Prólogo

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Existe un pueblo muy pequeño, escondido entre los brazos de Nueva Zelanda, tan impopular por no tener mucho que mostrar más que su incesante lluvia.

Es un pueblillo cualquiera, con gente cualquiera. Nadie sobresale. Nadie es especial. Nadie llega a ser importante.

Un pueblillo en donde los adolescentes no sueñan, no conocen el calor, no conocen el amor.

Los hombres se crían para trabajar y casarse, las mujeres para casarse y cocinar.

Y Nute, una adolescente cualquiera, sin sueños ni esperanzas, pasa todos los fines de semana sin sombrilla alguna en la entrada del pueblillo, donde el cartel deletrea "Welcome".

Todos los fines de semana la pasaba ahí, esperando el regreso de su padre.

Una motocicleta pareció escucharse y Nute intentó no emocionarse.

¿Será su padre?

No.

Una turista cualquiera, con una cara cualquiera.

-Permiso.- dijo la turista cualquiera. -¿cuál es este pueblo?-

-no tiene nombre.- dijo Nute seca, para luego irse de ese lugar por tal decepción.

-¡Espera!- la chica tomó la manga de su suéter . -¿Puedes ayudarme?-

-Seguro.- falsificó una sonrisa Nute.
 
Pero la adolescente sin esperanzas no sabía, que con esas palabras empezaría su aventura que nunca vió venir.

El Misterio De La Lluvia En El PueblitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora