Mariposas que llevan canciones en las alas.

5. I hate u, I love u - Gnash

El tiempo pasó y me fui curando poco a poco. Sabía que las cosas no iban a ser iguales, e incluso pensé en alejarme totalmente de ti, pero no pude. Te fuiste de viaje por unos días (justo después de lo que pasó) y eso realmente me sirvió para sacarte de mi mente.
Durante esos días que estuviste allá pensé mucho. Me di cuenta de que tal vez yo estaba destinada a estar sola, ya que siempre que intentaba algo con alguien resultaba siendo sólo un amor fugaz. Me habían herido tanto en tan poco tiempo que en esos días siento que una parte de mi murió y volvió a nacer. Me hice más fuerte. Y en parte fue por ti, así que gracias.

Luego volviste y no pude ni siquiera mirarte a los ojos. No quería hablarte, no sabía cómo romper ese maldito hielo que había entre nosotras. Me sentía mal por tratar siempre de ignorarte, así que al pasar de los días traté de irme ablandando, en un par de ocasiones probé el dirigirte la palabra.

Pero el tiempo pasó y volví a mirarte. Pude estar sola contigo sin que las cosas se sintieran extrañas. Volvimos a reír, a hacer estupideces e incluso a contarnos lo que nos había pasado a lo largo del día. Hasta nos volvimos a abrazar, a hacernos cariño. Antes cada vez que me pasabas la mano por el pelo, por ejemplo, me irritaba y me apartaba. Una parte de mi estaba súper feliz porque volvíamos a ser las amigas de antes, pero la otra se sentía vacía. Hablando con mi psicóloga del tema me di cuenta de lo que era, necesitaba hablar de lo que pasó y sobre todo, una explicación de tu parte. Necesitaba también cerrar ese capítulo de una vez por todas.

La explicación me la diste un poco tarde, pero me la diste, incluso aunque ya había dejado de intentar averiguarla.