Epílogo.

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Ese día fue el mejor y el peor día de Kim JongIn, o Kai, como todos le suelen llamar.
Acababa de darle un solo en uno de los bailes mas esperados de una de las mejores universidades de danza de Seúl.
Ahora mismo estaba en un taxi, sonriendo como un estúpido mientras le contaba todo al taxista, el cual estaba haciendo todo lo posible por parecer interesado en la conversación.
Pero a Kai le daba igual, estaba feliz, y su madre también lo estaría en cuanto llegase a casa y le diese la mueva noticia.
Ya se imaginaba a su madre saliendo por la puerta en cuanto el taxi llegase. Las pruebas habían durado mucho, y el había sido uno de los últimos , por lo que todo estaba oscuro allá fuera.
Seguro que su madre estaría en la pequeña hamaca de base metálica que estaba en el jardín delantero, con su te de frutos rojos favorito en su taza favorita, aquella que Kai le había regalado con siete años, y que rezaba "la mejor mamá del mundo". Kai había estado ahorrando durante tres semanas el dinero que le daban para chocolatinas y diversos dulces, para ahorrar y comprar esa taza que a su madre seguro que le encantaría. Y no se equivocó.
Un rayo de luz despertó a Kai de su trance justo cuando vio otro coche frente a ellos, luego tuvo como pequeños vistazos, como fotografías.
Ellos saliéndose del camino, rozar un árbol de la calle, y luego, el edificio.
Después todo se volvió negro...

Broken Dreams~ KaisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora