D O S

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La noche fue corta pero lenta. Tuve que cargar a Aneu en mi espalda porque se quejaba de que estaba muy cansada y que le pesaban los ojos. Llegamos a nuestro piso del departamento sanas y salvas, pero yo con un insoportable dolor de espalda y una niña que no paraba de roncar y babear sobre mi costoso abrigo. Abrí lentamente la puerta sin ocasionar mucho ruido para que mis padres y además Aneu no se despertaran. No había ninguna luz encendida así que tuve que arreglarmelas para llevar a Aneu a su habitación sin tropesarme con algún objeto del suelo. Logré sin dificultad cruzar el pasillo y llegar a la recámara de la diablita, a la cual arropé y acosté sin antes dejar su calabaza llena de dulces en su pequeña repisa. Luego llegué a mi habitación y me tumbé en mi cama dejando que el cansancio me ganara.

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Sentí un brillo en mi cara y unos pequeño golpes en la puerta, la cual se abrió dando visión a mi madre con una pequeña bandeja de flores.-¿Acaso no dormiste nada anoche? Son las doce del día y tú todavía acostada.-Preguntó mientras depositaba la bandeja llena de comida sobre mi regazo.

Y en efecto así era, no dormí nada. A unos imbéciles se les ocurrió a las tres de la mañana tirar huevos a las ventanas del departamento. Ningún huevo llegó hasta nuestra planta pero podía oír los gritos y los huevos romperse contra las paredes y además, al guardia nocturno amenazarles con que iba a llamar a la policia, acto que ocurrió después de unos diez minutos. Creo que lo peor no fueron los huevos ni los gritos, sino las putas sirenas policiales que estuvieron paradas abajo al menos una hora. Hasta los vecinos estaban hartos que empezaron a lanzar sus huevos por las ventanas gritando'¡feliz Halloween!'.

Después de acabar mi súper desayuno-almuerzo, escuché unos sollozos que provenían al final del pasillo. Otra vez Aneu se quejaba por quién sabe que, y todos en la familia teníamos que ir a socorrerle para que se sintiera bien y satisfecha, pero al llegar a su puerta vi como mi madre sacaba de una caja de plástico un envase lleno de pastillas y con su otra mano sostenía un vaso de agua.

Entré para ver mejor el espectáculo que se avecinaba , acerqué una silla y me senté al lado de las dos mujeres.- Y ahora, ¿qué pasó?-pregunté mientras Aneu intentaba resguardarse debajo de las sábanas.

Mi madre señaló la repisa que colgaba arriba de la cama, donde se encontraba la calabaza vacía.-Tu hermana se comió todos los dulces y ahora se enfermó del estómago y se rehusa a tomárselas.-Dijo desesperada porque se hacia tarde y tenía que irse a trabajar.

-Yo creo que se enfermó porque se comió uno de los mejores dulces, llamado Whin...-Molesté viendo como se despertaba el verdadero monstruo que salía de su cueva.

-En ese caso no soy la única que se enfermó, porque alguien también comió un dulce que era alto y vestía demasiado bien.-Intentó contraatacar mientras yo sólo me reía de lo estúpido que había sonado, ni se acordaba del nombre del chico. Mi madre sólo nos miró un poco confundida pero no quiso hacer ninguna pregunta, se hacía tarde y tenía que llegar en veinte minutos al hospital, así que se despidió de nosotras con un beso en la mejilla y me dejó a cargo del cuidado de Aneu y también de sus medicamentos. Yo ya sabía lo que se aproximaba, luchas y luchas para que la diablita pudiese tomarse un cuarto de pastilla. La pobre quedó "traumada" cuando una vez mi padre la obligó en frente de él a tomarse una pastilla entera para su dolor de cuello, apenas tocó su garganta y empezó a toser como una loca y después a vomitar todo el desayuno y el almuerzo. Si eso volvía a pasar, y conmigo enfrente, probablemente mi puño ya estaría atorado en su garganta.

Para no ser tan mala hermana decidí que se tomara primero unas cucharadas de jarabe, que eran los unicos remedios que le gustaban porque tenian sabor a frutas. Mientras ella disfrutaba de los sabores artificiales yo partía con cuidado las dos pastillas en cuatro partes iguales, para que de alguna forma se le hiciera más fácil tragarselas. Cuando ambas estábamos listas le tendi mi mano con ocho mini pastillas.-Aneu tómatelas.-dije en seco. Nos mirábamos con caras asesinas, sin embargo ella sabía que yo iba a ganar y terminó agarrando el vaso de agua sin antes darle un sorbo.-Muy bien Aneu, ¿ves ese basurero? Ya sabes que hacer en caso de emergencia.-Bromeé para relajarla un poco, aún que tenía el presentimiento que lo que había dicho iba a ocurrir.

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⏰ Última actualización: Nov 14, 2017 ⏰

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Dulce o truco ✧ Kim Taehyung  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora