Una gota de esperanza

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Sumida en sus pensamientos, en su dolor, en su autocompasión, ella no se da cuenta que existe alguien no sólo uno sino dos, que la quieren ver feliz, los "amigos" que tenía anteriormente ni siquiera le habla, hace un mes que se ha mudado al edificio Marshal que ha sido de Matteo, ella al ser su esposa ha heredado todo, pero se lo entrego a su cuñado, sinceramente no le interesaba, hasta el edificio le entrego a Romney, ha sido siempre muy amable con ella, que más podría pedir.
Ya pensó en retomar su vida de antes, antes de haber conocido a Matt, antes de enamorarse perdidamente de un hombre que ahora mismo ahora sólo queda en su recuerdo.
Robert la ha estado visitando ha Sido un gran apoyo y su ahora nuevo vecino es muy alegre, simpático, un amor de persona, debe de tener la misma edad que ella o menos.

Divagando en sus pensamientos escuchó a lo lejos escuchó el timbre, se levantó de un salto, abrió la puerta y ahí encontró a Robert muy bien arreglado, con un aire informal, pero al parecer todo le queda bien, lleva una camiseta azul marino, jeans del mismo color y zapatos negros, se lo imagino al típico bab boy de los libros que ella lee.

-Hola Ross, ¿como estás ternura?- la saludo entrando al departamento, ella se quedó pasmada, ella nunca le dijo su primer nombre, ¿entonces?
Se dió un palma face mentalmente, claro, es del FBI seguramente la habrá investigado, pero lo dejo pasar- traje comida, dudo que tengas comida decente para comer- dijo con una sonrisa burlona.

- Una cosa es que yo prefiera comer sanamente, y otra cosa es que a tí no te guste comer lo que yo coma- dijo mientras se cruzaba de brazo- algo que sinceramente no me interesa en lo más mínimo.

-Hora, hora, calma tu agresividad, Ross- Robert no esperó que ella reaccionase así, pareciera que le iba a saltar, cual fiera salvaje- ¿acaso estás de TPM?

Ella lejos de sonrojarse o molestarse por lo dicho que ha dicho el, solamente le dedicó una sonrisa falsa- tal vez sí, tal vez no o tal vez solamente no quiero ver tu cara hoy- dicho eso se tiró en el sofá- ¿Como te ha ido? Y no me preguntes eso a mí después de responder la pregunta, porqué mi vida es más aburrida que la  de un caracol.

-Bueno, nada interesante siendo realistas- se sentó cerca de ella y la miró de reojo, se veía tan bella y despreocupada, aunque con ese dolor latente presente en su corazón, no ha Sido capaz de sacarle una sonrisa de verdad, aunque reía, nunca ha llegado a sus ojos, y se sintió un inútil, ¿como no ha sido capaz de sacarla de esa autocompasión? - no has pensado en salir de este apartamento, ver la luz, tomar un poco de vitamina D, no sé, algo para que no estés aburrida.

-¿Me has llamado pálida y floja? ¿En serio? ¿Tan mal me veo? ¿Tan fea soy? - dijo ella sacando su lado dramática, quería divertirse un poco- no puedo creer eso fue directo a mi ego-

-Estoy seguro que estas de TPM, es la única explicación lógica que tengo, por como me estas tratando- ella al verlo tan fresco y natural, sonrió para sus adentro es una buena persona, tal vez el es mi salida segura del abismo, pensó- vamos a salir Ross, no quiero que vivas encerrada el resto de tu vida, quiero que seas feliz, quiero que sonrías, no de manera falsa algo que siempre haces, quiero una sonrisa sincera, de esos que siempre tenias- no se dió cuenta que estaba hablando de más, pero ella no se percató de ese detalle tampoco.

-Nunca me vas a entender, yo también quiero ser feliz, quiero olvidarme de todo, todo sería más fácil, si no lo hubiese conocido, si tan solo te hubiese conocido a tí antes que a el, estoy segura que me hubiese enamorado de ti, pero no puedo, no fue así que sucedieron las cosas- Ross, se contuvo sus ganas inmensas de llorar- lo siento Robert, lo siento tanto, siento no poder darte todo de mi, eres el único que se ha preocupado por mi, que me ha dado paz, tu me salvaste y aún no se compensarte todo eso- Robert al escuchar esas palabras de ella, se removió incomodo, la amaba como nunca antes había amado a ninguna mujer, daría todo lo que tiene y se puso como propósito hacerla sonreír, que sonría a como dé lugar, esas palabras le ha dado a el una gota de esperanza-

-No te preocupes, todo va a estar bien, y te prometo mi querida Ross, que te voy a hacer sonreír hasta con el alma si fuese posible- le dijo , y un cosquilleo inmenso recorrió el cuerpo de ella, ¿eso fue emoción? se pregunto ella, no quería precipitarse, pero esas palabras la reconforto de manera inigualable- vamos a salir yo invito un helado- esperaba que Ross aceptase, pero no estaba dispuesto a recibir una negativa de parte de ella es más bien una orden que una invitación- aunque me digas que no, te voy a sacar a rastra, eso te lo aseguro cielo-

Ella a sabiendas que estaba hablando en serio, y sí tenía hoy ganas, ganas de salir, de ver personas, quería desafiarlo, estaba completamente segura que el era capaz de sacarla a la fuerza con esas fachas, que se asemejaba más a de un mendigo, esos días que se ha quedado a vivir con ella, llego a conocerlo tan bien, que la asustaba- No, no quiero salir, no tengo ganas y no te atreverías a sacarme a la calle a rastras, por el simple hecho de que estoy en pijama, mi cabello se asemeja más a un nido de pajaros, y mi cara se parece al de un mapache-

-No te pareces a un mapache, más bien te asemejas a un oso panda, eres todo una fofura- Dijo el acercando se a ella y tomando sus mejillas, entre sus dedos, ella lo aparto con un manotazo- 

-No soy fofa, y no uses mis términos, la palabra fofo salió de mi boca, y tu lo estas utilizando, no es justo-  el se carcajeo, oh, ese termino, lo adoraba, según le contó ella, lo utilizan bastante en la frontera en donde vivía, y refería a más bien a algo tierno y bonito- Nunca más me digas fofa-

-Eres hermosa, tierna y tienes ojeras profundas ¿hace cuanto que no duermes más de tres horas? y si vamos a salir, almorzaremos comida chatarra y después vamos a ir por un helado, traje algo de Burger King, te encantara- a ella se le revolvió el estomago al solo pensar en comida grasosa, y le dió miedo, anteriormente la comida chatarra era su vida, la comía todos lo días hasta que llego al limite, eso no le ha dicho a el, pero iba a intentarlo, por el, por ella, por salir de esa rutina, lo que ella no entendía es que como se mantenía en forma comiendo como una vaca, se rió de ese pensamiento, imaginando a Robert como vaca le dió gracia- ¡vamos! - la animo poniendo en su frente las hamburguesas- no te va hará daño por comer una vez y tampoco vas a engordar si eso es lo que te preocupa-

-De acuerdo- ella se sentó bien y dispuso a comer la hamburguesa, en la primera mordida sintió una explosiòn de sabores que le encantó, y se dijo que lo va a comer regularmente de ahora en adelante- está deliciosa, Gracias Rob, gracias por todo- dijo ella con un deje de melancolía extrañaba ser la Ross de antes, pero tampoco  quería a volver ser aquello, lo que envidiaba de esa Ross era que ella sí era feliz y no lo sabia. Comió toda hamburguesa y se levantó del sofá- iré a prepararme para salir- le aviso a Robert que ya va por la segunda hamburguesa, no le sorprendió eso siendo que ella anteriormente se comía tres, apartó ese recuerdo y se dispuso a buscar algo para ponerse, y optó por una blusa blanca, pantalones azul marino y una bota de caño corta negro, ni siquiera se preocupó en maquillarse, solamente se puso una crema hidratante y hizo una trenza por su cabellera blanca, terminó de vestirse y salió.

- Creo que te has tomado en serio el apodo panda, por que sin abrigo allá afuera te vas a congelar- el admirando su belleza sin descaro y ella con toda esa ropa encima se sentía desnuda- trae una chaqueta cuero, eso va a combinar con tu atuendo.

-¡Oh! Además de agente ¿Eres estilista?- dijo ella con una sonrisa burlona

-Cielo, yo voy a ser lo que tú quieras- dijo el en tono de broma, pero lo era la verdad y ella no iba a saberlo aún, Ross no estaba estaba segura de que si tenía una chaqueta de cuero, al parecer su cuñado se tomó el atrevimiento de incluir en su guardarropa eso, se lo agradeció internamente.

-Lista ¿Vamos?-

-Sí, vamos- al salir del edificio ninguno de los dos no se percataron que había un auto negro con vidrios aumados, y alguien ahí observando, Robert abrió la puerta del automóvil un Audi A8, ella se adentró en ella y partieron a su lugar de destino heladería Delicious, ella se sintió más cálida, más en paz, el dolor estaba ahí pero ya no la molestaba.

Mírate eres ridícula, siempre serás una muerta de hambre, no eres digna ni de vivir, jodida perra mal comida.

Esas palabras volvieron a su mente y le dolió un poco menos, es un gran avance para ella, que gran paso.

Espero que a ustedes les  guste en verdad, estoy empezando y voy a estar actualizando cada vez que pueda, y eso sería una o dos veces a la semana.

Espero el apoyo de ustedes y sus opiniones también...

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