Narra Leo:
Salí de la guarida y llegué al lugar acordado antes de lo esperado. Le mandé un mensaje a Raph, diciéndole que acababa de llegar y que cuánto le faltaba. Enseguida me respondió. Sonreí. Estaba al caer.
No sabía por qué motivo ni por qué razón nos habíamos vuelto de golpe tan cercanos el y yo. Supongo que debió de haber influido el hecho de que nuestros dos hermanos hubiesen empezado una relación. Quizá fue la soledad que sentimos lo que nos acercó el uno al otro. O quizá... No. Debió de ser eso. Seguro.
Continúe esperando durante un buen rato. Comenzaba a impacientarme. ¿Porqué demonios tardaba tanto?
Escuché entonces un ruido en la penumbra de la noche y me di la vuelta de sopetón, alerta. Una barra metálica se encontraba tirada en el suelo, justo en el centro del callejón. Seguramente se habría caído desde una de las azoteas cercanas a causa del viento y eso había provocado el ruido. Respiré hondo. No había peligro. Pero entonces recordé que no hacía viento. Ni chispa de viento. Otro ruido más sonó. Y otro.
Tranquilizate Leo. Tranquilizate, por favor.
El cuarto ruido sonó mas cerca que ninguno. Y ahí no me quedaron dudas. Ahí había alguien. O algo. Recordé de golpe las historias que me había contado Raphael sobre los seres paranormales. ¿Sería entonces verdad que existían?
No digas chorradas, Leo. Estas nervioso y tienes miedo. Todo es fruto de tu imaginación.
Otro ruido. Mierda. ¿Dónde se había metido Raphael? Pensaba matarlo cuando apareciera. Si es que aparecía antes de que fuese lo que fuese lo que estaba provocando el ruido acabara con mi vida. Demonios, tenía tantas cosas por hacer todavía. ¡Era demasiado joven para morir!
No digas más idioteces, Leo. Haz el favor.
Un ruido más. Di un respingo. Detrás de mi había algo. Me acababa de rozar la pierna. Giré lentamente. Y a continuación, un grito ahogado rasgó el silencio de la noche, para a continuación fundirse completamente en la oscuridad de la ciudad.
Narra Raph:
Solté una sonora carcajada. Se lo había creído. No pensaba que sería tan ingenuo. Sin embargo, la broma había funcionado perfectamente.
-Te juro que eres estúpido.- soltó con odio echando a andar.
Me sujeté el estómago. No podía aguantar la risa. Había sido demasiado gracioso escuchar su grito y ver su cara repleta de terror. No pensaba olvidarlo jamás.
-Oye, esperame- le grité yendo tras él sin dejar de reír.
Caminamos y caminamos por un buen rato. Sin embargo, Leo no volvió a dirigirme la palabra. Se había enfadado. Se había enfadado de verdad.
-¿Vas a continuar así toda la noche?- pregunté.
Silencio.
-No me ignores.
Más silencio.
-Sólo era una broma.
Otro silencio más. Genial, Raphael, genial. Has metido la pata. Pero hasta el fondo. Continué hablando solo un rato más hasta que finalmente desistí por completo. Leo no estaba por la labor de iniciar una conversación conmigo. Caminaba con paso firme, de azotea en azotea con los labios apretados. Siempre hacia eso cuando estaba molesto.
Le mandé un mensaje más al cabo de un rato pidiéndole que pararamos un rato a descansar. Solo me respondía de esa forma. Así que no podía hacer otra cosa. Sorprendentemente, aceptó. Así pues, paramos en la siguiente azotea.
Nos sentamos en el suelo, uno junto al otro. El miraba al suelo, completamente serio. Me dediqué a observarlo. Estaba increíble aquella noche. Y descubrí que no me gustaba que estuviera molesto conmigo. Lo detestaba. Y descubrí una cosa más. Algo que quería hacer desde hacia ya un tiempo pero que nunca había tenido la ocasión. Se me ocurrió algo. Le mandé un mensaje. El me respondió. Le mandé otro. Y el a mi otro. Finalmente logré lo que quería. Que me mirara. Su mirada celeste se encontró con la mía. Y no me quedaron dudas. Deseaba hacerlo. Todo mi ser deseaba hacerlo. Acercarme más a él. Sentir el calor que emanaba su cuerpo de más cerca. Vi la confusión en su cara. Si no hacía algo rápido probablemente perdiera la oportunidad. Así que, tomé su rostro con una de mis manos, me incliné hacia delante y... Lo besé.
Fue un beso corto. Corto y torpe. Muy torpe. Me separé de él casi inmediatamente y aparté la mirada. ¿Porque había hecho eso? Estaba demente. Pensandolo ahora, con la mente fría, ya no me parecía que hubiera sido tan buena idea. De hecho... Ahora sentía vergüenza. Muchísima. Mis mejillas ardían.
Me llegó un mensaje. Era Leo. Quería que lo mirara. Insistí en que no podía. Pero el no se rindió. Tomó mi rostro con ambas manos y me acercó a él, juntando de nuevo nuestros labios, en un beso apasionado y mucho mas intenso que el anterior. Maldición. Leo besaba bien. Jodidamente bien.
Cuando nos separamos lo miré con los ojos bien abiertos a apenas unos milímetros de su cara. Jadeaba. Y un leve rubor cubría sus mejillas. No lo pensé dos veces. Le mandé un mensaje solicitándole que hiciera eso de nuevo. Que volviera a besarme. No se hizo de rogar. Juntó sus labios con los mios casi con urgencia y se echó sobre mí. Lo siguiente que recuerdo es que acabamos en mi habitación. Y que fue una noche intensa, llena de besos y caricias que me hizo comprender que algo estaba pasando entre nosotros. Y que era algo nuevo. Desconocido para mi. Pero que me encantaba. Leo me encantaba. Y parecía que yo también le encantaba a él. Sin embargo... ¿Sería capaz de decirle a la mañana siguiente lo que realmente sentía?
N/A:
Por si ya no lo recordais, este extra está basado en su primer beso. :3 Siento haber estado tan ausente, pero he estado ocupada en otras historias ya que dentro de nada regreso al instituto :( con lo cual quiero dejarme algunos capitulillos por ahí para ir publicándolos mas adelante cuando no tenga tiempo de escribir algo nuevo. 😅
Otra cosita más. Hoy es el cumple de @nxxvra así que... Os quiero a toditxs felicitándola. Si lo hacéis muchxs prometo subir otro extra este mes. ¿Qué me decís?
¡Felicidades preciosa! 💞🙌 Espero que te gustase tu regalo de cumpleaños :) porque sí, este capítulo va dedicado a ti 💜
Os quiamodorooo 💙💙💜💜
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Extras #Leoph
Fanfiction❛❛Extras de Leoph❛❛ *No es necesario haber leído antes Leoph [1], Leoph [2] & Leoph [3], pero si es recomendable para comprender mejor la trama. *Prohibida la adaptación total o parcial de esta historia.