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Estabas quieta, frágil, como una muñeca de porcelana. No hacías ni decías nada. Me preocupaba.

Te salude, volteaste y me viste. Sonreíste y corriste hacia mí, me abrazaste. Yo me puse más nervioso.

No sabía que pensar.

No quería ser víctima de tu maldad, no quería sucumbir, no quería dejarme manipular, no quería salir herido.

Suspire, me separe y te mire a los ojos.

Es ahora o nunca.






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Recta final.

S  H  E    ►TERMINADA◄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora