Un comienzo

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Atardecer de colores rojizos y de nubarrones grises. Sí, he decidido empezar por aquella tarde y contar esta historia, o al menos lo que recuerdo de ella, con ayuda de lo que me han contado. Ella se adentraba en ese gran castillo. Poco hacía que habían desembarcado en Nervati y todo justo un año después de la última vez que ella piso aquel país. Dentro del castillo, una fiesta era celebrada y todos los invitados iban vestidos con la mayor elegancia que podían permitirse. La sala de bailes rebosaba alegría y agitación. Ella se quitó la capucha marrón que llevaba, dejando así ver no solo su vestido dorado, sino que también su pelo marrón café, sus ojos de un profundo azul, el reloj blanco que llevaba en su muñeca y las pequeñas cuerdas marrones y azules que tenía en forma de pulsera en su otra muñeca.

"Parece que todos los trabajadores del castillo visten de marrón y llevan el escudo real." Notó ella.

En un rincón de la sala, donde estaban los músicos, habían unas grandes cortinas y, de ellas, salió un hombre de edad avanzada. Este hombre hizo una señal a los músicos, haciendo que éstos pararan de tocar:

-Queridos invitados, gracias por asistir hoy y aquí a nuestro baile. Como podéis ver, jovenes de todas las clases y estatus sociales habéis sido invitados con un único propósito: Encontrar pareja para el joven Adam, el mayor-

Y la joven dejó de escuchar, los guardias y todos los invitados habían puesto su mirada sobre aquel hombre. Ahora tenía la mayor oportunidad para escabullirse hasta el lugar indicado. Pero, al entrar en el pasillo, se cruzó con un joven más alto que ella. Un joven rubio de ojos verdes, en su oreja izquierda tenía un rubí con forma de gota como pendiente. Ella agachó la cabeza para no sobresalir demasiado, pero fue en vano, él la detuvo agarrando su mano.

-¿A dónde se dirige, señorita?

-A los servicios. -intentó excusarse.

-Permítame decirle que están en la dirección contraria.

-Pero hay muchas personas, yo solo quiero retocarme un poco el carmín. Y un camarero me ha sugerido que por aquí había un habitación con espejos.

-No creo que necesite retocarlo, parece que está perfecto. -dijo él mientras se inclinaba para ver sus labios más de cerca.

Y entonces ella se dió cuenta, "¡El escudo de la familia real Wilde! Pero, su esmoquin es negro...". En el pecho de su esmoquin había aquel escudo de fondo dorado. En el centro de este había un colibrí rojo rodeado de hojas de arce marrones.

-Pero, quiero estar segura de ell-

-¿Me puede decir su nombre? -interrumpió él.

-¿Mi nombre?

-Sí.

"Debería haberme preparado algo así..."

-Aah...

-¿Aah?

-Alicia, Alicia Hopper.

-Improvisar no es tu punto fuerte, señorita pirata.

-¿Pirata? ¿Qué blasfemas?

-Ni actuar.

-Te las das muy de listo, ¿no? -dijo ella perdiendo la compostura.

-Si quieres puedo ayudarte, sé un buen camino para ir a la sala del tesoro.

-Puedo ir yo sola.

-Y yo puedo llamar a los guardias o ayudarte a cambio de que me lleves contigo en tu barco. -dijo él con una sonrisa, sabiendo que había ganado.

Ella suspiró, al final no le quedaba otra que seguirle. ¿Estaría todo bien? ¿De verdad solo le quedaba esa opción?

-De acuerdo... -dijo ella a regañadientes mientras recordó que aún no sabía el nombre de él.

-Soy Odd, un placer hacer nego-

-¡El príncipe Odd ha desaparecido, rápido, encuentrenlo! -gritó aquel hombre de edad avanzada a los guardias, dejando a él con la palabra en la boca.

-¿Príncipe? -dijo ella algo confundida.

-¡Corre! -dijo él, mientras ambos seguían cogidos de las manos, arrastrando a ella.

Corrieron hasta el final del pasillo donde se birfucaba, derecha o izquierda. Tomaron la derecha.

-Sin salida. -dijo ella viendo el camino sin puertas ni otro tipo de continuación.

Lanzó una mirada de incredulidad hacia Odd, quería disimular su nerviosismo.

-Tranquila.

Odd soltó su mano y se acercó a uno de los dos candelabros que había a cada lado de un enorme cuadro que colgaba en la pared. En el cuadro había pintada una luna gris reflejada en un lago de aguas oscuras. Odd tiró de uno de los brazos del candelabro, accionando así, un mecanismo que alzó el cuadro. Dejando ver unas escaleras de piedras que bajaban hacia la oscuridad. Odd cogió una pequeña jaula que había en uno de los escalones, la cual contenía una vela. El príncipe encendió la vela con ayuda de las velas del candelabro. Mientras, la joven vigilaba la retaguardia preocupada.

"Estamos muy cerca del salón de bailes. ¿Cómo es que ningún guardia ha llegado ya aquí?"

Se escuchaba un gran revuelo de fondo, pero no era tiempo de preocupaciones.

-Vamos, o... -comenzó a hablar Odd mientras se giraba a ver a la pirata preocupadiza- ¿Acaso la pirata tiene miedo? -acabó con una sonrisa.

La joven se giró y vio la mano que le tendía el príncipe.

-Nunca. -dijo mientras apartaba su mano del camino.

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Y hasta aquí el primer capítulo. ¿Qué os ha parecido?

Después de hacer y rehacer y cambiar el título y rehacer y cambiar cosas y rehacer, etc. He vuelto a publicar esta historia. Si teneis dudas, opiniones o cualquier cosa que queráis expresar... ¡Os leeré encantada en los comentarios! Que os vaya bien la vida gente~

XXX[ PRÓXIMO CAPÍTULO: 21/08/2019 ]XXX

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⏰ Última actualización: Aug 21, 2019 ⏰

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Alas Mojadas: El búho perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora