Capitulo 2

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Observo la cicatriz con cierto recelo y curiosidad mientras muevo mi mano, entra el doctor causando que salte del susto, me incorporo mientras entra y  noto su cara de preocupación al mirarme, casi por instinto digo con incógnito.
-¿Que ocurre doctor?-
Me mira con tristeza y dice -Siento decirte esto Tyler pero al ser menor de edad debo ponerte en custodia de las autoridades ya que no cuentas con un familiar que cuide de ti y no puedes cuidarte solo-

La sangre en mis venas se pone helada por un momento, me incorporo de manera instantánea, no puede ser, yo en un orfanato, ya casi tenia 16 no podían hacerme esto, yo podía cuidarme solo.-¡NO!- articule casi de forma inmediata 

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Lele McFiesher

Estaba cansada, de robar y hacer cosas malas, sólo para comer, soy una chica de 16 años, y si hoy es mi cumpleaños, nadie lo sabe, los borrachos, drogadictos, y ladrones a los que considero mís amigos, no saben nada, y pues mis padres no se quienes son, ¿Cómo sería mi vida si ellos no me hubieran abandonado?
N

o había notado que tenía compañía en el auto hasta que una voz me volvió a la realidad.

-Lele tengo noticias de tu amor- decía el amigo más cercano que tengo, Jacob, es un hombre de 27 años que me cuida desde que me salí del orfanato, alto, fornido, piel morena, ojos cafés y cabello castaño.
Todo lo contrario a mi, mido 1:50, estoy bien flaca, soy de tez oscura y mi cabello es rizado.
-Lele- me decía mientras yo pensaba.
-LELEEE- me dijo gritándome, y acto seguido me sobresalte, fulminandolo con mis ojos color miel.
-Que demonios quieres criatura- le dije ya más calmada.
-Vi a tu amor Tay-me dijo imitando mi voz.
-¿En donde? - pregunté sin ponerle mucho asunto.
-en una camilla ingresando a un hospital- me dijo con voz apagada y poco audible.
-¿Que demonios estas diciendo?- le dije esperando que fuera una broma.
-lo que escuchaste- me dijo bajando la cabeza.
-¿Dónde queda el hospital?- le dije casi llorando.
-A media hora de aquí, yo te guío- acto seguido se subió en el copiloto de mi auto, y empecé a conducir.
-¿Qué es lo que sabes?- le dije con aire de desespero.
-Unos dicen que se suicidó, otro que su padre lo tiro por la ventana, no lo sabemos- dijo el.
Yo me quedé callada analizando  lo que había dicho, yo estaba enamorada de el hace mucho tiempo, pero más que eso, el era uno de mis mejores amigos y no lo quiero perder.

FlashBack

Maldita muerte, te llevas  a los buenos y nos dejas a nosotros, decía yo sumida en mis pensamientos saliendo del cementerio, en el cual estaba enterrada mi hermana Isabelle, la niña con la que me crié, a que era mi compañera de robos y también con la que me sentaba a comer, ese estúpido veneno se la llevo como se iba el humo en el aire, las drogas la condujeron a la oscuridad y me siento culpable de no insistir más, ahora estoy sola, perdidamente sola este mundo tan sucio, pero con miedo a la muerte, a sumergirme en el sueño eterno del que no puedes regresar. Las lágrimas caían por mis mejillas tan sutiles y delicadamente que no me percaté cuando empecé a llorar.
Estaba a un par de tumbas para salir del cementerio cuando vi a una persona sentada en una de las tumbas, con las manos en la cabeza, supongo que algún familiar de un muerto, que lloraba su pena.
Yo era una niña de 13 años, tenía miedo, estaba sola en el mundo, y sola en un cementerio a las 7 de la noche.
Me quedé observando mientras caminaba a hacía la salida, mientras más me acercaba me daba cuenta de que no era un hombre, era un joven como de 14 años que se dedicaba a maldecir en voz baja con la cabeza atacada, mi curiosidad me gana y me acerco con torpeza, y con tanta torpeza que caí de rodillas maldiciendo toda mi vida, el gira y se aleja mirándome, asustado, lo miro a los ojos y el mundo se paraliza, ok no, lo miro y veo en sus ojos esa calma, esa seguridad que sentía viendo  a Isabelle, sus ojos no eran azules, ni marrones, eran una rara combinación de verdes y cafeces, tan hermosos que podría quedarme todo el día viéndolos, acto seguido se acerca a mi,  y puedo ver si rostro, un tipo lo bastante alto, tez blanca, cabello castaño claro, y una sonrisa muy hermosa, lo miro con mucha vergüenza y me tiende la mano con una sonrisa  lo bastante falsa para ser tan bella, tomó su mano y me levanto del suelo, para soltar su mano y limpiarme las rodillas, y al hacerlo me di cuenta que se ha roto, y tengo un pequeño raspon.
-¿Estas bien?- me pregunta y al mirarlo noto un brillo raro en sus ojos, preocupación quizás.
-No, e...estoy bien- digo con un poco de nervios mientras miro mi rodilla.
-Seguro-  me dice mirándome.
-Claro que si- digo, insegura por el dolor tenue que sentía.
-¿Que haces a estas horas, en un cementerio sola?- me pregunta ya más relajado.
-Lo mismo que haces tu- dije en tono desafiante, no me gusta verme débil ante las personas, no soy alguien débil.
-¿Entierras a tu madre, sólo, por que tu estúpido padre la asesinó, y ahora estas huyendo de el?- me dijo con tristeza y mucha fuerza mientras las lágrimas, caen por sus mejillas, así como el cae de rodillas y llora desconsoladamente.
Me agachó por instinto y lo abrazo, como si su madre fuera la mía, como si su padre fueran mis problemas y mis temores, y así lloramos juntos hasta que no quedaron lágrimas.
FIN DEL FLASHBACK
- Maldición Lele deberías de dejar de pensar, cuando conduces- dice después del estruendo que me sacó de mis pensamientos, siento humedad en mi cara, lo miro y su expresión me da miedo, es como si hubiera visto un muerto, toco mi frente, y miro mi mano, esta llena de sangre, lo escucho gritar mi nombre a lo lejos, junto con gritos de auxilio, y de pronto ya no escucho  nada.
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Capítulo terminado, una año despues😴, nueva íntegrante, nuevas ideas.
Muchas gracias por leer.

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