Somnia II

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Los días transcurrían fluyendo como el agua,mientras que las noches cobraban vida y se creían merecedoras de ralentizar su paso. Las pesadillas prosiguieron y aunque ya me había acostumbrado a despertar con el corazón envuelto en pánico,agradeciendo que nada de lo ocurrido haya sucedido realmente,tengo que reconocer que no sabía que lo peor estaba por suceder.
Soy de esas personas que cuando sueñan mal en algún momento de la noche ya les basta para vestir al día siguiente unas preciosas ojeras que abarcan al menos medio rostro. Imagínense como habré quedado luego de un desfile de pesadillas consecutivas en esa semana. Era sábado por la noche y tenía que irme a dormir temprano ya que al día siguiente debía madrugar para cumplir con mi jornada laboral,así que procedí a apagar las luces de mi habitación como de costumbre y ya con el pijama puesto,me relajé en la comodidad de mi cama,dejando reposar mi cabeza sobre la almohada y cerré los ojos procurando no pensar en nada que se interpusiera entre mis ganas de dormir y yo. Entonces fue cuando tuve un sueño,el cual es uno de los pocos que recuerdo con mayor claridad.
- Estaba en el trabajo,en mi puesto de cajera de comercio como de costumbre y el negocio estaba vacío,no había clientes,sólo estábamos los empleados y el sonido de la radio sonando de fondo,hasta que en eso ingresa una clienta,era una señora mayor de edad,estaba segura que superaba los cincuenta años pero no pasaba de los setenta,no sé con seguridad si había traído su carrito de compras consigo o no,pero no le presté mucha atención tampoco. La vi posicionarse frente a la góndola de sales dietéticas y al cabo de unos segundos,tomó una y se acercó a la caja para abonar el producto:
-Buenas! ¿Sólo va a llevar la sal,verdad? -Pregunté con una sonrisa,esperando su respuesta.

- Si,sólo llevo la sal. -Respondió amablemente.
Pero antes de que pudiera tener tiempo de modular si quiera una palabra,ella prosiguió de forma repentina diciendo:
-Ya estoy muerta.

Me desperté justo en ese mismo instante,con mucho miedo y atormentada de preguntas que preferían por el momento,evitar respuestas. Miré la hora desde mi celular y ya era momento de levantarme para ir al trabajo,con apenas minutos previos de diferencia con la alarma que ya estaba establecida.
Ese domingo estuve bastante débil la verdad,pero sobrellevé el día de la mejor manera que pude,aunque dentro mio sólo deseaba que el día durara más,aunque sea solo un poco.
El sol se escondió,hacía frío y la luna se dejaba ver a medias mientras yo retornaba a mi casa.
Luego de la cena y de algún que otro pasatiempo,me digné a apagar la luz y relajarme en mi cama,recé como cada noche y cerré mis ojos. Al cabo de una hora desperté sobresaltada,ya se estaba haciendo tan habitual que aterraba,me centré en no pensar en lo reciente y sólo dormir,estaba tan cansada que mis párpados se cerraban solos ante la oscuridad..

¿Oscuridad? Si,mi cuarto estaba a oscuras y no había dudas sobre ello,puesto que recuerdo con detalle haber apagado las luces antes de acostarme pero.. ¿Qué es esta luz incandescente que apunta a mis ojos cerrados? Mi primer pensamiento fue que había recibido una notificación en mi celular,y éste alumbró la habitación,haciéndome receptora de aquel reflejo de luz,así que con confianza abrí mis ojos.
¿Cómo es posible? Todo estaba oscuro,revisé el celular y no había notificaciones nuevas,ni señal de luz alguna. Opté por cerrar mis ojos para pasar aquella situación por alto,pero ¿En serio? ¿Luz otra vez? Al sellar mis párpados sentía como si un flash potente me embistiera en toda la cara,era realmente molesto,estaba claro que no podía aunque quisiera,lograr dormir si no podía mantenerme siquiera con los ojos cerrados,así que pensé "Si me tapo la cabeza con las mantas,nada de lo que esté iluminándome tan ciegamente,podría molestarme ¿Verdad?" Procedí.
Me encontré en la penumbra de un negro absoluto al cubrir completo mi rostro con las mantas que abrigaban mi cama,así que cerré mis ojos,ya no había luz y créanme,la extrañé inmediatamente cuando vi a centímetros de mi cara el rostro de una niña adolescente mirándome.
Su color de cabello era castaño,vestía con una remera color naranja y dudo que superase los diecisiete años de edad. Me miraba sin transmitir nada en absoluto y por más de no tener idea de quién era ni de sus intensiones,mi miedo fue más fuerte y abrí los ojos totalmente precipitada. Desapareció.
¿Yo estaba imaginando eso? No lo creo,vi con claridad el rostro de alguien que jamás había visto antes. ¿Pero que está pasando?Junté valor y me digné a intentar volver a verla,cerré mis ojos y para mi sorpresa,delante mio se materializó mi propio rostro.
Así es,me encontraba mirándome fijamente a los ojos conmigo misma.

[Continuará ]

Profana_ ✒

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