No es suficiente

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 En este caso, la flor usada es el nenúfar: "Eres de hielo". En el lenguaje de las flores, el nenúfar significa: "tu corazón de hielo no sabe valorar lo mucho que te quiero"  

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Existen relaciones tiernas hasta el punto de querer vomitar. Existen relaciones que esperan a la intimidad para ser diabéticas. Hay relaciones en las que parece que nunca vaya a pasar nada, porque la pareja tiene una cara de póker impresionante. Hay otras en las que todo el mundo sabe lo que pasa y la pareja es tan inocente que no se da cuenta.

O, por ejemplo, están Atem y Yugi. Cuando Joey y sus amigos les miraban, todos sabían que algo muy dulce latía en su interior. Tenían una relación perfecta, pues se conocían a un nivel muy extremo, vivían juntos, confiaban el uno en el otro y, según Yugi, se guardaban bastantes secretos que con el tiempo se irían contando. Cada vez que les miraba estando juntos, Joey recibía una onda expansiva de amor. ¡Es que ni se miraban entre ellos y se podía ver lo mucho que se querían!

Ni Tea, ni Tristán, ni ninguno de los otros amigos de la pareja tenía una relación... excepto el propio Joey. Aunque él mismo no sabía si llamarlo así. Joey estaba... "lo que fuera" con Seto Kaiba, y la tónica diaria entre Joey y Yugi (su confidente) era más o menos esto:

—¿Qué tal con Kaiba?

—Bu-bueno, ¡pues bien!

—Se te nota, vienes avergonzado —se rio Yugi, con ternura—. Hoy os habéis besado pero a fondo.

—Pues sí, para qué te voy a engañar... —se rio, sonrojado.

O también pasaba esto:

—Hola.

—Uy, mal día.

—¿Qué onda con esa percepción tuya? Ni que me estuvieras espiando.

—Es que eres fácil de leer.

—Kaiba es imbécil, le hago un detalle al hacerle la comida y me dice que podríamos haber comido en su casa, que su mayordomo me habría hecho un plato genial con lo que le había puesto en la mesa.

—Dios, eso duele.

—¡No tiene consideración por lo que hago! ¡Ya sé que cocino como el culo, pero me esfuerzo! ¡Él debería entender lo del esfuerzo!

—Podría haber sido peor, podría haberte llamado segundón, o perdedor, como cuando os peleabais al principio.

Joey bufó ante ese comentario, pero tenía cierta razón. Kaiba sí había aligerado sus ataques contra Wheeler, pero es que simplemente era inevitable que chocaran trenes cuando se trataba de valorar lo que fuera. Todo el mundo sabía la pasta de la que estaba hecho Kaiba, era orgulloso, frío, desconsiderado, pasota, infravaloraba a todos sin apenas diferenciar (excepto si le vencían en duelo o el caso particular de Joey) y su egoísmo apenas ronzaba el nivel de su egolatría.

Y lo peor era que Joey lo sabía. Lo sabía y se había enamorado de ese desgraciado. Tenía esperanzas de que el amor le diera una soberana leche a Kaiba y empezara a tratarlo como lo que era, su pareja, pero esas esperanzas tenían un límite.

Lo más curioso de todo era que Kaiba disfrutaba de cosas normales en una pareja. Le parecía bien pasear (aunque lo de hablar de algo mundano ya era otro tema), comer en un restaurante (independientemente de las críticas a todo), viajar, pero no parecía que le pusiera una gran pasión.

Eso sí, cuando le entraba la vena juguetona, se agarraba el jet privado o el helicóptero, aterrizaba en cualquier parte de la ciudad, se llevaba a Joey sin preguntar y pasaban vaya usted a saber cuántos días haciendo travesuras, "sexajándose" en cualquier lugar que a Kaiba le viniera bien. Entonces era cuando se decían cosas bonitas (más Joey que Seto, por supuesto) y realmente parecía que Kaiba mostrara algo de su interior.

No es suficiente [Yu-Gi-Oh! - Puppyshipping]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora