Pase lo que ocurra, ocurra lo que pase,
me decías,
y mientras tanto, como una tonta, yo te creía,
y tú de mí, te reías.
Me mentiste en eso
y no sé en cuantas cosas más
pero al menos yo puedo llevar la frente bien alta
por mi eterna sinceridad,
pues yo,
nunca te dejaré de amar.