luego de que Sasha se quejó, quizás porque sabían que tenía razón o simplemente por miedo a que Rick les rompiera la cara por decir algo estúpido.
Yo no le daba importancia, prefería mirar el paisaje por la ventana o simplemente tararear alguna canción que conocía. Si comenzaba un conflicto no quería ser parte de él.
- Sarah, ¿por qué no vino Michael? - Preguntó Sasha intentando cambiar el ambiente. - Hace mucho tiempo que no los veo juntos.
Giré la cabeza para verla a los ojos y noté que la pregunta era en serio y no quería tomarme el pelo. Así que volví a mirar el paisaje y le respondí:
- Tenía algo "importante" que hacer. Igual tampoco es algo que me importe, igual no hace mucho que me enteré que me fue infiel. No quiero saber nada más de él. ¿No te habías enterado que terminamos?
Quedó boquiabierta, se ve que nadie le había dicho lo qué pasó entre nosotros. Todos quedaron callados, apartando la vista de Sasha para hacerse los desentendidos. Igual no estoy enojada, tampoco es algo tan grave.
- Eso significa que estás soltera, ¿no? - Dijo Flash mientras levantaba una ceja haciéndose el galán. - ¿Estás buscando tener algo para un rato o ya te rendiste linda?
Mi cara seria cambió bruscamente a una cara de desagrado y repugnancia, sabía a lo que él se refería.
- Sí, lo estoy. - Le respondí. - Y no me rendí, que no quiera tener sexo con un idiota engreído como tú es otra cosa.
Todos quedaron mirándose entre sí, como si hubiera dicho algo malo o algo que no era necesario escuchar, pero las palabras ya salieron de mi boca y no me arrepiento.

El ambiente se puso tenso, ni una sola alma pasó por aquella camioneta. Todos estaban escuchando música por sus auriculares o simplemente viendo el paisaje para no decir ninguna palabra más hasta que lleguemos.
Y así pasaron las horas, horas llenas de aburrimiento, gastadas como si tuviéramos todo el tiempo del mundo. Pero aún así llegamos a nuestro destino. El lugar estaba despoblado, habitaban menos almas de las que habitaron el auto hace unas horas. Corría una brisa fría que daba la sensación de que el lugar estaba maldito, todas las ramas de los árboles chocándose entre sí provocando ruidos desagradables y aterradores. No había ni siquiera una alma que haya pasado por ese lugar antes. No habían casas, cabañas, estancias, ni siquiera señales de tránsito.
Una vez que bajamos de la camioneta, agarramos nuestras pertenencias y comenzamos a caminar hacia el corazón del bosque. Mientras más nos adentrábamos en él, más oscuro y tenebroso era. Cada vez los árboles estaban sin hojas, el aire se ponía más húmedo, los mosquitos molestaban más de lo habitual.
Pero por más horrendo que sea ese lugar para mí, debíamos preparar todo para la noche. Así que dejamos nuestras mochilas en el piso y nos sentamos a descansar de la larga caminata.
- Acá vamos a dormir. Dejen todas sus cosas acá y armemos el campamento. - Dijo Rick mientras se levantaba del pedazo de tronco caído donde descansaba. - Todos van a recordar esta noche...

Una NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora