Amor a travez de un sueño

   Los sueños suelen ser ventanas a eventos pasados, recuerdos que creías olvidados o pueden ser una representación de los más grandes de tus deseos.

    

   Entrando a aquel cuarto en penumbras dando pasos sigilosos hasta encontrarse junto a la cama, donde solo se hallaba un joven recostado en lo que parecía un profundo sueño, observando lo sin hacer ni ruido ni movimiento se encontraba una pequeña figura de la cual no se podía apreciar algún rasgo.

   Pasados varios minutos el joven en la cama se removió despertando y dando la vuelta viendo a la misteriosa figura, de la impresión y en un rápido movimiento quedó al otro lado de la cama en posición de ataque.

   —¿Quién eres tú? ¿Y qué haces aquí?

   La persona frente a él alzó la vista para verlo a la cara, aunque para el joven solo podía apreciar una sonrisa que le causó escalofríos.

   —Tt, esperaba asustarte un poco Drake, pero con nuestro entrenamiento supongo será casi imposible.
   —¿Damian? No esperaba volver a verte.

   Después de esas palabras la figura se quitó la capucha que cubría su rostro, a lo que Tim saltó hacia él con una gran sonrisa y los ojos llorosos.

   Pero cayó al frío suelo pues el más joven se encontraba fuera en el pasillo, levantándose y a punto de reclamarle Damian camino lejos de esa habitación a lo que Tim se apresuró a seguirlo, pero al salir ya no se veía en ningún lado.

   Decidido a encontrarlo se dirigió al cuarto del más chico, abrió la puerta lentamente solo asomándose un poco, lo vio junto a la ventana que daba al patio, se acercó hasta pararse junto a él sin despegarle la mirada en un nuevo silencio que duró muy poco.

   —En ocasiones solía verte entrenar o pelear con Todd desde aquí, me enfurecía ver cómo te tocaba, pero lo que más me gustaba era verte descansar en ese árbol.

   Señalando hacia afuera a un gran árbol, que en un día soleado podría llegar a dar una sombra tan refrescante, en el que solía salir a leer o descansar, pero antes de cualquier cosa mirar a la ventana esperando encontrar a Damian.

   Volvió la vista dentro del cuarto encontrando que estaba nuevamente solo y salió corriendo por todos los pasillos y habitaciones, cada una de ellas vacías, hasta bajar e ir a la biblioteca encontrándose sentado en un sillón con libro en mano.

   —Este era nuestro lugar favorito, yo sentado aquí dibujándote y tú enfrente leyendo, sabes en mi cuarto tengo varios cuadernos con retratos tuyos, deberías buscarlos, te gustaran.

   Al terminar de hablar cerró el libro y las luces se apagaron, con el lugar totalmente oscuro no podía ver a Damian pero sabía que este ya no se hallaba con él, salió otra vez en su búsqueda yendo ahora a la baticueva, esta vez Damian está frente a la vitrina viendo los trajes de todos deteniéndose en el de Red Robin.

   —La verdad hace un tiempo que me empezó a molestar que usaras ese nombre, Red Robin, creí que lo hacías por Todd, pero he de admitir que el traje te lucia muy bien. Y es este el lugar en donde más peleas hemos tenido, ven sígueme.

   Acto seguido salió corriendo y Tim tras él, en ningún momento lo perdió de vista, salieron de la mansión hacia la parte más alejada, esa donde se encontraban las tumbas de sus abuelos. La luna oculta tras gruesas nubes no dejaban ver nada más que solo siluetas, ninguno decía nada solo veían las lápidas frente a ellos.

   —¿Ahora no dirás nada Dami? Sabes, todo esto es muy extraño, no hay nadie en la mansión ni siquiera Alfred ¿Qué es lo que está pasando?

   Sin una respuesta solo un largo silencio opacado por el sonido de viento y uno que otro de los animales a la distancia.

   —¿Estas son las noches que más disfrutamos, no crees? ¿No te parece extraño también? Sin criminales que capturar ni locos a los cuales perseguir, y es porque en este momento solo me buscas a mi… y aquí es donde siempre me encontraras.

   Las nubes se fueron disipando poco a poco, iluminando el lugar dejando ver completamente a ambos jóvenes junto a tres lápidas.

   —Se que nunca soy dulce y no seré cursi pero no tienes que sufrir más y te diré algo que siempre te digo y no tienes que olvidar... Te amo.

   Fuertes golpes se escuchaban a su alrededor lentamente todo se volvía oscuro, todo estaba desapareciendo y a lo lejos se escuchaba una voz que poco a poco se hacía más fuerte.

   —Hey reemplazo, anda ya despierta o no te dejaré nada de desayuno.

   Con lágrimas en los ojos, rojos e hinchados, se fue levantando al recordar todo lo que soñó y sentir nuevamente la tristeza al saber que no vería a Damian nunca más, pero con el pensamiento de las últimas palabras que el Damian de sus sueños le dijo.

   —Yo también te amo pequeño demonio.

FIN