Somnia

Somnia III

Sabía que algo no iba bien,no era normal lo que estaba sucediendo conmigo por las noches y el hecho de no encontrar respuestas inmediatas me estaba preocupando.

Me pasé gran parte del día pensando en lo que había pasado aquella madrugada,llegué a comentárselo a mis compañeros del trabajo,ya que mi rostro delataba que no había tenido la mejor de las noches,y no se equivocaba. Finalizada mi jornada laboral y luego de despedirme de mis compañeros,decidí caer de visita a la casa de mi madre. - Reconozco que si bien anhelaba pasar una fría tarde de invierno en calidez familiar,no era el principal motivo de mi decisión. La realidad se hallaba en que no estaba nada deseosa de retornar pronto a mi hogar.
Le comenté estos consecutivos hechos a mi madre,como quien no quiere la cosa,casi cómo si le contara una secuencia cotidiana que no requería respuesta alguna. Pero me sorprendí al notarla tan interesada en mi relato,podría haber jurado que al terminar de contarle todo,se empeñaría en convencerme que mi cuerpo estaba muy sugestionado por el estrés y que con un poco más de descanso, mi mente dejaría de jugarme una mala pasada. Pero no fue así,no hubo sermones de su parte.
Ella no quitó su comprensiva mirada de la mía,sabía que no estaba mintiendo,que iba en serio aunque yo me esforzara en contarlo con despreocupación. Pero es mi madre,no puedo culparla por conocerme tanto.

- No importa la hora en que esto suceda,si esto es así, entonces no dudes en llamarme. Sabes que siempre tengo el celular encima ¿Esta bien?.

- Esta bien. - Respondí.

Sabía que pasara lo que pasará,jamás la expondría a la incertidumbre de despertarse con un llamado de su hija a las altas horas de la madrugada tan sólo por "un mal sueño".
Lo que menos quería era preocuparla e involucrar a más personas en esto.

El cielo se apagaba a pasos agigantados,las sombras perdían su luz y las agujas del reloj sugerían mi retorno a casa. Obedecí.
Luego de una purificante ducha y pasada la media noche,yacía mi ser en calma sobre la suave cama que abrazaba mi cuerpo,aún costaba conciliar el sueño casi como una pequeña lucha interna que combatía cada noche por no perder el juicio.
Y allí me encontré otra vez,sobresaltada.
El corazón parecía salirse íntegro de mi para ya no regresar,pero regresaba. No podía entenderlo,me daban ganas de escribir lo que sucedía en el momento para que exista un registro, pero el terror paralizaba mis intenciones.
Quería prender la luz,pero temía despabilarme,y la realidad era que necesitaba descansar,mis energías ya rozaban el suelo y no podía continuar así. Entonces cerré mis ojos y busqué focalizar en aquello que tanto bienestar me provocaba,en lo feliz que ese pensamiento me hacía cada vez que lo visitaba y que estaba segura que no me fallaría en un momento como este. Pero falló, algo salió mal o simplemente desobedeció cualquier expectativa que me había propuesto conseguir,ya que sólo lograba ver mi habitación a oscuras.. No había caso,no podía cerrar los ojos ¡¿Como era eso posible?!.

-¡Quiero dormir,por favor!- pensé en voz alta.

Una vez más intente cerrar mis ojos,pero mi habitación sumergida en la más renegrida penumbra no desaparecía,apenas la luz de luna asomada por la ventana le daba un esquicio de iluminación al lugar. Ya me estaba preocupando ¿Como es que no podía mantener mis propios ojos cerrados? Debía conseguirlo de alguna manera,así que con cautela pero sin ninguna duda,levanté mis manos y las posé sobre mis párpados para ayudar a bajarlos y así de una vez por todas conseguiría, con suerte, conciliar el sueño. Pero jamás hubiera esperado aquello que luego hizo que me quedara completamente perpleja. No podía ser verdad,pero el tacto de mis manos no me mentía,yo seguía viendo mi habitación,pero mis ojos.. Ellos... Ellos estaban totalmente cerrados.

[Continuará]
Profana_ ✒