CAP 3

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"En donde Peter hace una extraña promesa".

Peter miraba las espesas gotas de lluvia resbalar en la inmensa ventana del salón.

-Estupendo.

Su paraguas se había roto de camino a la universidad (justo cuando había llegado para ser exactos), restándole importancia, ya vería cómo se las arreglaría de camino al hospital.

Pero, ah1ora que sólo quedaba 5 minutos para salir, caía en la cuenta de que no había conseguido nada para resguardarse de la fuerte lluvia.

-Eso es todo por el día de hoy, muchachos que no se les olvide estudiar para sus exámenes.

Recogiendo sus cosas, el castaño se marchaba a la entrada de la inmensa universidad.

-Tal vez... no llueva tanto.

Quedando como una estatua, al ver que la pequeña llovizna se volvía turbia y fuerte.

Soltando un pesado suspiro miraba su reloj de muñeca.

-7:25, todavía puedo llegar.

Subiendo el gorro de su oscuro suéter, se preparaba para correr y meterse en la primera tienda que viera, para comprar un maldito paraguas.

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-Gracias por su compra.

Parker tomaba el ticket, apretando su puño fuertemente, su rostro mostraba lo enojado que estaba. Aquel plan había sido un fracaso desde que puso el pie fuera de la entrada universitaria.

Unos idiotas en motocicleta pasaron cerca de la acera, levantando un gran chorro de agua.
Qué le hubiera caído a una ancianita, de no haber sido por él, que se interpuso recibiendo todo el frío y sucio líquido.

Luego vería cómo se las arreglaría para que su tía Mei no notará a su amado sobrino empapado.

-Ohh querido muchas gracias.

La ancianita que respondía al nombre de Amelia, quiso invitarle a tomar un café en modo de agradecimiento, pero Peter se había negado amablemente.

Era obvio que trataba de controlar su ira, el muchacho ya estaba empapado de pies a cabeza, y apenas había comenzado el trayecto para ir al hospital.

Pero no podía desquitarse con aquella tierna anciana, él no era así.

-¿Por qué compré el estúpido paraguas?

Se lamentaba el ojiambar en silencio. Su ropa y zapatos estaban completamente mojados. La sudadera ahora le daba oportunidades para tener un fuerte resfriado. Mientras que su pantalón se adhería aún más a su paradito y tembloroso culo.

El viento azotaba con fuerza el friolento cuerpo de Peter, la lluvia parecía no tener intenciones de detenerse, y comenzó a temblar sin poder seguir su camino.

Las personas que pasaban, sólo lo ignoraban, excepto uno que otro hombre, que al ver su trasero no podían evitar acariciar su hombria por sobre su pantalón.

Ya que aquel pantalón del castaño dejaba una perfecta vista trasera de las piernas del chico y sus nalgas. En las últimas incluso se notaba un borde que rodeaba cada nalga.

-No puede ser, ese chico tiene...

Peter con fuerza bajaba su sudadera, tapando su trasero y hechando a correr.

Maldecia desde lo más recondito de su corazón, al mercenario.

-------Flash back-------

-Bebé, ¿no te gustaría cambiar esos por estas?-

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⏰ Última actualización: Sep 06, 2017 ⏰

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