Capítulo 1

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Chanhee se sentía aterrado, ese auto no había dejado de seguirlo desde que había salido del instituto.

Agarraba fuertemente de las correa de su mochila mientras lloraba en silencio por esa zona transitada, no sabienso que hacer.

Al principio pensó que eran imaginaciones suyas pero cuando paró a acariciar a un gatito regordete que se encontró por ahí, supo que no.

El auto paró junto a él, justo en una zona donde no había nadie. Vio la puerta abrirse, pero no a alguien salír, porque salió corriendo lo más rápido que pudo.

Vio a un policía apenas se acercaba al centro, le dijo que pasaba y el solo lo trató de paranoíco. Ya no sabía que hacer. Pasaron aproximadamente 2 horas así, el caminando por la ciudad, las zonas con más gente específicamente, pero ya empezaba a oscurecer, y con ello las personas partían hacia sus casas.

Sus sollozos empezaron a hacer más audibles, algunos lo miraban mal y otras sentían pena, pero aún así no preguntaban lo que sucedía ni intentaban ayudarlo.

La calle ya estaba casi vacía, su corazón empezó a latír con fuerza, entró a un kiosko de 24 horas y ya allí, se refugió en la zona de telefono -que estaban sin servicio- a llorar.

Sin celular, ni dinero para un taxi, o siquiera carga en su tarjeta de bus, se hundió en el temor absoluto.

-D-disculpa...- un chico de pelinegro y con ojos preocupados se acercó al castaño que abrazaba sus piernas hecho un bollito en una esquina, su llanto era demasiado fuerte como para ignorarlo.- ¿te encuentras bien?

Chanhee levantó la cabeza, sorbiendose la naríz y con los ojos demasiado rojos. Tenía vergüenza pero mucho más miedo.

-U-un auto -señala a un auto viejo y rojizo oxidado que se puede ver fuera del ventanal.- e-está siguiendome...- dijo hipiando, su uniforme se encontraba demasiado humedo por sus lagrimas.

-A-ah, entiendo.- dijo el más alto rascándose la nuca, claramente no dejaría que ese niño peligrara, pero tampoco tenía la certeza de qué hacer. Primero lo primero sería tranquilizarlo.- Me llamo Youngbin..-puso su mano delante de él, nervioso.

-C-chanhee- dijo sin dejar de llorar pero estrechando su mano con la del mayor.

-Bien, Chanhee, primero tienes que calmarte- le dijo intentando tomar un papel más maduro- ¿Conoces alguien a quien puedas llamar?- preguntó dispuesto a prestarlo su teléfono. El castaño balbucea algunas cosas pero Youngbin no logra entenderlo.- por favor habla más fuerte, no logro entenderte.- dice con vos calmada y pausada.

-M-mi papá n-no llega hasta mañana p-porque duerme en s-su trabajo...- cuesta mucho entenderlo por tantos sollozos. No entiende tampoco quien duerme en su trabajo pero de igual forma no pregunta.

-¿Tu mamá?

-N-no tengo...- el pelinegro relaja los brazos, incomodo.

-Entonces tendré que llamar a la policía...- dijo sacando su móvil, pero una pequeña mano lo impidió.

-Por favor n-no...

-¿Por qué no quieres que llame al 911?- pregunta confundido y un poco frustrado.

Advierte que se pondrá a llorar igual de fuerte nuevamente entonces evita la pregunta.

-No importa. -piensa.- podrías quedárte aquí un rato hasta que se me ocurra algo...- pensó en un taxi, pero ya era demasiado tarde para llamar a uno, y corría mucho peligro.

-G-gracias... ¿hyung?- el castaño asiente un poco disgustado ya que las formalidades lo hacen sentír mayor cuando hace tan solo unos años terminó la escuela. El otro solo se relaja un poco, pero las lagrimas siguen cayendo.

Youngbin se incorpora con los pies entumecidos por la posición, pero siente una jalada en su pantalón, el niño tira hacia abajo, entiende el mensaje.

- No puedo quedarme aquí contigo.- dice sereno, sin buscar estresarlo.- Tengo que trabajar...- señala a donde se encuentra la caja- estaré ahí ¿ok?

-¿Y s-si entra?- Youngbin inventa algo al instante.

-Lo golpearé. -sonríe aparentando valentía, buscando tranquilizarlo y lográndolo en el intento, el más pequeño suelta la parte inferior de su pantalón y el acaricia suavemente el suave pelo del castaño de forma fraternal.

Youngbin vuelve a su lugar en la caja. Si está medio cagado pensando que ese tipo -que curiosamente tiene el auto estacionado en la calle al frente- tiene un arma, pero en este momento lo mejor es no entrar en pánico.

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No se olviden de  cuidarse en las calles, ir (si pueden) acompañados y a horas concurridas, más si son mujeres jovenes, pero para hombres también, el robo puede terminar en homicidio.
Wenas noches 8]♥

Hyung [Chanbin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora